Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

En nosotros como la raíz en la tierra

Cada cubano tiene para compartir una historia de amor hacia Fidel y de compromiso con su legado. Por eso ya son más de seis millones quienes han jurado cumplir el concepto de Revolución. El tributo continúa en cada rincón de una Isla irredenta y fidelista

Autores:

Yahily Hernández Porto
Osviel Castro Medel
Roberto Díaz Martorell
Hugo García
Héctor Carballo Hechavarría
Luis Raúl Vázquez Muñoz
Lisandra Gómez Guerra

Cuba sigue viviendo días de un hondo sentimiento. De punta a cabo se recuerda y rinde tributo a Fidel, al que más de seis millones de hijos de esta tierra —hasta las 12 del día de este martes— le han confirmado el compromiso de seguir construyendo un proyecto genuinamente emancipador, al firmar el concepto de Revolución.

En la Plaza de la Revolución de La Habana, una última guardia de honor encabezada por el General de Ejército Raúl Castro Ruz cerró dos días de homenaje popular, que sigue a partir de este miércoles con el recorrido de la Caravana de la Libertad que llevará las cenizas del Comandante en Jefe hasta la ciudad de Santiago de Cuba, y que tuvo lugar también en todas las provincias del país.

En Birán, ese pequeño pedazo de tierra patria donde todo comenzó, en horas de la tarde de este martes fue depositada una ofrenda floral en nombre del pueblo cubano ante el panteón de la familia Castro Ruz, en el Conjunto Histórico de Birán, a la que se suman numerosas y espontáneas muestras de gratitud y amor a Fidel.

El homenaje estuvo a cargo de una representación de las principales autoridades políticas y gubernamentales, las organizaciones de masas, estudiantiles y juveniles, la sociedad civil y las instituciones armadas de las FAR y el Minint.

Digo mi patria, digo Fidel

La Plaza de la Patria, de Bayamo, resultó escenario hace diez años del último acto por el 26 de Julio en el que hablara Fidel. Ese hecho es uno de los que ahora espolean a los granmenses a rendirle honores al Comandante en Jefe, justamente en ese lugar simbólico de Cuba.

Pero como señala la periodista Geidis Arias Peña, de 25 años de edad, el tributo debe ir acompañado de la reflexión sobre el mañana. «Fidel estuvo lanzándonos retos constantemente a los jóvenes y eso mismo es lo que ha hecho ahora; es el reto de que continuemos y perfeccionemos su obra», dice.

Los jóvenes han demostrado de forma masiva su adhesión al ideario de Fidel. Foto: Luis Raúl Vázquez

En Camagüey, Diumer Martínez Loyolano escribió una canción para Fidel: «Revolución es la palabra que llama al hombre a conquistar el derecho de elegir a obtener su libertad. Revolución digo mi patria, digo Fidel y digo más, digo internacionalismo, digo mujer y digo humildad».

Como ella, miles de camagüeyanos marcharon en cuerpo apretado en el tributo póstumo a su líder histórico. Yessica Pérez Giraldo comentó: «Él estará por siempre en nuestros corazones y en nuestra historia, la de América y del mundo».

Convicciones íntimas

Luego de un sencillo acto en horas de la mañana de este martes, trabajadores, profesores y estudiantes de la Universidad de Ciego de Ávila Mayor General Máximo Gómez Báez firmaron el compromiso de hacer cumplir el concepto de Revolución, pronunciado por Fidel.

La jornada de duelo deja huellas significativas e íntimas en muchos jóvenes universitarios, quienes además plasman en las redes sociales mensajes en los cuales no solo enaltecen al Comandante y su obra, sino que dejan sentada la postura ética de la Revolución.

Aún la escritora espirituana Celestina García no ha encontrado fin para su soneto. El dolor ante la pérdida de su paradigma le ha robado las palabras. «Sobran los vocablos para hacer un largo texto, pero todavía no he podido hilvanar los versos. Fidel es demasiado grande para merecer un trabajo sin calidad», expresa con una voz resquebrajada por la ausencia.

Vivir como las palmas de Cuba

«Fidel está tan vivo como las palmas de Cuba», expresó emocionada Carilda Oliver Labra al filo del mediodía de este martes, en Matanzas, cuando firmó el juramento del concepto de Revolución, expresado por el líder cubano el 1ro. de mayo de 2000.

«Fidel es como ese suelo donde germina la conciencia del cubano. Hablar de su vida, de lo que ya representa para millones de personas, puede parecer casi un acto de vanidad, porque él ni siquiera pertenece a los cubanos totalmente. Convertido en un ciudadano del mundo, ha repartido su presencia luminosa haciendo suya las causas desesperadas de esos pobres de la Tierra.

«Estoy segura de que tenemos algo más que su imagen convertida en símbolo de la rebeldía y de la resistencia. Nos queda la sensación de su presencia interminable, esa certidumbre de que para encontrarlo no es necesario recordar, porque como dije al principio está metido en nuestros átomos como la raíz en la tierra», resumió la poetisa.

Rosas para Fidel. Foto: Yahily Hernández

Tenerlo en nuestros corazones

También en La Atenas de Cuba, Nemesia, la niña de los zapaticos blancos, rubricó su compromiso con la Patria que lo es también con la Ciénaga de Zapata, un lugar en el que, afirmó, Fidel vive en cada obra edificada.

«Para mí, Fidel es lo más grande que ha dado el mundo. Siempre tuve su mano cuando la necesité. Siempre me ponía nerviosa cuando lo veía, pero me transmitía energía positiva cuando colocaba su brazo encima de mi hombro.

«Cuando el aniversario 50 de Girón me vio tosiendo, tan alterada, que para relajarme me dijo: “Nemesia, han pasado 50 años y todavía te gustan los zapaticos blancos”. Así era él.

«En la Ciénaga de Zapata Fidel lo ideó todo; allí no había nada antes de la Revolución. Desde que llegó solo pensó en ayudar a los carboneros, campesinos, pescadores, para que saliéramos del subdesarrollo horrible que había.

«Lo seguiré amando, queriendo; lucharé porque sus ideales sigan vivos. Es un privilegio tenerlo en nuestros corazones para siempre», dijo.

El pinero Johanson Mora Rodríguez tiene seis años y conoce a Fidel porque su familia le ha hablado de él. No sabe escribir todavía; sin embargo, logró firmar el juramento de fidelidad al concepto de Revolución.

De la mano de su mamá, él y su hermanito fueron a rendir tributo al Comandante en Jefe. La mamá rubricó su compromiso y Johanson pidió el bolígrafo para firmar. «Tú no puedes firmar porque eres muy chiquito», le dijeron, pero no lo entendió. «Yo quiero escribir en el libro de Fidel», dijo.

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