Los espirituanos recuperan del campo todo lo que es posible. Autor: Oscar Alfonso Sosa Publicado: 21/09/2017 | 05:21 pm
SANCTI SPÍRITUS.— Después de un aluvión que, por lo pronto, dejó sin deseos de nuevas lluvias a los espirituanos, la provincia avanza paulatinamente hacia la normalidad, con grandes afectaciones económicas y un redoblamiento del esfuerzo para recuperar lo perdido.
Decenas de asentamientos afectados por las inundaciones en los municipios de Sancti Spíritus, Trinidad y Fomento reciben los servicios de saneamiento e higienización. Se ha reforzado además la entrada de alimentos mediante la canasta familiar normada, Acopio y la realización de ferias agropecuarias y gastronómicas.
La Comisión Nacional de Vialidad, que evalúa los perjuicios en más de 60 construcciones viales, determinó este jueves, luego de exámenes rigurosos, que el puente de la carretera central sobre el río Zaza no ofrece peligro para la circulación, por lo que se eliminaron las restricciones de velocidad y tonelaje.
Néstor Borroto González, director de la Unidad Provincial Inversionista de la Vivienda, argumentó que se reportaron 1 608 viviendas dañadas por las lluvias.
En el sistema de acueducto se contabilizaron serias averías en la potabilizadora del río Yayabo, ya restablecida, y en las conductoras San Juan de Letrán y Santiago Escobar en Trinidad, por lo que la mayoría de la población trinitaria recibe el agua por pipas.
Como resultado de las lluvias, también unas 45 toneladas de miel se perdieron en el mes de mayo por esta causa, con 904 colmenas perdidas.
En la acuicultura se valoran pérdidas por encima de los 260 000 pesos aunque, a juicio de autoridades del ramo, existen condiciones para repoblar las presas y obtener adecuadas producciones de pescado en este y en el venidero año.
La humedad existente en los campos del territorio ha minimizado los impactos en el canal magistral Zaza, que en estos momentos no entrega agua al complejo agroindustrial arrocero Sur del Jíbaro y está sujeto a una evaluación para el mantenimiento.
Después del aluvión, los espirituanos y en particular los residentes que habitan en los poblados agua abajo de la presa Zaza, respiran tranquilos por la vigilancia y medidas tomadas con el embalse, pues está aliviando de forma limitada para mantenerse en unos 880 millones de metros cúbicos de agua, el 87 por ciento de su capacidad.