Entre vítores, aplausos y con celulares en sus manos, decenas de holguineros llegaron hasta la estación ferroviaria para presenciar la llegada del nuevo tren. Autor: Aroldo García/Radio Rebelde Publicado: 10/06/2019 | 06:47 pm
Holguín.— «¿Luisi, tú estuviste anoche en lo del tren?», pregunta una muchacha medio estupefacta, porque en la ciudad no se habla de otro tema y ella sabe que el gigante ferroso no llegó hasta casi la medianoche.
«Claro, mi’ja, ¡cómo me iba a perder el acontecimiento, después de más de una década sin ver llegar un tren de La Habana!», responde él y le muestra en su teléfono el video que corrobora la entrada a la estación ferroviaria de la capital provincial, entre vítores y aplausos, mientras la tripulación devuelve los saludos y detrás de las ventanillas se ven los rostros sonrientes de los ingenieros y técnicos chinos, que han hecho todo el recorrido evaluando cada detalle técnico en la primera prueba del tren que reiniciará el recorrido Holguín-La Habana, luego de más de 13 años de inactividad.
Si para Luis Almarales, quien debe andar por los 40, el arribo del tren a Holguín fue todo un acontecimiento, ¿cómo habrá sido la impresión de tantos muchachos no mayores de 12 años, que se mantenían en vilo desde que el tren era apenas un lejano pitazo y un punto de luz casi indistinguible en el horizonte nocturno del pasado viernes?
Jamás habían visto un tren tan grande entrar a la estación. Ya podrán conocer, dentro de poco, la poética aventura de viajar sobre rieles. Por ahora, se llevaron a casa las imágenes de la llegada, y hasta se atrevieron a hacerse fotos, abrazados a los chinos, con el tren de fondo.
El Holguín-La Habana a prueba
Después de más de 650 kilómetros de recorrido, la formación de 12 coches arribó a la Ciudad de los Parques con total éxito. Especialistas chinos y cubanos, junto a funcionarios y técnicos de las distintas especialidades ferroviarias en la Isla, acompañaron a la tripulación, a la cual se le comprobó la preparación para conducir un tren de 325 metros de largo.
Vea en este video la llegada del tren a Holguín, tras su primera prueba.
Entre los parámetros verificados —y calificados de forma positiva— estuvieron el estado técnico de los vagones, el desplazamiento de los coches, el paso en los andenes, el confort y seguridad en las estaciones, las pruebas de frenado a cien, 80 y 60 kilómetros por hora, la destreza en las revisiones técnicas, así como el dominio de la tripulación y el funcionamiento del grupo electrógeno, los equipos de climatización, los ventiladores y la iluminación.
Rolando Navarro, vicedirector general de la Unión de Ferrocarriles de Cuba, anunció que, luego de culminar el programa de puesta en marcha, comenzará la transportación de pasajeros, presumiblemente, desde julio o agosto.
Este tren tiene la misma estructura del que hará los viajes a partir de la etapa vacacional: cuatro coches de primera clase (con aire acondicionado, circuito interno de televisión y asientos reclinables y giratorios), siete de segunda (con ventiladores, ventanillas y asientos reclinables y giratorios) y uno de servicios. Cada uno de esos vagones está valorado en más de medio millón de euros.
Escalerillas arriba
El servicio de transportación férrea de pasajeros entre la Ciudad de los Parques y la capital dispondrá, además, de locomotoras de alto porte y tendrá un vagón cafetería. Podrá transportar 720 pasajeros y hará paradas en varios territorios del país, según explicó Ada Iris Quevedo, jefa del Departamento Comercial de la UEB Ferrocarriles de Holguín, quien aseguró, que el tiempo de duración del recorrido será de 13 horas aproximadamente. Inicialmente el tren La Habana-Holguín circulará cada tres días, pero cuando se complete la llegada de los coches conveniados con la República Popular China, lo hará de manera alterna.
Hugo Corrales Pijuán, director de esa UEB, resaltó el trabajo de los holguineros en la creación de condiciones para acoger el nuevo itinerario: «En el taller de retorno se construyó un foso para revisar las locomotoras con el objetivo de que no tengan problemas en el recorrido. Se trabajó en el centro de carga, donde se hizo un ramal de alrededor de un kilómetro y un taller de revisión para que el tren retorne a La Habana con la formación completa y la debida climatización».
En tanto, Quevedo significó que «cada pasajero podrá transportar en el coche un bolso o cartera de mano, que no exceda los cinco kilogramos, más un bolso o valija en calidad de equipaje, cuyo peso no supere los 30 kilogramos».
Días antes del primer pitazo del tren en la estación holguinera, Martha Oramas, viceministra primera del Ministerio de Transporte, durante una visita de puntualización acerca de los preparativos para la prueba, había declarado que los precios de los pasajes y los alimentos a bordo todavía se encontraban en análisis, a la espera de la aprobación oficial del Ministerio de Finanzas y Precios. Lo que sí aseguró fue que los boletos serán más económicos que los de Ómnibus y Cubana de Aviación.
Según explicó Hugo Corrales, está previsto que se retome el servicio intermodal en ómnibus, para que las personas de los municipios más alejados puedan arribar a tiempo a la estación para abordar el tren, y se estima que este debe llegar alrededor de las 11:30 de la mañana a Holguín y que salga hacia la capital a las siete de la tarde.
Polémica bajo rieles
Especialistas chinos comprueban el estado técnico del tren.
Como en los tiempos antiguos, cuando el largo pitazo del tren llegaba presagiando el inicio de tiempos mejores, como una escena del Macondo garciamarquiano, así recibieron los holguineros la noticia del tren tantas veces deseado, sobre todo porque debe significar un desahogo para las listas de espera de los ómnibus nacionales y los escasos viajes aéreos. Mas, para José Martínez y Manuel Feijóo, trabajadores de la UEB Ferrocarriles Holguín, hasta hace poco, era mucho más: constituía el sueño tantas veces anhelado. Hasta que llegó la indicación «de arriba» y, con ella, la insatisfacción y el desplome de sus planes de mejoría.
El ayudante de maquinista José Martínez argumenta su preocupación: «El trabajo será compartido en los casos de las ferromozas y el personal de los talleres; pero la tripulación es de la base habanera nada más, lo que no toma en cuenta que el salario de las tripulaciones de trenes de la base de Holguín ha sido afectado durante años».
El experimentado maquinista Manuel Feijóo lo explica a las claras: «Me preocupa el tema salarial, porque a veces no tenemos trabajo. Nos habíamos puesto contentos porque nos dijeron se formarían dos tripulaciones para conducir el tren, pero ya eso cambió. Quedó en manos de los de La Habana. Todo el mundo sabe que nosotros conducimos ese tren por varios años y nunca hubo problemas. Estamos dispuestos a compartir el trabajo, pero que todo el mundo coma del mismo cake, como decimos los cubanos».
El Director de la UEB ferrocarriles Holguín respondió a la polémica de este modo: «Eso se ha tramitado ya con la dirección nacional. El tren va a empezar con tripulaciones de la capital y con ferromozas de La Habana y Holguín. En una segunda fase, iniciarán las tripulaciones nuestras. Hay algunos trenes que debemos garantizar en la provincia: los locales, los de patio, de carga, y vamos a seguir preparando tripulaciones para que, en un futuro, podamos asumir los viajes con nuestra tripulación».
No obstante, si de lo que se trata es de falta de práctica continua en este itinerario —que no de experiencia—, quizá podría ser una decisión razonable incluir desde el inicio a los holguineros para que, de conjunto con los habaneros, intercambien los conocimientos necesarios y validen sus destrezas con igualdad de posibilidades, pues las razones salariales y la futura regularidad del tren son suficientemente fuertes como para que se aúnen voluntades en beneficio de todos.
Sería factible también que se prevean suficientes puntos de venta de los boletos no solo en los municipios, sino en la propia cabecera provincial, para aliviar las colas en las oficinas disponibles del servicio de reservación Viajero, y que el tren salga con buen paso desde su primera partida. Ya tocará entonces a los pasajeros la retribución del esfuerzo estatal, contribuyendo, con cuidado y respeto, a la buena conservación de un tren que ya es hoy un cumplido deseo.