Alexis Tsipras, primer ministro de la República Helénica Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 06:43 pm
Hermanos y hermanas;
Valiente pueblo de Cuba (Aplausos):
Aquí, desde la Plaza de la Revolución, como corresponde a este gran revolucionario del siglo XX, despedimos hoy al Comandante Fidel. Despedimos a un símbolo internacional de la lucha y la resistencia, quien con su ejemplo inspiró las luchas de los pueblos en todo el mundo por la independencia, la libertad, la justicia y la dignidad.
Despedimos al Fidel de los pobres, de los humildes, de los oprimidos y de los que jamás se rinden, el Fidel de ustedes, nuestro Fidel, el Fidel que pertenece a todos los rincones de este planeta, el Fidel que pertenece a la historia (Aplausos).
Es un gran honor participar en este momento histórico en representación del pueblo griego, un pueblo que vive en un rincón del planeta muy distante de ustedes, pero muy cercano a los valores e ideales por los que ustedes han luchado y luchan (Aplausos). Porque al igual que el pueblo cubano, en los momentos críticos de su historia, el pueblo griego no vaciló en levantarse y luchar contra poderosos adversarios para reclamar su libertad e independencia, su dignidad y sus derechos.
¡Libertad o muerte! fue el lema de la revolución griega de 1821; ¡Patria o Muerte! fue el lema de la Revolución Cubana de 1959 (Exclamaciones de: “¡Venceremos!”).
Siguiendo los pasos de Simón Bolívar y José Martí, junto con el Che Guevara, Fidel logró que Cuba dejase de ser una dictadura más para convertirse en un símbolo internacional de resistencia y dignidad nacional (Aplausos).
Fidel le deja un valioso legado al pueblo cubano en los campos de la educación, la erradicación del analfabetismo, la salud, sus niveles superiores de ciencia y cultura, pero también les deja un valioso legado a todos los pueblos, porque inspiró los cambios políticos y sociales en América Latina, creó las bases para una nueva era de integración regional y las condiciones para la coexistencia pacífica y la cooperación entre Cuba y Occidente.
La Cuba de Fidel, no obstante, nos enseñó que el camino al socialismo no está cubierto de rosas, también está lleno de dificultades, reveses y altibajos. Hemos aprendido de él, de sus logros y de los reveses.
Fidel nos enseñó que la lucha por las transformaciones sociales es una batalla permanente que exige grandes sacrificios, como los sacrificios que el pueblo de Cuba ha soportado con estoicismo durante el embargo impuesto a su país como chantaje y castigo permanentes. Y tal vez nosotros en Europa no podamos imaginar las dificultades que ustedes han debido soportar, pero nosotros también tenemos nuestras propias fuerzas opresoras, la lógica inhumana de las leyes del mercado en el neoliberalismo.
Y nosotros en la lejana Grecia luchamos por la justicia y la dignidad, y en esta lucha nos acompaña y nos acompañará siempre el ejemplo de Fidel en nuestras victorias y en nuestras derrotas, en nuestros desafíos y en nuestros compromisos (Aplausos).
Fidel ha fallecido, pero siempre estará presente en las pequeñas y grandes batallas de los pueblos en todo el planeta, en la llama de la resistencia de los oprimidos que reafirman su dignidad, en la fuerza de aquellos que luchan con pasión para reclamar lo imposible y dejar de vivir lo inaceptable cambiando el curso de la historia.
¡Adiós, Comandante, hasta la victoria siempre! (Aplausos).