Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Tranquilidad en hospital pediátrico matancero

De la disciplina de todos depende la salud de nuestros menores

Autor:

Hugo García

Matanzas.— «Somos cubanos y nos distingue la forma de entregarnos al trabajo en equipo para juntos buscar soluciones a las situaciones difíciles que se presenten».

Así comienza su conversación con JR el doctor José Hernández Hernández, director del hospital provincial pediátrico Eliseo Noel Caamaño, donde se elaboró, desde la fase de vigilancia intensiva, un plan operativo para enfrentar la epidemia de la COVID-19.

«En los primeros momentos ejecutamos acciones en el cuerpo de guardia a través de una consulta diferenciada para casos con enfermedades respiratorias agudas. Entonces se hacía una clasificación y se apreciaban elementos epidemiológicos como el vínculo con extranjeros o con viajeros cubanos. También tuvimos prevista una sala de aislamiento, en la que empezamos a ingresar aquellos casos que mostraban elementos epidemiológicos sospechosos, y les hacíamos la pesquisa diagnostica con el PCR en tiempo real.

«Ya hemos transitado por otras etapas: Además de la sala originalmente preparada para la COVID-19 con 14 camas, se preparó otra para totalizar 28, y previmos dos capacidades en la terapia intensiva para atender casos pediátricos de COVID-19 en el territorio», describe el doctor Hernández.

Ahí se atendieron los primeros que requirieron atención especial y el primer niño diagnosticado en la provincia, el lactante, no porque tuviera elementos de gravedad, sino porque no existía experiencia de las reacciones adversas que pudiese tener al protocolo de tratamiento establecido.

«Nuestro hospital está destinado a recibir pacientes pediátricos menores de 18 meses de Matanzas y Cienfuegos. Ahora hemos ampliado las camas de atención al grave y abrimos una segunda terapia intensiva, por lo que contamos con la sala polivalente con ocho camas para el resto de las afecciones, y la que abrimos nueva con cinco capacidades para atender los casos de COVID-19.

«Aunque situación es tranquila en el hospital, tenemos capacidades suficientes para hacer frente a un aumento imprevisto de casos, o si alguno de los actuales requiere mayor atención», precisó.

«Todo paciente que llega al cuerpo de guardia con cualquier afección respiratoria, un simple catarro común, se ingresa en la sala de respiratoria en condiciones de aislamiento», precisa Hernández. «A nuestros trabajadores los hemos dotado de todos los medios de protección, al igual que a los familiares que están en las salas», aseguró.

Al empezar los casos positivos, ¿Qué pensaba usted como médico en cuanto al desarrollo de la enfermedad en niños?

— En el orden personal me mantuve informado de la situación internacional y la alta transmisibilidad de este virus, y pensaba que al pasar varias semanas habría un incremento de casos, pero confiábamos en nuestro sistema de salud y en el enfoque intersectorial para responder, por eso esperábamos que todas las medidas adoptadas sí iban a dar resultados.

«Hemos tenido casos, y sin embargo hubiésemos tenido menos y pudiéramos acortar el impacto de la pandemia en nuestro país si fuéramos más disciplinados, porque todavía hay personas que no están conscientes del riesgo.

«Si no ha habido una explosión mayor ha sido por las medidas adoptadas por parte del gobierno y de la población, pero hay que estar preparados. No por tener una incidencia baja y una tendencia a la estabilización de reportes de casos diarios deja de ser importante la responsabilidad individual en el cumplimiento de las medidas orientadas.

«El baluarte principal en la atención a los niños es que contamos con un personal alejado a tiempo completo del ambiente del hogar, trabajando por períodos de 14 días: personal médico, de enfermería y de aseguramiento, que merecen todo nuestro reconocimiento.

«Cuando veo a un niño con sus padres por la calle sufro mucho por esa falta de responsabilidad. Aquí mismo, en el hospital, madres acompañantes han tratado de violar las normas higiénico-sanitarias de estos servicios cerrados, y a veces no se ponen el nasobuco para relacionarse con su niño, y tenemos que enfrentarlas con mucha fuerza.

«Esto no es un capricho. En los elementos epidemiológicos de esta afección es importante el cumplimiento de las medidas de aislamiento social y el lavado correcto de las manos. El llamamiento hoy es a no bajar la guardia para que vuelva la tranquilidad», insiste el doctor Hernández.

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