Conocen el destino final de sus esfuerzos, por ello los miembros de la XV Movilización Agrícola valoran altamente la utilidad de su empeño. Autor: Boris F. Atiénzar Publicado: 21/09/2017 | 05:47 pm
No importa el sitio escogido cuando jóvenes con intereses diversos aglutinan voluntades para alcanzar un objetivo común. El campo, por ejemplo, resulta un espacio habitual para congregar a bisoños que identificados con tres «F» descubren en el surco nuevas potencialidades.
Es la oportunidad número XV de la Movilización Agrícola de la Agrupación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), la Federación de la Enseñanza Media (FEEM) y el Ministerio del Interior (Minint), que contribuye a la economía del país y a la alimentación de la población.
Esta campaña de frío, como le llaman, se extiende desde el 3 de febrero hasta el 13 de abril. El período comprende cuatro etapas de 15 días cada una, durante las cuales se incorporan a las labores agrícolas las fuerzas que demanda la Unión Agropecuaria Militar (UAM). Participan en la movilización las Instituciones Docentes de Nivel Superior de las FAR, las Escuelas Militares Camilo Cienfuegos, el Minint, las universidades y los institutos preuniversitarios.
El teniente coronel Inti Tamayo Ricardo, segundo jefe de la agrupación, comenta que en este momento la UAM ha organizado a los estudiantes en nueve campamentos distribuidos por todo el país, los cuales poseen las condiciones óptimas para el desarrollo de la campaña.
«El personal de servicios médicos, por ejemplo, permanece junto a ellos tanto en el desarrollo de las actividades agrícolas como durante la permanencia en los dormitorios».
Otras formas de crecer
Desde el campamento Los Pinos (Güines, Mayabeque), la Camilita de onceno grado Yadiris Martínez Vergara advierte en plena faena que aunque es la primera vez que participa en esta actividad, el trabajo en grupo la hace sentirse muy útil. Su mayor satisfacción son los logros. «Durante la semana anterior resulté destacada; en la presente, vanguardia».
Rendimientos similares logra su compañero de estudio César Dinza Durruthy, quien cuando concluye ayuda a los demás, pues para él «actuar en grupo facilita el cumplimiento de la norma».
Tales desempeños han posibilitado que la Agrupación, hasta el momento, sobrecumpla el plan de producción, según el teniente coronel Tamayo Ricardo. Y es que los resultados no pueden ser otros, porque los protagonistas conocen el destino final de sus esfuerzos.
«Me satisface contribuir en la entrega de productos que no solo se distribuyen en unidades militares, sino también para el consumo del pueblo», refirió Yoan Cuétara Reuz, cadete de cuarto año del Instituto Superior del Ministerio del Interior Eliseo Reyes Rodríguez, Capitán San Luis.
Otros jóvenes como Leandro García Rodríguez, cadete de la Academia Naval Granma, disfrutan movilizarse por segunda ocasión, lo cual les permite valorar mejor la importancia del trabajo con la tierra y su utilidad para el país.
El guardiamarina advierte ahora con mayor agudeza cuánto apoyo necesitan las mujeres; por eso «tratamos de poner a su lado a un hombre para evitar que las muchachas se sobrecarguen», manifiesta.
Ellas, por su parte, agradecen la cooperación entre compañeros como vía esencial para vincular al grupo. Motivos que le permitirán a Thalía Alfonso González, estudiante del preuniversitario Ernesto Dimas, de Melena del Sur, recordar para siempre a sus colegas de labor. «Vale mucho que las brigadas adquieran una composición mixta, así aunamos esfuerzos y nos comprometemos con la tarea», asegura. Por eso su campamento Caamaño ha obtenido los mejores resultados en el período.
La importancia de la tarea no le resta tiempo a la diversión juvenil. Los espacios recreativos permanecen en los horarios de quienes laboran en el campo; muchos, tras concluir la jornada, prefieren los juegos de mesa, otros bailar o ver televisión, y los más agotados aprovechan el descanso para reponer fuerzas.
Los movilizados continúan cosechando. Saben que el cumplimiento de la misión requiere constancia, pero el reconocimiento lo merece: desde ahora integran la lista de juventudes productivas.