La locomotora 51209, que arrastraba diez carros de caña, impactó al coche médico del tren Sancti Spíritus-La Habana en la estación del Consejo Popular Colón Autor: Lisandra Gómez Guerra Publicado: 05/02/2018 | 10:43 pm
SANCTI SPÍRITUS.— «Salí como un “bolío” de la cama y caí de pie en la calle. Pensé que era un carro contra alguna de estas casas, pero cuando miré bien, ya el coche médico estaba encaja’o en la estación», narra el espirituano Eulogio Tomás Mutis Valdivia.
Desde que el estruendo al impactar la locomotora 51209, que arrastraba diez carros de caña, con el coche médico del tren Sancti Spíritus-La Habana, despabiló del sueño a gran parte de los habitantes de la añeja urbe del Yayabo, Eulogio y su vecina Miladys Pentón se han convertido en fieles vigías de todo lo que ha sucedido en el patio de la estación ferroviaria del Consejo Popular Colón, en el municipio cabecera de esta provincia.
«El impacto ocurrió entre las 11 y 20 y las 12 de la noche. Ya todo el mundo de por aquí estaba acostado. Pero con el chirriar del cañero y el ruido del choque no quedó nadie en cama. Al asomarme por la ventana vi una nube blanca de polvo y otra negra del humo del tren. Enseguida salimos a socorrer por si había alguien herido. Los maquinistas buscaron los daños del descarrilamiento y en la terminal. Por suerte, na-die salió herido», cuenta Miladys, residente en una casa ubicada a poco más de siete metros de la línea, donde se ubicaba el coche médico.
Tras el impacto, inmediatamente se personó la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), que logró mantener la disciplina. Al amanecer llegaron los especialistas para determinar las causas. A las pocas horas se conoció públicamente que se generó por una posición inadecuada de un chucho de cambio.
«Ese elemento tiene como función cambiar el curso del vehículo para que entre a uno u otro carril del patio. Eso se hace cuando hay movimientos en el área», explicó Jorge Félix Marco Martínez, subdirector de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Ferrocarriles Sancti Spíritus.
Precisamente por esa zona, y a esa hora, el movimiento de ese medio de transporte es mínimo, razón por la cual el impacto con la terminal ferroviaria no provocó la pérdida de vidas humanas. En ese horario la oficina de operaciones cesa sus servicios, porque el tren de las 8:45 p.m. hacia La Habana se despacha en días alternos.
«El cañero había pasado para Paredes a buscar su carga y al transitar por encima de la conexión el chucho había puesto la carrilera en la posición correcta. Ya en su regreso, con vía al central Melanio Hernández, de Tuinucú, este se había cambiado y tenía hasta su aldaba puesta. El coche médico se encontraba como siempre en una vía que no interfiere el paso de nada», añadió el directivo.
—¿Eso hace suponer entonces que fue movido por una persona?
—Efectivamente. Los chuchos tienen sus aldabas y un travesaño de hierro, el cual asegura el estado en que se deja, y debe tener candado. Lamentablemente, muchas veces las personas se los llevan y los vemos entonces puestos en garajes. En cada patio ferroviario hay especialistas encargados de manipular ese dispositivo cuando se dispone, por la importancia que tiene para lograr un trabajo efectivo y libre de accidentes», añadió.
Durante la visita de JR al lugar del hecho, se comprobó que el chucho maniobrado no tenía candado, pese a su cercanía a uno de los cruceros más transitados en la urbe, en la barriada de Colón.
«Estamos a la espera de la evaluación final. Mientras tanto, ya trabajamos en sacar los escombros de la estación, que sufrió afectaciones considerables. Por suerte, el accidente no interrumpió el paso del resto de los trenes», agrega.
Pudo ser peor
La espirituana Miladys Pentón no deja de pensar en que el accidente pudo acarrear peores consecuencias. Según su experiencia de vida, no recuerda un hecho de esta magnitud.
«Que un coche o una locomotora se descarrile es común. Pero lo de esa noche no, porque si esa bola de hierro cargado hasta arriba de caña no se hubiera estrellado contra el coche médico y, a su vez, la estación no lo frena, tal vez hubiese cogido pa’rriba de las casas cercanas», comenta.
«Cuando uno de esos equipos se sale de la línea prácticamente se entierra, por lo que no le da tiempo a virarse», sentencia Marco Martínez.
Lamentablemente, Sancti Spíritus, en los últimos años, ha generado varios titulares relacionados con la ocurrencia de accidentes ferroviarios.
En los años 2013 y 2015 vehículos de carga se descarrilaron en zonas cercanas a Zaza del Medio, Taguasco y Cabaiguán. Afortunadamente, tampoco se lamentó la pérdida de ningún ser humano, pero sí provocaron cuantiosos daños materiales. El mal estado de las líneas y la violación de los límites de velocidad fueron las principales causas.
En febrero de 2017 un coche-motor que se desplazaba entre la localidad de Tuinucú y la ciudad de Sancti Spíritus se impactó contra un tren cañero, y fallecieron seis personas y hubo cerca de 50 lesionados.
Dos meses después este diario volvió a publicar otro siniestro cerca de la localidad de Jatibonico. Fue preciso evacuar a cientos de pasajeros del tren No. 10 que cubría la ruta Santiago de Cuba-Santa Clara. Durante cerca de 24 horas fue preciso cerrar la llamada línea central para acometer su inmediata reparación.
«En el caso de esos dos sucesos, el primero tuvo como causa fundamental la violación de la orden de vía, una indisciplina que cometió el equipo que conducía el coche-motor. El otro siniestro se comprobó que fue resultado de la ma-nipulación de un chucho por personal ajeno al ferrocarril. Por suerte, tampoco hubo muertos», relató Leonardo Milián, director adjunto de Ferrocarriles en Sancti Spíritus.
—¿Esos elementos pueden ser manipulados así por cualquiera?
—Los patios ferroviarios son áreas con un nivel de seguridad elevado. Se exige a los trabajadores de las unidades de vías y puentes la observancia constante, así como darles mantenimiento, conservación y revisión a las líneas férreas. Pero la mayoría están ubicadas en zonas rurales».
No obstante esas prevenciones, violaciones, proliferación de animales en las vías y otras actuaciones inescrupulosas parecen correr más que los trenes en las líneas férreas de la provincia espirituana.
«Insistimos en lograr la disciplina y en el cumplimiento estricto de las reglas», subraya Milián.
—¿Y en el caso del estado de los carriles?
—Nuestras vías en algunas zonas tienen cerca de 40 años de explotación. Muchas están sobre tierra, no tienen terraplén de base, por lo que hay baches y hundimientos. Pero en el lugar donde se produjo este último accidente no existen dificultades de este tipo, y sus largueros son de acero, por lo que es muy difícil que la línea se abra.
Tras estos testimonios, no caben dudas de que detrás de la incorrecta posición de un chucho pueden descubrirse otras muchas desviaciones por las que se descarrila la rectitud en el accionar del complejo mundo ferroviario cubano.
La locomotora 51209, que arrastraba diez carros de caña, impactó al coche médico del tren Sancti Spíritus-La Habana en la estación ferroviaria del Consejo Popular Colón.
Disminuir delitos, ilegalidades e indisciplinas
En la sesión de julio de 2017 del Parlamento cubano, la Comisión de Atención a los Servicios analizó un informe sobre la calidad y el comportamiento de los servicios en la transportación ferroviaria.
Tras visitas de control de los diputados a cinco provincias y 12 municipios del país, se detectaron problemas que afectan la calidad, como la baja disponibilidad técnica de las locomotoras, la insuficiencia de equipos ferroviarios de carga, el mal estado de las vías, incumplimientos en los mantenimientos, la no ejecución del presupuesto aprobado para esa vital actividad y para la recuperación de partes y piezas, entre otros.