Ante la magnitud del huracán Matthew, un evento calificado de muy peligroso, los responsables del Órgano de trabajo del Consejo de Defensa Nacional para la Reducción de Desastres orientaron a los diferentes niveles de dirección trabajar con precisión, a fin de minimizar los efectos del fenómeno hidrometeorológico y preservar vidas.
La primera reunión de la entidad para actualizar la situación y perspectivas de Matthew, celebrada la víspera, estuvo encabezada por el jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, Ramón Pardo Guerra, y Elba Rosa Pérez, titular del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medioambiente (Citma).
La Doctora Miriam Teresita Llanes, jefa del Centro de Pronósticos del Departamento de Pronósticos del Instituto de Meteorología, indicó que Matthew es un huracán intenso y extenso, impresionante.
En apenas 12 horas (de las 11:00 de la mañana a las 11:00 de la noche del viernes), por ejemplo, pasó de vientos sostenidos de 185 kilómetros por hora a 260 km/h, cuando se convirtió en huracán Categoría 5 en la escala Saffir-Simpson.
Durante buena parte del día de ayer, con vientos sostenidos de 250 kilómetros por hora, el ciclón tropical se mantuvo en Categoría 4. Ya se le considera uno de los huracanes más intensos en el área del Atlántico, el mar Caribe y el golfo de México, y el más intenso desde 2007.
Debido a su extensión y su lento paso —la víspera el área con vientos de tormenta tropical alcanzaba un diámetro de 700 kilómetros y se movía a baja velocidad—, la Doctora Llanes indicó que el fenómeno es peligroso en todas sus variantes: las lluvias, el viento, la altura de las olas y las inundaciones costeras por penetraciones del mar.
Durante la reunión del sábado del Órgano de trabajo del Consejo de Defensa Nacional para la Reducción de Desastres, los especialistas del Instituto de Meteorología (Insmet) enfatizaron en que Matthew no es un ciclón común, y aunque pudiera debilitarse en algún momento, se mantendrá como huracán intenso.
Explicaron que las condiciones atmosféricas y las altas temperaturas del mar Caribe, actualmente de 28 a 30 grados Celsius al sur de Cuba, son favorables para el desarrollo ciclónico. Informaron también que los efectos de Matthew comenzarían a sentirse en las primeras horas de la madrugada de este lunes en la costa sur de la región oriental.
A partir de los análisis de estos especialistas, el jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, Ramón Pardo Guerra, significó que Matthew amenaza a amplias zonas montañosas no solo del oriente, sino también del centro del país, por lo que orientó tomar todas las medidas planificadas para esas zonas a fin de preservar las vidas humanas y minimizar los daños a la economía nacional y familiar.
En la reunión del Órgano de trabajo del Consejo de Defensa Nacional para la Reducción de Desastres, que también estuvo encabezada por Luis Ángel Macareño, segundo jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, el teniente coronel Wilfredo Cobas, jefe del Departamento de Operaciones de la institución, informó sobre las medidas que se toman durante la respuesta a este huracán de gran intensidad.
Entre ellas está la determinación de las zonas de afectación por los vientos, por la marea de tormenta, por las marejadas y por las lluvias, para adoptar las medidas orientadas.
También se indicó calcular el impacto del mar a la salida del huracán por algún punto del norte, así como prever el posible estacionamiento o recurva del fenómeno, tareas que están a cargo del sistema de vigilancia integrado por el Insmet, los Consejos de Defensa provinciales y municipales, y los especialistas de Recursos Hidráulicos.
La apreciación de las posibles afectaciones se realiza en cada territorio —explicó Cobas—, según las vulnerabilidades existentes en ellos y su situación hidrometeorológica. Ha de incrementarse, además, la vigilancia de los embalses, ríos, cañadas y arroyos, así como también del agua para consumo de la población y de los alimentos, con el objetivo de garantizar su calidad.
También debe asegurarse, entre otras medidas, la información oportuna a la población. Al respecto, el Jefe del Departamento de Operaciones de la Defensa Civil señaló que tras el paso del huracán Sandy por la región oriental en 2012, en estas provincias existe hoy una mayor apreciación de riesgo, por las acciones de información y prevención que entonces se realizaron.
La representación del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) ante el Órgano de trabajo del Consejo de Defensa Nacional para la Reducción de Desastres informó por su parte que al cierre del 30 de septiembre los embalses del oriente y el centro del país están en condiciones favorables para asimilar las lluvias que ocasione el meteoro y evitar inundaciones.
De Camagüey a Guantánamo, 70 embalses están por debajo del 50 por ciento de su capacidad; 55, al 50-75 por ciento; y solo siete presas están vertiendo.
Al mismo tiempo, Camagüey solo tiene ocupada el 40,6 por ciento de la capacidad de sus embalses; Las Tunas, el 39,6 por ciento; Granma, el 49 por ciento; Guantánamo, el 36,6 por ciento, y Santiago de Cuba, el 39,8 por ciento. Únicamente Holguín posee amplias reservas (78,3 por ciento de su capacidad de embalse), pero esto responde a solo dos de sus presas.
También se conoció de las acciones adoptadas en las provincias orientales para la fase informativa, como el aseguramiento de alimentos, tanto humano como para el ganado, la poda de árboles, el alistamiento de los grupos energéticos donde se precisan, la preparación en las áreas de salud, el aseguramiento de las comunicaciones, y la información a la población.
La ministra del Citma, Elba Rosa Pérez, explicó por su parte que los equipos de científicos que trabajan en el área de la meteorología están activados en su totalidad. Al mismo tiempo, exhortó, ante la inminencia del ciclón Matthew y las acciones para reducir sus efectos, exigir la utilización en cada territorio de los resultados de los estudios de vulnerabilidad, peligro y riesgo realizados en ellos.
El jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, Ramón Pardo Guerra, exhortó por su parte a cumplir con todos los planes establecidos para enfrentar estos eventos, hacerlo con racionalidad, pero también con sentido dialéctico, según las características de cada lugar.