Fidel y los niños Autor: Archivo Nacional Publicado: 29/11/2017 | 01:14 pm
Canciones
1- Y en eso llegó Fidel, de Carlos Puebla
Conocido como «el cantor de la Revolución», Carlos Puebla utilizó su música para difundir los valores de la obra revolucionaria, cantando los hechos más relevantes y siendo cronista de los cambios acaecidos en nuestro país desde 1959. Cuando murió el 12 de julio de 1989, su obra musical abarcaba más de 70 temas en los cuales, con su característico sentido del humor, abordaba temas sociales y tradicionales, entre ellos su célebre Y en eso llegó Fidel.
Aquí pensaban seguir
ganando el ciento por ciento
con casas de apartamentos
y echar al pueblo a sufrir
Y seguir de modo cruel
contra el pueblo conspirando
para seguirlo explotando...
y en eso llegó Fidel
Se acabó la diversión,
llegó el Comandante
y mandó a parar (Bis)
Aquí pensaban seguir
tragando y tragando tierra
sin sospechar que en la Sierra
se alumbraba el porvenir
Y seguir de modo cruel
la costumbre del delito
hacer de Cuba un garito...
y en eso llegó Fidel
Se acabó la diversión,
llegó el Comandante
y mandó a parar (Bis)
Aquí pensaban seguir
diciendo que los rateros,
forajidos bandoleros
asolaban al país
Y seguir de modo cruel
con la infamia por escudo
difamando a los barbudos...
y en eso llegó Fidel
Se acabó la diversión,
llegó el Comandante
y mandó a parar (Bis)
Aquí pensaban seguir
jugando a la democracia
y el pueblo que en su desgracia
se acabara de morir
Y seguir de modo cruel
sin cuidarse ni la forma
con el robo como norma...
y en eso llegó Fidel
Se acabó la diversión,
llegó el Comandante
y mandó a parar (Bis)
2- El necio, de Silvio Rodríguez
Hace una década, en medio de una entrevista con Radio Nacional de Venezuela, Silvio Rodríguez contó la historia tras El necio, una canción publicada en 1992, en un disco titulado simplemente Silvio, donde el trovador evoca al líder de la Revolución cubana, a quien llamó «un maestro del humanismo». «Cuando escribí El necio, estaba pensando en Fidel y, hasta cierto punto, en mí», comentó el cantautor cubano.
Para no hacer de mi ícono pedazos,
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme un lugar en su parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares.
Me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
mi vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.
yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
allá dios, que será divino.
yo me muero como viví,
yo me muero como viví.
Yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro,
yo quiero hacer un congreso del unido,
yo quiero rezar a fondo un «hijo nuestro».
Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
más yo seguiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces).
yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
allá dios, que será divino.
yo me muero como viví,
yo me muero como viví.
Yo me muero como viví,
como viví
yo me muero como viví.
Dicen que me arrastrarán por sobre rocas
cuando la revolución se venga abajo,
que machacarán mis manos y mi boca,
que me arrancarán los ojos y el badajo.
Será que la necedad parió conmigo,
la necedad de lo que hoy resulta necio:
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.
Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
allá dios, que será divino.
yo me muero como viví.
Yo me muero como viví.
- Chamamé a Cuba
Canción de ritmo chamamé (originario del noreste de Argentina) que refleja la solidaridad con Cuba de los jóvenes argentinos durante las dictaduras militares de los años 1970 y por extensión de todos los revolucionarios y luchadores sociales del continente. Es un canto lleno de optimismo y confianza en un futuro diferente para América Latina.
Fue popularizada en la voz de la cantante hispanovenezolana Soledad Bravo, quien la incluyó en su repertorio. En Cuba fue acogida con inmenso cariño e interpretada por el Grupo Moncada desde sus primeros años de fundado, y más recientemente ha regresado a la pantalla a través de un animado musical, también con la interpretación de esta agrupación.
Una tarde de enero tomé mi canoa pa’ dar una vuelta.
Me dijeron: «Cuidate, que con la tormenta te vas a perder».
Pero soy correntino, machazo en mi pago y baqueano en el delta:
salí cuando entraban las primeras luces del atardecer.
Cuando ya estaba oscuro como boca e’ lobo pretendí volverme,
pero el río engañoso me llevó a empujones a orillas del mar
y, desalentado, sin ver más la costa, para entretenerme
panza para arriba contando estrellitas me puse a pensar.
Yo pensaba en lo poco que vale el hombre cuando está tan solo,
pero tuve una idea que en aquel momento me hizo reaccionar:
«Haré una proeza como Vito Dumas, ¡seré Marco Polo!
Y al volver a mi pago toditas las guairas me querrán besar».
Y a los pocos días de navegación
tuve una alegría, pues ya me creía Cristóbal Colón,
y andaba con pena cuando vi el manchón
que no era ballena y sí tierra buena, ¡caray, qué alegrón!
Cuando puse un pie en tierra y pegué una olfateada por si era Corrientes,
y al ver a un paisano con una escopeta le pregunté a él
si el rancho e’ la Cambicha quedaba muy lejos, dijo buenamente:
«Usted está en Cuba, patria socialista, tierra de Fidel».
Yo quería volverme por lo que leía en el diario La Prensa,
pero al ver los cubanos trabajar contentos por el porvenir,
hoy la tierra es de todos, no hay analfabetos y hasta un niño piensa,
que aquel que entre en Cuba con aires de guerra no podrá salir.
Porque aquellos fusiles que ayer apuntaban al pueblo oprimido,
son los que hoy defienden en manos del pueblo su revolución,
son los que en mi pago los llevan milicos de dos apellidos,
son los que tendremos el Mocho Raela, Jesusa y Ramón.
Y con mi canoa y mi chamamé,
dejé a Raúl Roa y puse la proa a mi pago otra vez,
y a los correntinos yo he de serles fiel, y aquí yo termino:
¡que mueran los yanquis, que viva Fidel!
4- Un hombre que sueña, videoclip de artistas cubanos que le cantaron a Fidel en su cumpleaños 90
Hay un hombre que sueña la luz, la belleza,
y se quita la piel disparando en un verso,
palpita el corazón de un yate en la tormenta;
la orilla redención, la Patria el universo.
Hay un hombre que lanza en su fe, la certeza,
y rescata las velas del viento que azota;
proyecta la razón directo a las estrellas,
pone cura al dolor, repara el alma rota.
Hubo girones y molinos, y salió el sol tras el diluvio,
amanecieron horizontes, naufragaron viejos muros.
Hubo profetas y traidores, Martí latiendo en el bolsillo,
hubo mambises y Quijotes, limpia alegría de los críos.
Y aquel hombre soñaba todavía,
vigilante absuelto por la historia,
precisan estos años la utopía,
eterno guerrillero de victorias.
(estribillo) Hay un hombre que lanza la fe, directo a las estrellas.
Hay un hombre que sueña la luz, caminando con firmeza.
Hay un hombre que lanza la fe, directo a las estrellas.
Un hombre que da su vida entera, por Cuba y por su bandera.
Hay un hombre que lanza la fe, directo a las estrellas.
Y un Fidel que vibra en la montaña, regalando la esperanza de un nuevo amanecer.
(estribillo) Caminante no hay camino.
Caminante no hay camino, óyelo bien, se hace camino al andar.
Oye como canta Cuba entera, caminante no hay camino.
Y salió el sol tras el diluvio, se hace camino al andar.
Y es que la era está pariendo un corazón, caminante no hay camino.
Se hace camino al andar, se hace camino al andar.
5- Cabalgando con Fidel, de Raúl Torres
Con esa sensibilidad que emana de su trova amorosa y comprometida, Raúl Torres compuso esta hermosa canción en homenaje al Comandante, estrenada tres días después de la partida física del Guerrillero del Tiempo.
Con arreglos del Maestro Pancho Amat, la trompeta de Yasek Manzano, el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica Nacional y con las voces de Raulito, Eduardo Sosa, Luna Manzanares y Annie Garcés, la canción fue grabada en los Estudios Abdala.
Dicen que en la Plaza en estos días
se les ha visto cabalgar a Camilo y a Martí
y delante de la caravana, lentamente sin jinete,
un caballo para ti.
Vuelven las heridas que no sanan
de los hombres y mujeres
que no te dejaremos ir.
Hoy el corazón nos late afuera
y tu pueblo aunque le duela
no te quiere despedir
Hombre, los agradecidos te acompañan
cómo anhelaremos tus hazañas
ni la muerte cree que se apoderó de ti.
Hombre, aprendimos a saberte eterno
así como Olofi, Jesucristo
No hay un solo altar sin una luz por ti.
Hoy no quiero decirte Comandante,
ni barbudo, ni gigante
todo lo que sé de ti.
Hoy quiero gritarte, Padre mío,
no te sueltes de mi mano,
aún no sé andar bien sin ti.
Dicen que en la Plaza esta mañana
Ya no caben más corceles llegando
de otro confín.
Una multitud desesperada
de héroes de espaldas aladas
que se han dado cita aquí
y delante de la caravana
lentamente sin jinete
un caballo para ti.
Poemas
6- Canto a Fidel, poema de Carilda Oliver Labra
Premio Nacional de Literatura (1998), y nacida el 6 de julio de 1922 en la occidental provincia de Matanzas, Carilda escribió su contundente poema Canto a Fidel, el 5 de marzo de 1957.
La poetisa ha recordado que se inspiró al leer la revista LIFE ese mismo día, donde se daba a conocer que el jefe de la expedición del yate Granma estaba vivo, mérito principal del citado reportaje. Y que se lo recitó a la peluquera Teresa Rodríguez y ella la incitó a que se lo enviara a la Sierra Maestra, lo que alguien hizo, trasladándolo escondido en una bota.
Justamente por esa audacia se dio a conocer a través de una emisora rebelde, a fines de 1958. Luego el periódico El Imparcial, de Matanzas, lo hizo público cuando Fidel entró a la ciudad en la Caravana de la Victoria.
El Canto… nació luego de conocer que el jefe rebelde estaba vivo, subió en un zapato a la Sierra Maestra y se dio a conocer al mundo por Radio Rebelde.
No voy a nombrar a Oriente,
no voy a nombrar la Sierra,
no voy a nombrar la guerra
–penosa luz diferente–,
no voy a nombrar la frente,
la frente sin un cordel,
la frente para el laurel,
la frente de plomo y uvas,
voy a nombrar toda Cuba,
voy a nombrar a Fidel.
Ese que para en la tierra
aunque la Luna le hinca,
ese de sangre que brinca
y esperanza que se aferra;
ese clavel en la guerra,
ese que en valor se baña,
ese que allá en la montaña
es un tigre repetido
y dondequiera ha crecido
como si fuese de caña.
Ese Fidel insurrecto
respetado por las piñas,
novio de todas las niñas
que tienen el sueño recto.
Ese Fidel –sol directo
sobre el café y las palmeras–;
ese Fidel con ojeras
vigilante en el Turquino
como un ciclón repentino,
como un montón de banderas.
Por su insomnio y sus pesares,
por su puño que no veis,
por su amor al veintiséis,
por todos sus malestares,
por su paso entre espinares
de tarde y de madrugada,
por la sangre del Moncada
y por la lágrima aquella
que habrá dejado una estrella
en su pupila guardada.
Por el botón sin coser
que le falta sobre el pecho,
por su barba, por su lecho
sin sábana ni mujer
y hasta por su amanecer
con gallos tibios de horror;
yo empuño también mi honor
y le sigo a la batalla
con este verso que estalla
como granada de amor.
Gracias por ser de verdad,
gracias por hacernos hombres,
gracias por cuidar los nombres
que tiene la libertad…
Gracias por tu dignidad,
gracias por tu rifle fiel,
por tu pluma y tu papel,
por tu ingle de varón.
Gracias por tu corazón.
¡Gracias por todo, Fidel!
7- Gracias, Fidel, poema de Francisco Riverón Hernández
Nacido en Güines el 2 de abril de 1917, y fallecido en La Habana el 13 de enero de 1975, Francisco Riverón Hernández está considerado, junto con Jesús Orta Ruiz —el Indio Naborí—, el más importante decimista cubano de la primera mitad del siglo XX»
Este poema fue escrito el 3 de diciembre de 1956, al día siguiente del desembarco de Fidel en Oriente y enviado a la Sierra Maestra a través de un amigo.
Alguien le puso: Fidel,
Cuba se lo dio a la vida,
y se le abrió en una herida
que va sangrando con él.
Una agua como de miel
en la sonrisa mojada,
una sangre desvelada
de bravo en el pecho bravo
y un no querer ser esclavo
creciéndole en la mirada.
Lo meció buena mujer
en cuna de seda buena,
pero le duele la pena
del bohío y del taller.
Estudiante, su deber
le conoce de temprano;
y por el decir martiano
echa su vida sin calma
con una red en el alma
y luz de libro en la mano.
Por eso le oyen gritar
los caminos y las calles,
por el hambre de los valles,
por la angustia del solar.
Por donde marcha su andar
el valor dice: ¡Presente!
en la anchura de su frente
hermana del resplandor,
la patria tiene sabor
a limpia y a combatiente.
Cuando regresó el pasado
por un camino de penas
y hacia un clima de cadenas
el tiempo fue desandado,
su afán por lo liberado
le hace la sangre febril;
y en una explosión civil
que alumbra la madrugada,
se para frente al Moncada
sin canana y con fusil.
Y peleador necesario
leal en cada episodio,
se le ve mirar sin odio
inútil al adversario.
Sabor universitario
le enseña a mirar así,
alma de nuevo mambí,
trae en la mano la rosa
y la guerra generosa
que dictó José Martí.
Yo, que le quiero este asombro
de verlo pelear su guerra,
lo siento andar por la Sierra
llevando a Cuba en el hombro.
El aire donde lo nombro
se vuelve de su calibre;
acá y allá, donde vibre
su sabor a rebeldía,
Cuba —labio en agonía—
usa una sonrisa libre.
Su gesto salva el honor
de este tiempo avergonzado,
ya es como un dolor lavado
nuestro presente dolor.
La anchura de su valor
tiene la de su papel;
y van creciendo con él
y por lo que el alma lleva,
un ansia de Cuba Nueva
y un… ¡Muchas gracias, Fidel!
3 de diciembre de 1956
8- Canción de gesta, poema de Pablo Neruda, 1960
Nacido en Parral, al sur de Chile, el 12 de julio de 1904, el apego a la justicia, a la verdad y a la belleza de Neruda lo convirtieron en un paradigma de la poesía de nuestro tiempo. Premio Nobel de 1971, murió el 23 de septiembre de 1973, solo unos días después del golpe de estado y de la muerte de su amigo Salvador Allende en el Palacio de la Moneda.
Fidel, Fidel, los pueblos te agradecen
palabras en acción y hechos que cantan,
por eso desde lejos te he traído
una copa del vino de mi patria:
es la sangre de un pueblo subterráneo
que llega de la sombra a tu garganta,
son mineros que viven hace siglos
sacando fuego de la tierra helada.
Van debajo del mar por los carbones
Y cuando vuelven son como fantasmas:
se acostumbraron a la noche eterna,
les robaron la luz de la jornada
y sin embargo aquí tienes la copa
de tantos sufrimientos y distancias:
la alegría del hombre encarcelado,
poblado por tinieblas y esperanzas
que adentro de la mina sabe cuándo
llegó la primavera y su fragancia
porque sabe que el hombre está luchando
hasta alcanzar la claridad más ancha.
Y a Cuba ven los mineros australes,
los hijos solitarios de la pampa,
los pastores del frío en Patagonia,
los padres del estaño y de la plata,
los que casándose con la cordillera
sacan el cobre de Chuquicamata,
los hombres de autobuses escondidos
en poblaciones puras de nostalgia,
las mujeres de campos y talleres,
los niños que lloraron sus infancias:
esta es la copa, tómala, Fidel.
Está llena de tantas esperanzas
que al beberla sabrás que tu victoria
es como el viejo vino de mi patria:
no lo hace un hombre sino muchos hombres
y no una uva sino muchas plantas:
no es una gota sino muchos ríos:
no un capitán sino muchas batallas.
Y están contigo porque representas
todo el honor de nuestra lucha larga
y si cayera Cuba caeríamos,
y vendríamos para levantarla,
y si florece con todas sus flores
florecerá con nuestra propia savia.
Y si se atreven a tocar la frente
de Cuba por tus manos libertada
encontrarán los puños de los pueblos,
sacaremos las armas enterradas:
la sangre y el orgullo acudirán
a defender a Cuba bienamada.
Curiosidades
9- «Los tengo a ustedes», un anécdota sobre Fidel y los niños
«Cuando vimos a Fidel, se apoderó de nosotros una alegría honda y contagiosa que nos hacía saltar y aplaudir. Aquel momento tantas veces recreado en nuestra imaginación al fin estaba aconteciendo. Nos mirábamos y nos sonreíamos cómplices. Sabíamos que aquel instante no se nos olvidaría jamás. No atinábamos a nada, hasta que un grupo comenzó a decir: “¡Fidel!, ¡Fidel! ¿Qué tiene Fidel, que los imperialistas no pueden con él?” La frase se multiplicó y en breve, todos la repetíamos. Entonces ocurrió lo inesperado. El Comandante de las estrellas y los laureles, el guerrillero, el orador, el amigo de los niños, se acercó a uno de los micrófonos y nos contestó: “¡los tengo a ustedes!”»
(Tomado del libro Los tengo a ustedes, Casa Editora Abril, 2006, que recoge las memorias de los Congresos Pioneriles)
10- El Día de los Niños en Cuba y las palabras de Fidel
Para elegir la fecha en que se debía festejar en Cuba el Día de los Niños, Fidel lo consultó justamente con los protagonistas. Fue el 6 de julio de 1973 cuando por primera vez se celebró esta fecha, aunque luego se decidió que fuera el tercer domingo del séptimo mes del año.
A través de un fragmento del discurso pronunciado por Fidel en el campamento de pioneros del Parque Lenin, el 16 de julio de 1974, rememoramos cómo surgió la idea.
« ...Les voy a explicar: antes, el Día de los Niños era el 6 de enero, ¿lo recuerdan? Pero no era la época de vacaciones, los niños estaban en clases; no era el mejor período del año para el Día de los Niños, y para los juguetes, para divertirse.
Entonces la Revolución tomó una decisión: “Vamos a cambiar la fecha, vamos a ponerla en julio. ¿Pero qué día de julio?” Dijimos: “Bueno, como era el 6, vamos a ponerla el 6 de julio”. ¿Pero saben lo que hemos descubierto? Que nos equivocamos al escoger la fecha. ¿Qué les parece? Y ustedes dirán que por qué. Les voy a explicar, les voy a explicar, a ver si ustedes me comprenden. Escogimos el 6 por tradición... ¿Pero qué ocurre? Que estas cosas no las tuvimos muy bien en cuenta: las clases empiezan el primer lunes de septiembre y se terminan los primeros días de julio; depende, unas veces el 5, otras el 4, otras el 6, depende del día de la semana. Entonces la distribución de los juguetes empieza muchos días antes, como ustedes saben; y como ustedes saben, muchos muchachos enseguida agarran los juguetes en pleno período de clases, y de exámenes.
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Luego tenemos dos problemas, dos: uno, los exámenes, que son los primeros días de julio; y otro, los días de la semana, que no cae domingo el Día de los Niños. ¿No sería mejor que nosotros buscáramos otra fecha? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) Pero, ¿cuál fecha? (RESPONDEN A CORO: “¡El 26 de Julio!”)
Bueno, me alegra mucho que ustedes digan el 26 de Julio, pero el día 26 de Julio hay tremendas movilizaciones, actos de masa, y entonces no resulta un buen día. Debiéramos buscar un día que se acerque al 26 de Julio. Pero vamos a buscar una fórmula, a ver (EXCLAMACIONES DE: “¡El 25!”). Pero, si el 25 nos cae un miércoles, estamos “fritos”.
Solución, a ver. Tiene que ser un domingo, ¿eh? (EXCLAMACIONES DE: “¡El segundo domingo!”)
¡Ah! Algunos me proponen una cosa muy inteligente, dicen que el segundo domingo (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”). Pero estoy pensando ahora lo siguiente, estoy pensando lo siguiente, porque siempre hay un problema. Si el primer domingo nos cae el día primero y el segundo domingo nos cae un día 8, y se nos acaban las clases un día 6, tenemos el mismo problema que ahora (EXCLAMACIONES DE: “¡El tercero!”) ¿Cuál solución podría ser mejor? (EXCLAMACIONES DE: “¡El tercero!”)
¡Ah!, ¿qué me están diciendo por ahí? Una cosa muy inteligente (EXCLAMACIONES DE: “¡El tercero!”).
iAh!, ¿el tercer domingo? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”)
Vamos a ver: el día que el primero nos caiga domingo, y el día 8 domingo, entonces el tercero nos cae un 15. Sería buena cosa. Y si no nos cae un 15, vamos a suponer que el primero nos caiga un 7, el segundo nos cae un 14, y el tercero, ¿cuándo nos cae? (EXCLAMACIONES DE: “¡El 21!”) ¿Un 21? Pues, no hay problema. ¡Esa sí que es una buena solución! (APLAUSOS) ¡Cuando yo decía que estos muchachos son muy inteligentes!
Entonces, ustedes están proponiendo un tercer domingo de julio que sea el “Día de los Niños”, que sea un domingo, y caerá en plenas vacaciones. Las madres estarán con los hijos (EXCLAMACIONES DE: “Sí!”), los exámenes habrán pasado (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”), estaremos en plenas vacaciones (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”). ¡Esa sí que es una buena solución! Si nosotros lo hubiéramos discutido con ustedes antes, habríamos encontrado la mejor solución (APLAUSOS). ¡De verdad!»
Desde entonces, cada tercer domingo de julio se convierte en una fiesta, porque son muchos los motivos para celebrar este día en Cuba, donde niñas y niños tienen garantizada una infancia feliz.