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Tortuga marina en área protegida de Guanahacabibes. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:25 pm
PENÍNSULA DE GUANAHACABIBES, Sandino, Pinar del Río.— Con la inclusión este año del Refugio de Fauna Ciénaga de Lugones y el Elemento Natural Destacado Banco San Antonio como nuevas áreas protegidas, suman cuatro las zonas con esta categoría en la Península de Guanahacabibes, en el occidente cubano.
Según Osmany Borrego Fernández, responsable del Programa de uso público y educación ambiental del Parque Nacional Guanahacabibes, se seleccionó a la Ciénaga de Lugones por ser un entorno compuesto por el espejo de agua de la laguna Lugones, donde se encuentra un bosque de ciénaga, reservorio de aves y especies acuáticas como la jicotea.
Borrego Fernández precisó que en el caso del Banco de San Antonio se tuvo en cuenta su elevación de arena desde el fondo del mar, punto de confluencia de una gran comunidad de peces.
Como un gran compromiso y mayor responsabilidad percibe Borrego Fernández estas nuevas áreas declaradas. «Somos los líderes de la conservación de recursos naturales de la Península; a partir de ahora tendremos que enfocar mayores esfuerzos en la realización del plan de manejo de cada una de estas zonas y buscar alternativas para la protección de las mismas».
Con estas recientes inclusiones Guanahacabibes tendría cuatro espacios comprendidos en el Sistema Nacional de Áreas protegidas: la Reserva de la Biosfera Península de Guanahacabibes como área protegida de recursos manejados, y los ya mencionados, además del Parque Nacional comprendidos en categorías más restrictivas.
La Península encierra valores para la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales.
Valorada como un espacio de amplia biodiversidad, cuenta con más de 400 especies de aves, reptiles, mamíferos y anfibios, con un alto porcentaje de endemismo.
Con la reserva forestal más grande del país, la región posee más de 300 especies de plantas superiores, 15 de ellas exclusivas del territorio, y 130 de plantas maderables.
La presencia de farallones y acantilados de unos 20 metros sobre el nivel del mar, caracterizan al paisaje de esta zona, dominada por una llanura cársica de roca caliza, más conocida como diente de perro.
Extensas zonas de playas, uno de los ecosistemas marítimos más ricos y diversos del Caribe insular, más de cien cuevas y 145 sitios arqueológicos, y un manglar en buen estado de conservación con 80 kilómetros de extensión, definen también este territorio, incluido entre los más hermosos de Cuba.
