CIENFUEGOS.— Hay una esquina de la ciudad donde vuelan las letras, y uno tiene que andarse con cuidado para no tropezar con alguna vocal que se escape, intrépida, de entre los libros. Ubicada en el Prado, la biblioteca provincial de Cienfuegos Roberto García Valdés conmemora su apertura, hace 50 años.
El 3 de marzo de 1962, con anaqueles que contenían 10 000 volúmenes, se comenzó a prestar servicios en la planta baja del Gobierno municipal. Durante el año 1976 la biblioteca se trasladó hasta su sede actual, el antiguo Liceo de Recreo. El nuevo inmueble, obra monumental de la arquitectura ecléctica del siglo XX cubano, ha ofrecido desde entonces refugio al patrimonio bibliográfico.
La institución cuenta con nueve salas, entre estas arte y música, infantil, una dedicada a débiles visuales y la hemeroteca. Desarrolla cuatro peñas sistemáticas todos los sábados del mes, encaminadas, en igual medida, a potenciar el enriquecimiento cultural.
En ocasión de celebrarse el medio siglo de servicio, la biblioteca organizó un programa que se extenderá a lo largo de 2012. Se destacan una exposición central sobre la historia de la institución, un homenaje a la Doctora Olga Hernández Guevara, quien fuera la primera directora del centro, concursos para la población, actividades con el taller de discapacitados, así como el Décimo Coloquio Nacional Carlos Rafael Rodríguez in Memoriam.
El fondo general de la Roberto García Valdés ha crecido considerablemente; hoy cuenta con un total de 59 000 títulos y más de 135 800 volúmenes, los cuales incluyen partituras musicales, informaciones en discos compactos, artículos no publicados y revistas.
Pero hay una herida que se queja en el papel; algunas letras están muriendo en los archivos de la Sala de Fondos Raros y Valiosos. Decenas de colecciones de los periódicos más importantes que tuvo la provincia durante la Neocolonia, El Comercio y La Correspondencia (considerado el Decano de la prensa en Cuba), son víctimas mortales del tiempo. Los recursos para el rescate sobrepasan los límites locales, y sería una pérdida sensible de la memoria histórica de épocas pasadas.