Cuba planifica el consumo de sus portadores energéticos, electricidad, diésel y gasolina en función de los requerimientos de sus producciones de bienes y servicios. Autor: Manuel Muñoa /Prensa Latina Publicado: 02/01/2021 | 08:42 pm
Cuba planifica el consumo de sus portadores energéticos, electricidad, diésel y gasolina en función de los requerimientos de sus producciones de bienes y servicios, pero la llegada de la COVID-19 trajo cambios imprevistos, comentó la directora general de la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía (Onure), Elaine Moreno.
En declaraciones a la revista Cuba Internacional, que edita Prensa Latina, explicó que desde 2018 el consumo energético del país se comporta de manera similar, aunque en marzo último la pandemia paralizó prácticamente el esquema económico nacional y se incrementó aún más en el residencial.
Ante ese reto, se apostó por mayor eficiencia de las producciones de bienes y servicios, lo cual permitió disminuir consumos y desplazar los ahorros hacia el sector residencial para evitar afectaciones en la población, aseveró.
Recordó que Cuba posee una economía fundamentalmente de servicios, por tanto, los mayores consumos eléctricos se generan en el turismo, recursos hidráulicos y en el área industrial: las acerías, la azucarera y otras entidades.
Para 2021, la estrategia estará centrada en mantener el sistema de trabajo ejecutado sobre la base del Decreto-Ley 345 aprobado a finales de 2019. Un instrumento jurídico que respalda la política para el desarrollo perspectivo de las fuentes renovables y el uso racional de la energía.
Esa norma establece un grupo de condiciones asociadas a la implementación de las energías renovables, índices de eficiencia energética, sistemas de gestión de la energía y campañas comunicacionales, pero la llegada de la COVID-19 afectó la aplicación del decreto.
Sobre los sistemas de gestión de la energía explicó que diagnostican la situación energética de una entidad, planifican las estrategias, las implementan, y controlan sus resultados; después, desde ese punto vuelve al inicio como un proceso de mejora continua.
Las empresas, dijo, deben elaborar un programa quinquenal para el desarrollo de las fuentes renovables y el uso racional de la energía; eso permitirá saber en qué lugar están y hacia dónde dirigirse en materia de eficiencia; para ello serán
acompañadas por la Onure y el Ministerio de Energía y Minas.
En cuanto al área residencial, trabajarán en campañas comunicacionales y en el aprendizaje para mejores prácticas; respecto al sistema de enseñanza contribuirán a una educación de consumo sostenible, en el que se incluya la protección del medio ambiente para tener un planeta más limpio.
La estrategia también comprende la incorporación de las formas de gestión no estatal a los sistema de trabajo, sobre todo la promoción de tecnologías eficientes y la asesoría en materia de buenas prácticas.