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Aclarando dudas de la población

Funcionarios de Cupet y de la Empresa de Gas Licuado ofrecieron la víspera una rueda de prensa acerca del tema. JR ofrece una versión sintética del intercambio

Autor:

René Tamayo León

«La venta liberada de gas licuado en La Habana y la ciudad de Santiago de Cuba exige que el nuevo cliente —o quienes lo reciben de forma normada y solo tienen una y desean tener dos— alquile la balita o calabacita a 500 pesos, lo que le permitirá tener el depósito durante la vigencia del contrato. Pero ¿cuánto durará “ese contrato”? ¿Un año, dos, tres...?».

Es una de las preguntas más oídas en la calle. Hay dudas.

La venta liberada de gas licuado era algo muy esperado y demandado desde hace años por la población, anhelo que comenzó a tomar cuerpo luego del VI Congreso del Partido, y los Lineamientos Económicos y Sociales del Partido y la Revolución emanados de él.

La ciudadanía siempre ha estado consciente de que este servicio sería complementario y a precios sin subsidio. De forma mayoritaria, está de acuerdo. No obstante, tanto el precio de alquiler de la balita, como el precio de 130 pesos por el «llenado», han provocado más de una preocupación.

Para aclarar dudas, funcionarios de Cupet y la Empresa de Gas Licuado ofrecieron la víspera una rueda de prensa. Seguidamente le ofrecemos una versión sintética del intercambio, sin colocar por orden de palabra las preguntas y sus respuestas.

Calabacita se alquila

Sobre el alquiler de la balita a 500 pesos y el «contrato», Riyaguel Capote, director de comercialización de Cupet, y Eduardo Rivera, director adjunto de la Empresa de Gas Licuado, respondieron que el contrato es por tiempo indeterminado. Puede durar toda la vida.

En caso de que el cliente decidiera prescindir del servicio, puede traspasarlo a otro miembro del núcleo o a quien estime.

—Revista Bohemia: ¿Por qué no dejarlo por la libre y permitir que la gente vaya, lleve la balita y compre una llena?

—Riyaguel Capote (RC): El contrato es una medida de seguridad, como garantizar que el depósito se manipule correctamente —que no se transporte acostado, no se trasiegue el combustible de una balita a otra, no se venda de forma ilegal.

«Este servicio —agregó— es muy seguro, pero hay que evitar las indisciplinas. También permitirá controlar el uso de las balitas y mantener sus condiciones técnicas de acuerdo con el tiempo de uso que estas deben cumplir».

—Bohemia: ¿En caso de un ciclón, por ejemplo, si te quedas sin electricidad tendrías que hacer el contrato y...?

—Eduardo Rivera (ER): El contrato no será una traba, es muy rápido de hacer, solo hay que ir a la casa comercial del municipio, en La Habana, o del distrito, en la ciudad de Santiago de Cuba. El contrato es seguridad para el uso, y seguridad para el cilindro. Tampoco es obligatorio hacerlo y de inmediato invertir en el servicio, lo puede hacer cuando quiera.

—JR: El salario promedio mensual de 2012 fue de 466 pesos y en un núcleo familiar hay por lo general dos personas con ingresos, por lo que el alquiler de la balita a 500 pesos no deja de ser una cifra alta, en especial para los nuevos núcleos y para los jóvenes que forman familia, que son los más urgidos de este servicio —aunque sea complementario—, pues los núcleos establecidos más o menos tienen resuelta la cocción básica y la complementaria. ¿No han pensado proponerle a las autoridades competentes abrir una línea de crédito para este alquiler, al menos para núcleos nuevos, como personas que acceden a nuevas casas, o jóvenes que empiezan a formar familia y se han independizado del núcleo principal, a veces dentro del mismo hogar de uno de ellos?

—RC: Tenemos responsabilidad de cumplir con la parte que nos corresponde. El resto de las condiciones dependen de otros. No tenemos previsión para los elementos financieros.

—JR: ¿No hay peligro de que en algún momento se congelen los contratos porque no se puede cubrir la demanda de gas o porque no hay suficientes «calabacitas»?

—ER: Estamos preparados para responder a la demanda de La Habana y la ciudad de Santiago de Cuba. Está previsto en el Plan de Negocios de 2014. Hay gas y también hay cilindros.

Calabacita dura

El precio de la balita de gas a 130 pesos también es una fuerte preocupación entre la ciudadanía. A una pregunta al respecto, Capote reiteró que esta es una alternativa adicional, una opción, otra variante para la cocción, siempre bajo el principio de que el servicio sea sostenible, lo cual pasa, en primer lugar, porque no será subsidiado. «El cliente sacará sus cuentas, verá qué le es más rentable, si la corriente eléctrica o el gas».

Sobre la formación de precios, explicó que en el mercado internacional una tonelada de gas licuado cuesta 600 dólares, lo cual es la base de los cálculos.

«Inicialmente, diez kilogramos de gas están en seis dólares, a lo que se agregan los gastos en refinación, transportación y distribución».

En la Isla de la Juventud, el precio de la balita empezó en 155 pesos, agregó el Director de Comercialización de Cupet. No obstante, los precios oscilan, la tonelada cuesta hoy 600 dólares, pero mañana puede valer más o cotizarse a menos. «El Ministerio de Finanzas y Precios pone los precios y eso es algo que se revisa sistemáticamente: pueden bajar o subir».

Sobre la percepción entre algunos de que el gas licuado es un «extra» de la refinación del petróleo, el experto explicó que el gas licuado es un producto de primera calidad, muy demandando en el mercado internacional, y el petróleo cubano no se puede refinar en las instalaciones del país. El que se usa para esto debe importarse; al mismo tiempo, las refinerías cubanas solo producen el 70 por ciento de la demanda, por lo que el otro 30 por ciento se trae del extranjero.

De alquiler, cuentapropistas y otras provincias

—JR: ¿Cuántos cilindros se pueden alquilar por contrato?

—RC: Hoy se permiten dos cilindros por contrato, pero sin tiempo de consumo, puede comprar una hoy y otra mañana; también se autorizan dos contratos por vivienda, pero esto es parte del desarrollo del experimento, nada es definitivo.

Sobre una pregunta de las colegas del periódico Granma, referida a los cilindros que no están inventariados en los puntos de venta, Capote señaló que estos no tienen opción de entrar al sistema. «Están fuera de ciclo de vida; quien lo desee, puede abrir un contrato y alquilar uno nuevo».

—JR: Sobre las balitas fuera de control, lo cierto es que hay miles, quizá decenas de miles en esa situación, y no están precisamente fuera de ciclo de vida; se cambian sistemáticamente de manera ilegal. ¿No hay posibilidad de legalizarlas?

—RC: No hay posibilidad legal, lógica, de que entren al circuito. No aceptaremos cilindros que no tengan el número de serie que se le entregó a la persona. Están fuera de ciclo.

Sobre los cuentapropistas, que serán un segmento del mercado con alta demanda y suficiente solvencia, el Director de Comercialización de Cupet explicó que hay un sistema de abastecimiento específico para las instalaciones arrendadas al sistema de Comercio y Gastronomía.

Otros que no estén bajo este régimen, pero necesiten de gas licuado para la cocción o cualquier tarea —alfareros, constructores dedicados a la impermeabilización de techos y otros— podrán, previa presentación de los documentos requeridos, hacer contratos de hasta por cinco cilindros.

Al responder una pregunta de los colegas sobre la extensión de la experiencia, Riyaguel Capote señaló que el experimento, luego de pasar su prueba en la Isla de la Juventud, se extendió a La Habana y a la ciudad de Santiago de Cuba porque son los territorios con mayor población residente y con mejor infraestructura para la distribución del gas licuado. Sin embargo, el propósito es extenderlo lo más rápido posible al resto de los territorios, en la medida que se creen las condiciones.

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