La limpieza de los árboles derribados es uno de los rostros más visibles y necesarios de la recuperación. Autor: Luis Raúl Vázquez Muñoz Publicado: 21/09/2017 | 07:05 pm
CIEGO DE ÁVILA.— La calma y la vida cotidiana parecen volver. En la capital provincial de Ciego de Ávila, las personas regresan a sus rutinas diarias. Ya las colas en los mercados no son tan numerosas, sobre todo cuando se recuerdan los días de la espera ante la llegada de Irma. Al caer el Sol por las calles y avenidas se ve a numerosos avileños en ropas deportivas trotando o caminando a paso rápido, y en las últimas horas los padres con sus hijos camino a las escuelas brindan cierta sensación de tranquilidad.
Pero esas escenas no dejan de tener su cuota de ilusión. En toda la provincia se vive la tensión dejada por Irma. Es la lucha que viene ahora para resarcirse de los daños, que han sido grandes y en muchos casos tomarán tiempo.
Porque hay numerosos árboles en el piso y estos son una de las caras más visibles de la recuperación, o porque no en todos los lugares y municipios hay luz, aunque a medida que pasan las horas aumenta el restablecimiento de los servicios; ni todos los niños pueden iniciar el curso, porque sus escuelas no existen o sufrieron severos daños, o porque las viviendas derribadas recuerdan, con bastante dolor, que se deberá tener fe y trabajar muy fuerte para recuperar lo perdido.
Nadie quedará abandonado
En encuentro con los directivos del territorio, el presidente del Consejo de Defensa Provincial (CDP), Félix Duarte Ortega, expresó que Irma causó severos daños en la provincia; pero enfatizó que no pudo destruir lo principal, que es la capacidad de trabajo de todos los avileños.
«Nos esperan jornadas duras —explicó—. Los daños en la infraestructura económica han sido grandes; y también en nuestras ciudades y poblados. Toda la provincia resultó afectada y deberemos trabajar con decisión y muy duro en los próximos meses bajo el principio de que nadie en la Revolución quedará desamparado».
El también miembro del Comité Central explicó que este huracán tuvo la particularidad de afectar a casi todo el país. Si en el caso de Matthew, que afectó zonas puntuales de Guantánamo, hacia allá se dirigió la ayuda de todo el país, el escenario ahora es distinto. Por eso, dijo, hay que confiar, en primer lugar, en los esfuerzos y capacidades de la propia provincia.
La labor de los eléctricos será de las más duras. Muchos postes de electricidad están dañados o en el suelo. Foto: Luis Raúl Vazquéz Muñoz
Al mismo tiempo se anunció que el CDP adoptará una serie de medidas, en tanto evalúa otras para apoyar la vida de la población durante la etapa de recuperación. Entre estas, estimular la producción de alimentos o valorar modificaciones temporales de precios a productos de primera necesidad para hacerlos más accesibles a la población.
Ante esas medidas, se advirtió por los órganos de la Fiscalía Provincial que se actuará de modo sereno e implacable con los ciudadanos que intenten iniciar acciones de especulación y acaparamiento con las producciones y servicios destinados a ayudar a los más necesitados.
Daños grandes, esfuerzo mayor
Los datos pueden variar, pues aún se contabilizan al detalle. Pero un acercamiento preliminar a la huella dejada por Irma indica que los trabajos serán amplios. Los estragos en la cayería norte fueron grandes, sobre todo al recibir el impacto de ráfagas en el orden de los 300 kilómetros por hora.
El perjuicio ecológico tampoco ha sido menor y los obreros que han transitado por los cayos hablan de una gran cantidad de flamencos muertos por la fuerza de los vientos, los cuales se ensañaron contra la vegetación. Hoy el bosque de Cayo Coco parece haber sufrido un incendio.
Tierra adentro, en la provincia se contabilizaron 105 854 personas evacuadas, la mayoría en casas de familiares. Cuando los vientos se retiraron, hasta el momento se han registrado 634 derrumbes totales y 842 parciales, junto con 169 925 metros cuadrados de cubiertas ligeras destruidas.
En la salud, 105 instalaciones fueron dañadas con distintos grados de severidad, entre ellas tres hospitales, 19 policlínicos y la Clínica Internacional de Jardines del Rey. El sector de la educación muestra 261 centros con daños y las pérdidas de techos en las escuelas totalizan los 8 829 metros cuadrados y 30 200 metros cuadrados de cubiertas de impermeabilización, que se fueron con los vientos.
La Empresa Cárnica reportó que el establecimiento Pedro Martínez Brito, del municipio cabecera, sufrió el derrumbe total de la nave de calderas y no puede trabajar. Comercio tuvo percances en 108 establecimientos, de ellos 98 bodegas.
Al plátano habrá que decirle adiós por un tiempo. Fueron 2 280 hectáreas las que se fueron abajo, lo que equivale a 52 400 toneladas de banano, que hoy se están sacando de los campos para ser comercializados a la población. Las plantaciones cañeras se encuentran acostadas y la planta industrial recibió daños en sus cubiertas, como es el caso de la Destilería del central Enrique Varona, que perdió completamente su techo.
Luces, teléfonos y algo más
¿Cuándo pondrán la luz? Esa pregunta es reiterativa y con razón. Muchos servicios se han restablecido en las últimas horas, pero en otras regiones de la provincia habrá que esperar. Es el caso de las zonas de Punta Alegre y Máximo Gómez, en el municipio de Chambas; Jicotea, en el de Ciego de Ávila; Júcaro y Jagueyal en Venezuela, o el municipio de Bolivia.
De acuerdo con datos del Despacho Provincial de Carga de la Organización Básica Eléctrica, este último territorio es el más afectado de la provincia. De los 325 kilómetros de cables con que cuenta, se estima que más de 200 kilómetros —un 60 por ciento— están dañados.
Más de 300 obreros de Etecsa trabajan en la recuperación de las líneas y de los servicios telefónicos. Foto: Luis Raúl Vazquéz Muñoz
Comparados con los eléctricos, la situación de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) aquí, no es tan crítica al juzgar los datos aportados por su dirección en la provincia. Pero llevará trabajo. Sobre todo por el nivel de árboles sobre las líneas y la ausencia de electricidad, que agota las baterías de las plantas e interrumpe los servicios telefónicos.
En estos momentos, 266 postes de ese sector se encuentran partidos o doblados y de 5 431 servicios se han podido recuperar 2 111. De las 21 zonas wifi, ninguna sufrió daños en su equipamiento y ocho ya están en pleno funcionamiento; las restantes lo estarán en la medida en que se restablezca la electricidad en las áreas donde están enclavadas.
Agua y más agua
En medio de tantas aprehensiones, al menos existe un respiro. Los embalses de Ciego de Ávila almacenaban solo 18 000 000 de metros cúbicos y cuatro de los seis existentes estaban en niveles muertos.
Por esos días los especialistas de Recursos Hidráulicos andaban pegados al televisor con ojos y oídos puestos ante la posibilidad de las lluvias. El saldo final es que no se cumplieron las expectativas en cuanto a las precipitaciones.
Sin embargo, Irma inyectó cerca de 43 000 000 de metros cúbicos a las presas y unos 42 000 000 a los embalses naturales de La Redonda y La Leche, también muy deprimidos. Aunque habrá que esperar unos días para que termine el escurrimiento y conocer por el plato fuerte, la situación del manto freático, algunas presas como la mayor de la provincia, el Complejo Liberación de Florencia, llegó a los 40 000 000 de metros cúbicos, el 51 por ciento de su capacidad.
Pese a que esos números pueden incrementarse con el aporte de las derivadoras, el saldo final indica que las presas en Ciego de Ávila están hoy en un 51 por ciento de su capacidad. Por lo tanto, la sequía continúa.