Para el joven usufructuario Alennis Jiménez no solo se trata de marchar, sino también de saber mantener la marcha. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:03 pm
«Fortalecer ideológicamente a los jóvenes que trabajan en la producción de alimentos es el primer aporte que debemos dar como organización», expresó Liudmila Álamo Dueñas, primera secretaria de la Juventud en el III Pleno del Comité Nacional de la UJC.
Este es un concepto derivado del más reciente Congreso de la organización política, precisó la dirigente juvenil, para quien «nada de lo que se haga en atender a ese sector tan importante será suficiente».
Los jóvenes están deseosos de participar en los frentes vitales para el país, destacó, lo que hace falta es darles la posibilidad de que se impliquen. Y no solo hay que trabajar para atender a los que ya están en espacios claves de la economía, sino también para que allí crezca el universo de quienes empiezan.
Más adelante, Liudmila refirió que en un momento como el que vive la sociedad cubana, tiene gran valor desarrollar en nuestros niños y jóvenes la cultura de la laboriosidad, de la creación de riquezas, especialmente en los ámbitos más cercanos a la producción de la tierra.
La Primera Secretaria enfatizó en más de una ocasión en la necesidad de buscar modos más eficaces de llegarles a los jóvenes que viven y trabajan en el sector agropecuario. «Atenderlos diferenciadamente es la única manera de dignificar a quienes producen».
Pórtico para un análisis
Una de las labores fundamentales de la UJC es movilizar a los jóvenes para la producción de alimentos, con ahorro, eficiencia y la calidad necesaria. La dignificación del joven trabajador de la esfera productiva asociada a la agroindustrial debe ser una meta alcanzable por la organización.
Estas ideas forman parte del documento «Evaluación de la participación de los jóvenes en las tareas vinculadas con la producción de alimentos», que sirvió de base para el análisis del tema en el pleno del Comité Nacional de la UJC.
La organización ha realizado activos de base, municipales y provinciales en todo el país, en los que participaron más de 15 000 jóvenes campesinos.
Estos encuentros se sumaron a entrevistas realizadas en todos los municipios del país a los menores de 30 años que fueron beneficiados con el Decreto Ley 259, del año 2008. En ellos se recogieron opiniones como la necesidad de una atención diferenciada y la estimulación moral a los mejores, así como canalizar inquietudes en aras de eliminar problemas subjetivos.
Si los responsables de trabajar con los jóvenes no poseen los argumentos, será difícil enrumbar el trabajo con la celeridad requerida, afirma el documento, y más adelante expresa: Uno de los objetivos principales es el fortalecimiento del funcionamiento y la vida interna en las organizaciones de base de la UJC, lo cual propicia un mayor compromiso, participación consciente de militantes y jóvenes en el impulso a la actividad productiva y al logro de la eficiencia económica de cada centro.
El análisis abarca también a las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ), las cuales deben propiciar que el talento joven se ponga a disposición de la producción de alimentos. No solo para utilizarlo como fuerza de trabajo, sino también como portador de conocimientos necesarios para la obtención de mejores resultados productivos, minimizando los costos ambientales.
De igual manera el texto refiere que en algunos centros investigativos las BTJ no han sido protagonistas de la superación académica, y no propician la aplicación de lo que se investiga.
Igualmente la incorporación de jóvenes como reservas científicas es poca, principalmente de agrónomos, fenómeno asociado a la escasa formación de estos especialistas y la poca disposición de los que se gradúan, resultado de un deficiente trabajo vocacional y de pobre orientación profesional de estos propios centros con sus estudiantes.
Conciencia de ser útiles
El pasado curso escolar la cantidad de círculos de interés de la rama agropecuaria y de la industria alimentaria era de 3 104, en los que matricularon más de 37 000 estudiantes, lo cual demuestra la necesidad de que la Organización de Pioneros José Martí junto al Ministerio de Educación y los demás organismos impulse el trabajo vocacional y la orientación profesional.
Además, se deben estimular otras vías como conversatorios, intercambios con obreros, conferencias en las escuelas y en los centros laborales.
La existencia de 286 centros estudiantiles con especialidades agropecuarias, de ellos 115 mixtos, en 156 municipios del país, trajo consigo la apertura de 1 625 aulas anexas, lo cual enriquece el trabajo de la UJC y la FEEM en el territorio, al cumplir con la responsabilidad de atender a esos estudiantes.
El documento también destaca que el ingreso a las carreras universitarias de este perfil se ha visto afectado por la baja disposición de los jóvenes a estudiar esas especialidades y los resultados en las pruebas de ingreso a la educación superior. En este sentido enfatiza que la FEU debe trazarse acciones concretas para logar una alta eficiencia al culminar el ciclo formativo y así garantizar la satisfacción de las necesidades de profesionales en esas ramas.
La voz de quienes crean y producen
Es muy importante que el mundo azucarero resulte atractivo para los jóvenes. Pero esa no es tarea fácil cuando se trata de un escenario donde la consagración, la experiencia a golpe de costumbres, y hasta la tradición familiar han sufrido desgastes y que ahora debemos rescatar sin desespero, pero a paso firme.
En ese mundo que hoy rumia dulcemente todas sus riquezas y dificultades, los «nuevos» son contados como se cuentan los tesoros. Así lo hizo este sábado Serguey Díaz Sainz, al frente del Comité UJC de la empresa Urbano Noris, en Holguín, quien vive de primera mano las venturas y desventuras de un complejo agroindustrial (CAI): «En el central había solo cuatro militantes. Ya vamos por 20».
Serguey habló de iniciativas emprendidas para movilizar y atraer a las nuevas generaciones hacia el campo. Él ha sido testigo de cómo estudiantes de secundarias básicas y de preuniversitarios que nunca habían cargado caña de azúcar a un camión, vivieron sus primeros acercamientos a ese tipo de jornada a partir de trabajos a los que fueron convocados.
«Ese podría ser un paso de acercamiento», resaltó Serguey, quien además compartió otras iniciativas como la muestra de videos educativos sobre el proceso industrial del mundo azucarero, para despertar en los más jóvenes el interés por ese universo, ante el cual algunos se preguntan quiénes harán la labor del día a día dentro de un tiempo, si los que ahora se entregan tienen por lo general más de 60 años.
Varios conceptos quedaron claros a partir de esta intervención: el valor de dignificar al joven que esté más «pegado» a la tierra, y de estimular su duro esfuerzo; y la trascendencia de ser creativos en aras de preservar la fuerza de trabajo calificada en los centrales.
En nombre de otro mundo valioso para la economía del país habló Isabel Sánchez León, quien encabeza el Comité UJC del Combinado Pesquero de Manzanillo. Ella contó sobre diversas transformaciones emprendidas en su centro laboral, donde el universo juvenil es pequeño, y la fuerza de trabajo bastante estable. A partir de múltiples resortes, tanto militantes de la Juventud como quienes no integran la organización, decidieron vincularse directamente al proceso productivo.
Otra arista sumó al análisis Yunior Morán Gómez, presidente de las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ) en San Antonio de los Baños, e investigador agregado del Instituto de Investigaciones del Tabaco. En su opinión, hay reservas no agotadas en el mundo de los jóvenes vinculados a la investigación, y resulta clave que los resultados de la ciencia y la técnica tengan como destino a los productores.
He trabajado duramente
Hay hombres ricos en méritos que prefieren pasar sin estridencia. Pueden ser parcos en el hablar, hasta tímidos con la palabra. Y hay que ir a buscarles el discurso en sus manos, allí donde los nudillos y las venas son mapas de la devoción más seria.
Así es Alennis Jiménez Guerra, de 30 años de edad, militante del comité de base de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) fortalecida Carlos Manuel de Céspedes, en Manzanillo. Este sábado contó sobre cómo son sus días mientras aprovecha la extensión de tierra que le fuera entregada en usufructo gracias al Decreto Ley 259 del año 2008.
«Me levanto siempre a las tres y media de la madrugada —contó este productor de leche de vaca, quien cumple al 180 por ciento su plan de entrega diaria—; dos más trabajan conmigo, uno joven y otro que no lo es. Me entregaron una caballería de tierra llena de marabú. He tumbado casi el ciento por ciento de esa maleza. He trabajado duramente».
Las palabras de Alennis, sostenidas por los hechos, pesan mucho. Por eso todos lo escucharon con atención cuando dijo que «no solo se trata de saber marchar, sino también de saber mantener la marcha».
Finalmente habló de transmitir la experiencia, algo en lo que él ve un compromiso con el futuro del país, y se atrevió a comparar las vacas a las que ordeña, con máquinas computadoras: «si olvidas cómo funcionan; si obvias un paso o un procedimiento; si violas los horarios; ellas funcionarán mal, pueden bloquearse. Porque todo tiene su mecanismo y hay que respetarlo, conocerlo bien».
Al término del encuentro los integrantes del Comité Nacional reconocieron a los miembros de esa instancia que formarán parte de la delegación cubana al XVII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que se realizará del 13 al 21 de diciembre en Pretoria, la capital de Sudáfrica.
En este sentido la Primera Secretaria de la UJC destacó la importancia de la misión de los cubanos en ese evento, donde muchos jóvenes del mundo querrán conocer sobre la Isla y su Revolución.