Este cumpleañero de la CPA Paquito González, el mismo día de su onomástico recibió el carné de militante de la UJC. Autor: Luis Raúl Vázquez Muñoz Publicado: 14/05/2018 | 07:59 pm
CIEGO DE ÁVILA.— Por poquito hay que buscar un güinche para abrirle la boca. «A ver, ¿por qué tú lo propones para joven ejemplar?», le preguntó el jefe de brigada. Y al ver una cara que se hinchaba de la pena traducida en risa aguantada, con brazos cruzados en la espalda, encorvado y en medio de las sonrisas de sus 38 compañeros, que de tan apretadas casi se volvían otra cosa, al jefe no le quedó más remedio que exigir: «¡Chico, habla! no tengas pena».
Al fin se hizo la luz. «Bueno... —dijo, casi arrastrando las palabras—..., yo lo propongo porque él es un buen chamaco... (cejas levantadas, turbación, ojos mirando hacia los lados, risas que ya no se pueden aguantar)..., vaya, que él trabaja mucho y es cumplidor, y vaya..., también buen compañero y yo creo que sí..., que él puede ser joven ejemplar». Y suspiró, como si le hubieran quitado un edificio de encima.
Quienes hubieran visto esta asamblea de ejemplares, donde fueron elegidos Yoelvis Martínez Rodríguez, Eddy Escobar Díaz y Eduardo Escalante Báez, quizá hubieran tenido comentarios de benevolencia sobre la profundidad del encuentro.
Sin embargo, quienes vieron a estos muchachos y a sus compañeros (los mismos que se reían), pertenecientes a la brigada de fumigación de la Empresa Agropecuaria La Cuba, en medio del desastre dejado por el huracán Irma, cortando tallos de plátanos tumbados por el viento, ensopados de sudor en medio de un fango que se tragaba las botas y una nube insufrible de mosquitos, pues el sentimiento no hubiera sido de indulgencia sino de un profundo respeto.
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En el encuentro había una muchacha de estatura mediana, con un mechón de pelo oscuro que le caía en la frente. La joven también se reía y exhortaba a vencer el miedo escénico. «Vamos, no tengan pena —decía—. A ver, ¿por qué lo proponen a él como joven ejemplar?».
Ella era Susely Morfa González, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC. Como parte de un recorrido de la dirección de la Juventud Comunista por zonas agrícolas de Ciego de Ávila, visitó la Empresa Agropecuaria La Cuba, la cooperativa de producción agropecuaria (CPA) Paquito González y la Empresa Agroindustrial Ceballos, donde el proyecto de cerrar los ciclos productivos en el campo para diversificar las producciones y fuentes de ingresos ha posibilitado la creación de minindustrias y la instalación de nuevas líneas de procesamiento de frutales.
Precisamente en el Combinado Industrial, perteneciente a esa última entidad, los trabajos son fuertes. La industria culminó la zafra del tomate, durante la cual procesó 25 010 toneladas de la solanácea, volumen considerado un récord, y en estos momentos se encuentra en un mantenimiento apresurado.
La causa: se estima que las lluvias aceleren la maduración del mango, cuyas plantaciones tuvieron otra floración después del huracán Irma. La cosecha, por tanto, se estima en más de 12 000 toneladas.
El otro motivo del ajetreo se encuentra en el montaje de una nueva línea para procesar segmentos, rodajas, jugos y mermeladas de distintos frutales, especialmente de la piña, cuya demanda para el nuevo equipamiento ascenderá a 24 000 toneladas en el año.
«Es necesario enamorar a los jóvenes del campo —expresa Susely en un momento del recorrido—. La recuperación del país pasa por la agricultura, pero eso no se logrará sin la juventud».
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Y agregó: «Los jóvenes son continuidad. El pasado 19 de abril, Raúl pidió ser más ágiles en dar el espacio a los jóvenes, a combinarlos con las personas de mayor experiencia. Y en el campo eso es vital porque existe una tendencia de emigrar hacia la ciudad. Pero enamorarlos para que se queden implica atenderlos y que ellos vean un horizonte en el sector agrícola».
En el intercambio con jóvenes agricultores, dirigentes juveniles y directivos de la Empresa Agropecuaria La Cuba y la CPA Paquito González trascendió que en los últimos años la UJC ha desarrollado un diálogo constante con las instituciones a partir de las preocupaciones planteadas por los jóvenes en los activos campesinos y en los intercambios en las comunidades y bases productivas.
Temas como el pago salarial, acceso a la superación, búsqueda de opciones recreativas y sobre todo la necesidad de atender a aquellos jóvenes no militantes o que todavía siéndolo, como ocurre con las féminas, interrumpen sus estudios porque quedan embarazadas y deben cuidar la familia.
Como parte de esa preocupación, hoy en la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en el país se contabilizan 9 000 militantes, a los que se le han incorporado 2 000 nuevos miembros de la UJC, lo cual detiene la tendencia al decrecimiento que se apreciaba en el sector.
«¿Cómo atienden ustedes a los jóvenes no militantes e incluso a los que no son trabajadores?», preguntó Susely. Osmany Almiguel Noa, secretario del Comité de la UJC de la Empresa Agropecuaria La Cuba se refirió a los talleres de valores, la vinculación con el centro mixto que atiende la entidad y los encuentros deportivos en la comunidad.
Por su parte, Yudismar Zaldívar Martínez, secretario del Comité de la UJC de la CPA Paquito González, mencionó las visitas al mausoleo del Che en Santa Clara, las estancias en el campismo de Boquerón y la labor que realizan las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ) en la innovación de piezas para las maquinarias de la cooperativa, actividades que se extienden a los no militantes.
Posiblemente la prueba más palpable de lo hecho por la juventud comunista en ese Consejo Popular, donde habitan 7 000 personas, está en el comité de base de la Paquito González, el cual estuvo a punto de desaparecer y en el momento de la visita contaba con 32 militantes, a los que se les sumaron diez a quienes se les entregó el carné de la organización.
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Entre Yudismar y Osmani hay un «pique». «Deja que te coja en el juego de pelota que viene», dice Osmany. «Si es como el de la otra vez...», se burla Yudismar. Y entre frases como «tú verás» y manos de palos por venir, ellos y los muchachos de la brigada de fumigación hablan de las vivencias beisboleras.
La tierra en la zona de La Cuba muestra ahora un color rojo más intenso. Hay lugares que es casi oscuro por la lluvia. No escampa desde hace una semana. El aguacero es un alivio después de una sequía tan grande, que duró casi cuatro años. También para los cultivos, pese a los dolores de cabeza con el frijol.
Esa zona, donde el 37 por ciento de la fuerza laboral es joven, muestra los signos de la recuperación después que Irma la dejara devastada. Los nuevos campos de plátano, el principal cultivo, se ven con buena salud. La cosecha de papa superó las 3 100 toneladas y en la Empresa ya se empezó a pagar por resultados por primera vez después de septiembre.
Son buenas señales, pero también de lo mucho que se debe trabajar. Porque la carretera debe repararse y en la Empresa se necesitan 400 nuevas viviendas. En la Paquito González, por el aniversario 40 de la cooperativa, se proyecta rehabilitar el acueducto y construir una minindustria para cerrar los ciclos productivos, 40 casas y un parque infantil, entre otras obras.
«En todo eso tiene que estar la Juventud y hacerse ver —dice Susely—. Los militantes tienen que arrastrar en todas esas obras y en el trabajo, incluso a los que no son miembros de la organización. No olviden lo que enseñó Fidel. Que debemos trabajar con los que más nos necesitan».
Los jóvenes constituyen una buena parte de la fuerza de trabajo en las minindustrias. Fotos: Luis Raúl Vázquez Muñoz.