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III Taller Identidad, Cultura y Juventud Autor: www.radioenciclopedia.cu Publicado: 22/10/2019 | 02:08 pm
«La renovación social requiere de una renovación cultural y solo es posible en la medida en que se logren transformar los modos de hacer y ser de los sujetos implicados en los procesos de desarrollo, cuyo primer paso debe ser la formación de una conciencia crítica sobre la necesidad de cambio».
Fue esta la primera reflexión compartida por la Máster Elena Socarrás de la Fuente, directora del Instituto de Investigación Cultural Juan Marinello durante la sesión inaugural del III Taller Identidad, Cultura y Juventud Perspectivas analíticas y retos a la transformación social que, desde hoy y hasta mañana, acontecerá en esta institución.
Agregó que repensar el desarrollo desde lo cultural y develar la cultura como agente del desarrollo son esencias que han acompañado siempre al proyecto social cubano, por entender la cultura como la resultante de los procesos de producción y reproducción humana, simbólica y material, en su devenir histórico-social.
Socarras de la Fuente insistió en que «la cultura, resultado de la praxis humana, actúa sobre ella, la conforma y la transforma y es, al final, facilitadora del aprendizaje social. Nuestro proyecto social, apuntó, está indisolublemente ligado a la identidad de la nación, que no puede abordarse como algo único y absoluto sino como todo fenómeno subjetivo y condicionado como ente múltiple y en constante construcción».
«En Cuba, cultura y nación son procesos en permanente construcción y no podemos concebir procesos de desarrollo ajenos a las personas, no podemos generar procesos de transformación social sin generar transformaciones en las subjetividades individuales y sociales».
Con la presencia de psicólogos, filólogos, sociólogos, comunicadores y académicos en general, el taller convida al debate en torno a las problemáticas teórico –metodológicas, las implicaciones con temas cruciales como las generadas por las tecnologías de la comunicación y el consumo cultural, las mediaciones educativas en la formación de la ciudadanía y de profesionales, así como la influencia de lo territorial y los fenómenos de exclusión y desigualdad.
“Es vital comprender que la situación actual nos exige actuar y pensar, retomar en función del presente el enorme capital intelectual acumulado por el país para tomar el espíritu que animo a los fundadores y conjugar las miradas interdisciplinares. Tenemos deudas en cuanto a valorar de manera interdisciplinaria los impactos de los cambios que han acontecido en nuestro entorno social desde los 90 y la primera década del nuevo siglo. Urge elaborar estrategias y programas a partir del reconocimiento de las diferencias y su análisis profundo”, aseveró Socarrás de la Fuente.
