El joven Leonardo Fleita Rodríguez, nacido en Bayamo, tiene 24 dedos completos y funcionales. Autor: Osviel Castro Medel Publicado: 21/09/2017 | 05:02 pm
BAYAMO, Granma.— Desde hace rato estaba «persiguiendo» a Leonardo Fleita Rodríguez, un joven de 22 años que tiene seis dedos en cada mano y en cada pie, y a quien le llaman afectuosamente «24».
Llegué a él por las gestiones del colega de Radio Bayamo, Raciel Pérez Martínez, quien desde noviembre de 2008 nos advirtió que Yoandry Hernández Garrido, un muchacho de Baracoa que saltó a las páginas de este periódico en esa fecha, no era el único en Cuba con una polidactilia múltiple.
Entonces el reconocido ortopédico Rodrigo Álvarez Cambras declaró a JR: «Hemos tratado en distintas ocasiones a personas con seis dedos en una mano o en un pie, pero nunca con seis dedos en cada una de las extremidades. Y mucho menos con dedos normales, que funcionen perfectamente».
Pues bien, ahora les cuento que Leonardo, nacido en Bayamo y ahora residente en el municipio montañoso de Buey Arriba, también posee ¡24 dedos completos y funcionales!
«Conocí ese caso de Baracoa, pero no había tenido la oportunidad de narrar lo mío; todos mis dedos tienen hueso y tendones, los muevo perfectamente», señala orondo.
«A mí estuvieron a punto de operarme a los nueve años; sin embargo, cuando yo ya estaba listo... el médico encargado de mi caso tuvo otras tareas en el exterior del país y nunca más volví a un hospital, porque he hecho una vida muy normal y ya no voy a ir contra la naturaleza».
Entre los pasajes que recuerda con jocosidad está el de «una novia, que no sabía lo de mis dedos y después que se dio cuenta cogió miedo y me dejó», apunta este joven que trabaja como sanitario en un campamento agrícola en la localidad de San Rafael. En cambio, su actual esposa «llora cada vez que le digo en juego que voy a operarme».
Graduado de técnico medio en Construcciones Metálicas, para él, «son los dedos de los pies los que me traen ciertos problemas, pues muchos zapatos me aprietan demasiado». Incluso, durante los pocos días que pasó en una unidad en el Servicio Militar, tuvo que usar calzado abierto porque «no soportaba las botas» y le emitieron un certificado.
De sus familiares, solo un primo segundo tiene polidactilia en una mano. Aunque, por su «fama», lo han llevado a conocer a otras personas con «cosas raras», como un muchacho que tiene siete dedos en un pie.
«Pero te confieso, sin que me quede nada por dentro, ninguno como yo, si hay otro, empújalo», me dice... y se echa a reír.