Los jóvenes promovieron diversas iniciativas para expandir las ideas martianas. Autor: Melissa Cordero Novo Publicado: 21/09/2017 | 05:45 pm
Sería imposible decir todo cuanto se ha hecho en el período 2011-2013 por divulgar la vida y obra del más grande de los cubanos. Tampoco cabe en un plan cuanto se seguirá haciendo, porque llevar al Apóstol a cada uno es fortalecer a la nación cubana. Y ese es un propósito que persiguen las personas de buena voluntad.
Talleres, acampadas, recorridos, proyectos comunitarios, cursos, convocatorias, programas televisivos, espacios radiales, artículos periodísticos, conversatorios y otras iniciativas de gran impacto social han sido desarrolladas durante estos tres años por los organismos, instituciones y organizaciones de masas del país.
Una síntesis de estas acciones fue dada a conocer en el Balance del Programa Nacional de Estudio y Promoción de la vida y obra de José Martí, que tuvo lugar en el Centro de Estudios Martianos y contó con la presencia de Roberto Montesinos, jefe de Departamento del Comité Central del Partido; Armando Hart, director de la Oficina del Programa Martiano; Rafael Bernal, ministro de Cultura; y Héctor Hernández Pardo, subdirector de la Oficina.
Pardo informó a los representantes de las instituciones sobre los hechos más destacados en el período, y subrayó la labor de las organizaciones juveniles, donde resaltan las actividades y convocatorias de la Unión de Jóvenes Comunistas, el Movimiento Juvenil Martiano y el Consejo de Jóvenes Plaza Martiana, de la Sociedad Cultural José Martí.
La vanguardia ha dado vida a los seminarios juveniles martianos, los Diálogos de Generaciones en la comunidad y las universidades con la unión de la Federación Estudiantil Universitaria y el Movimiento, el recorrido nacional de la llama martiana hecho por los muchachos de la Sociedad, encuentros con la historia, así como otras acciones realizadas por pioneros, instructores de arte y miembros de la Asociación Hermanos Saíz.
Además, se distinguió el recorrido de los cederistas por su octavo congreso y los barrio-debates que realizó esta organización; los talleres y cursos de verano de la Federación de Mujeres Cubanas; el aumento de bosques, plazas y bibliotecas martianas en las cooperativas; los homenajes realizados a Martí por la Central de Trabajadores de Cuba; las cátedras patrióticas de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y los cursos de pensamiento martiano de la Unión de Juristas de Cuba.
Fue comentada también la labor de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado en la selección de documentos facsimilares de la obra del Apóstol y la digitalización de una parte de estos escritos, así como la colaboración con quienes los solicitan para realizar investigaciones.
Deportistas, informáticos, médicos y trabajadores del turismo, entre otros, vincularon sus profesiones con la ética martiana para hacer de su personal colectivos más preparados para servir al pueblo.
Llegar a todos los hogares del país está en manos de periodistas y realizadores de cine, radio y televisión. A ellos se les felicitó por la cantidad y calidad del trabajo desempeñado con el propósito de acercar a Martí a cada cubano mediante los medios de difusión.
Las escuelas del país transmiten a sus alumnos los valores de Martí. El programa de los ministerios de Educación priorizó la enseñanza del Apóstol en las aulas mediante el estudio de los Cuadernos Martianos y otras iniciativas. Internacionalmente, se crearon escuelas, monumentos y clubes martianos en todo el mundo, y se realizaron varios talleres y simposios de gran alcance.
Pardo reconoció la labor incansable de las instituciones martianas por ser fuente inagotable de conocimientos.