Primera Sesión Extraordinaria de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, efectuada en el Palacio de Convenciones, el 7 de agosto de 2010, “Año 52 de la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)
Cmdte.- Mensaje a la Asamblea Nacional.
Al principio, hace sólo ocho semanas, pensé que el peligro inminente de guerra no tenía solución posible. Tan dramático era el cuadro que tenía delante, que no veía otra salida como no fuera una supervivencia, tal vez probable, en la parte de este hemisferio que no tenía motivo para ser blanco de ataque directo y en algunas regiones aisladas del planeta.
Era muy difícil, sabiendo que el ser humano se aferra siempre a una perspectiva por remota que sea.
A pesar de todo, lo intenté.
Por fortuna, no tardé mucho en percatarme de que había una esperanza, y muy profunda por cierto. Mas, si la oportunidad se perdía, el desastre adquiría la peor de las consecuencias. La especie humana no tendría entonces salvación posible.
Tengo sin embargo la seguridad de que no será así y, por el contrario, se están creando en estos momentos las condiciones para una situación ni siquiera soñada hasta hace muy poco.
Un hombre tendrá que tomar la decisión en solitario: el Presidente de Estados Unidos. Con seguridad, por sus múltiples ocupaciones, no se ha dado cuenta todavía, pero sus asesores sí empiezan a comprenderlo, se puede ver por pasos sencillos como lo fue el cese de las torturas a Gerardo, un hecho que no se había producido en 12 años de implacable odio del sistema contra Cuba y contra él. Hoy se podría predecir que el próximo paso será la autorización a Adriana para visitarlo, o su liberación inmediata, o ambas cosas. Por ella supe que su estado de ánimo es el mejor en 12 años de injusta y cruel prisión.
Puesto que Irán no cederá un ápice frente a las exigencias de Estados Unidos e Israel, que ya han movilizado varios de los medios de guerra que disponen para hacerlo, tendrían que realizar el ataque tan pronto venza la fecha acordada por el Consejo de Seguridad el 9 de junio del 2010, señalando las normas y los requisitos establecidos.
Todo cuanto el hombre pretende tiene un límite que no puede sobrepasar.
En este caso crítico, el Presidente Barack Obama es el que tendría que dar la orden del tan anunciado y pregonado ataque, siguiendo las normas del gigantesco imperio.
Mas, en ese mismo instante en que diera la orden, que es además la única que podría dar debido al poder, la velocidad y el incontable número de proyectiles nucleares acumulados en una absurda competencia entre las potencias, estaría ordenando la muerte instantánea no sólo de cientos de millones de personas, entre ellas, un incalculable número de habitantes de su propia Patria, sino también de los tripulantes de todos los navíos de la flota de Estados Unidos en los mares en torno a Irán. Simultáneamente, la conflagración estallaría en el Cercano y el Lejano Oriente, y en toda Eurasia.
Quiso el azar que, en ese instante preciso, el Presidente de Estados Unidos sea un descendiente de africano y de blanco, de mahometano y cristiano. ¡¡¡NO LA DARÁ!!!, si se logra que tome conciencia de ello. Es lo que estamos haciendo aquí.
Los líderes de los países más poderosos del mundo, aliados o adversarios, con excepción de Israel, lo exhortarían a que no lo haga.
El mundo le rendirá después todos los honores que le correspondan.
El orden actual establecido en el planeta no podrá perdurar, e inevitablemente se derrumbará de inmediato.
Las llamadas divisas convertibles perderán su valor como instrumento del sistema que ha impuesto un aporte de riquezas, de sudor y sacrificios sin límites a los pueblos.
Nuevas formas de distribución de los bienes y servicios, educación y dirección de los procesos sociales surgirán pacíficamente, pero si la guerra estallara, el orden social vigente desaparecerá abruptamente y el precio sería infinitamente mayor.
La población del planeta puede ser regulada; los recursos no renovables, preservados; el cambio climático, evitado; el trabajo útil de todos los seres humanos, garantizado; los enfermos, asistidos; los conocimientos esenciales, la cultura y la ciencia al servicio del hombre, asegurados. Los niños, los adolescentes y los jóvenes del mundo no perecerán en ese holocausto nuclear.
Es lo que deseaba trasmitirles, queridos compañeros de nuestra Asamblea Nacional.
Estoy ahora en disposición de rendir cuenta por estas palabras, responder a las preguntas que deseen hacerme y escuchar las opiniones de ustedes.
Muchas gracias (Aplausos).
Presidente.- Antes de dar la palabra a los diputados, las diputadas que lo soliciten, quisiera decir algo y estoy convencido de que interpreto el sentimiento de todas y de todos, y lo voy a hacer usando la brevedad y la precisión que empleó el compañero Gerardo Hernández Nordelo en su mensaje del 3 de agosto. Gerardo dijo entonces, y lo cito: “Gracias, Comandante, por la alegría de escucharlo y verlo tan grande como siempre.”
Ahora doy la palabra a los compañeros que deseen hacerlo y la primera es la compañera Pura Avilés.
Pura Avilés.- Querido Comandante en Jefe; querido Raúl; Alarcón; diputados, diputadas e invitados:
Participamos hoy en una sesión histórica de nuestra Asamblea Nacional, el Comandante en Jefe, el diputado Fidel Castro Ruz ocupa su escaño físicamente. Nunca estuvo ausente, presente siempre como un sol radiante, apoyándonos, guiándonos, desde su lecho de enfermo y convaleciente, identificado siempre con su pueblo mediante sus reflexiones. Presente ante la inminencia y necesidad de denunciar hechos horribles en que el destino de la patria y la humanidad se encuentran amenazados.
No es para el Primer ni el Tercer Mundo, la amenaza es para todo el planeta. Solo usted, como figura de prestigio internacional, que no sabe de mentiras ni tiene deudas con nadie, puede denunciar estos sucesos con la seguridad de conocer que el imperio no se conformará nunca con la realidad de su derrota y es capaz de cualquier infamia hasta el holocausto.
Compañeros:
En 1895 nuestro apóstol José Martí alertaba: Conozco al monstruo, porque viví en sus entrañas. En junio de 1958, desde la Sierra Maestra, un fragmento de carta dirigido a Celia, que apareció ayer en primera plana del periódico Granma y que siempre estuvo en la oficina de la ministra Rosa Elena Simeón, en una de sus paredes, planteando ella que era “la inspiración para trabajar hasta el final”:
“Al ver los cohetes que tiraron en casa de Mario, me he jurado que los americanos van a pagar bien caro lo que están haciendo. Cuando esta guerra se acabe, empezará para mí una guerra mucho más larga y grande: la guerra que voy a echar contra ellos. Me doy cuenta que ese va a ser mi destino verdadero.”
En la actualidad, un feroz bloqueo desde el triunfo de la Revolución hasta nuestros días, una política genocida del imperialismo hacia nuestro país, pretendiendo vencernos por hambre y enfermedad.
Mi pregunta, Comandante: ¿Será capaz el gobierno de Estados Unidos, será capaz Obama de cometer la crueldad de dar la orden de inicio de una guerra nuclear, ante la inminencia del fracaso del imperialismo?
¡Libertad para los cinco héroes!
Cmdte.- No, si lo persuadimos (Aplausos).
Josefina Heredia.- Querido Comandante en Jefe Fidel Castro; Raúl; Alarcón; diputados y diputadas:
Hoy nos sentimos profundamente alegres porque ha mejorado la salud de nuestro Comandante, recuperado, y cada día brinda sus conocimientos y ejemplo para seguir desarrollando nuestro proyecto social socialista y la principal conquista: el sistema político cubano.
Comandante, reciba en nombre del pueblo y en especial del pueblo guantanamero, amor, cariño y la firmeza de estar junto a usted cada día.
La juventud del centenario, como guía, no dejó morir a nuestro apóstol en el año de su centenario, enfrentaron con firmeza al enemigo. Con su autodefensa usted expresaría a la tiranía que sus compañeros no estaban ni olvidados ni muertos, viven en el corazón de cada cubano, el pueblo los recuerda y rinde homenaje en cada momento, y se mantiene viva su expresión, la defensa de sus principios y vigencia también. Sus palabras se materializan en la vida cotidiana, en los niños, en los centros, en los adultos, en el pueblo en general, esas ideas salieron de lo más profundo de su corazón y han surgido y se diseminan en su ejemplo de dignidad, de solidaridad y hermandad. ¡Felicidad a nuestra patria y al pueblo!
Quiero expresar que usted no lo dijo solo por aquellos momentos, sus compañeros también en el Moncada y en el cuartel “Carlos Manuel de Céspedes”, sus ideas firmes se materializan con plena vigencia en su libro La victoria estratégica que recoge la realidad de lo ocurrido en la Sierra; pero no es casualidad, es continuidad, es reconocimiento a los combatientes, a los comandantes, a los capitanes, a los tenientes, a colaboradores, y sus ideas y principios con transparencia y en reconocimiento de aquellos que desarrollan la ofensiva enemiga.
La publicación de ese libro nos llena de orgullo a nosotros, y se garantiza el conocimiento de la historia y de la lucha incesante de usted y de nuestro pueblo para las nuevas generaciones.
Quiero expresarle que realmente esperamos recibir ese gran regalo, y preguntarle también cuándo quizás disfrutaremos de la lectura y análisis de ese libro.
Besos, Comandante, mucho cariño.
Gracias (Aplausos).
Cmdte.- Gracias, Josefina.
Pablo O. Marichal.- Querido Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz; General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros; doctor Ricardo Alarcón de Quesada, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular; queridas diputadas, diputados e invitados:
A partir de las recientes filtraciones proporcionadas a través de Wikileaks, un público más amplio en Estados Unidos ha conocido de las mentiras sobre las guerras, los crímenes que se cometen y la corrupción que ha generado, y están siendo una preocupación dentro de Estados Unidos, así como también la gran crisis económica interna, que se refleja en el cierre de negocios, bancarrotas por doquier, pérdidas de puestos de trabajo, de viviendas, de la Seguridad Social, y que desaparece la clase media, que amenaza así al American way of life; porque es cierto, como señaló un congresista norteamericano, McGovern, que las guerras son un desastre, que el gobierno afgano es corrupto y que los soldados norteamericanos podrían morir en mayor número.
Por otra parte, un número creciente de congresistas norteamericanos, aunque una minoría, pero una minoría con honestidad acerca de ellos mismos y de su papel, un grupo de ellos, 52 de estos 114, han dicho, y cito: “Las guerras en Iraq y Afganistán han costado a los norteamericanos más de un millón de millones de dólares en costos directos y más de 3 millones de millones de dólares en total; en un momento en que nuestra deuda nacional” —acotan ellos— “excede los 13 millones de millones de dólares, no podemos permitirnos más estas guerras, es tiempo de que el Congreso rechace cualquier financiamiento, excepto para traer seguras todas nuestras tropas a casa.”
Los argumentos en general son que las cosas de las guerras van mal, así que habría que preguntarse que si fueran “bien”, ¿no hay consideraciones morales, éticas, sociales y políticas para oponerse a la guerra? En ese contexto pareciera como que no preocupa tanto la guerra sino que sea un desastre, que se haga con crímenes, que genere corrupción en todos los bandos, que la economía vaya de mal en peor, que quiebren los comercios, que haya desempleo, que las familias pierdan sus viviendas, que se reduzca notablemente la clase media, y, sobre todo, que mueran estadounidenses.
Habría que preguntarse si sería distinto si la guerra fuera todo un “éxito”; es decir, que no fuera un desastre, que las bajas fueran pocas y solo en combate, que no hubiera corrupción en ninguno de los bandos, que la economía fuera próspera, que la clase media y la familia se mantuvieran estables y sólidas. Habría que preguntarse, repito, si el “éxito” sería razón para seguir adelante con las guerras. ¿Se opondrían igualmente a la guerra como lo hizo, la única que lo hizo desde el inicio, la demócrata por California, Barbara Lee?
Estados Unidos ya ha perdido estas guerras dentro de sus propias fronteras, solo falta que se retire de las fronteras de los pueblos agredidos.
Aunque se denuncian los crímenes que se cometen dentro de las guerras, se olvida que las propias guerras de agresión en sí son crímenes contra los pueblos, en las que siempre mueren más civiles que combatientes y, sobre todo, los más vulnerables.
Es cierto que son válidas y necesarias las posibilidades que Fidel, en su reflexión del 3 de agosto, señaló:
“El mundo podrá liberarse realmente de las armas nucleares y también de las convencionales.
“La peor de todas las variantes será la guerra nuclear, que es ya virtualmente inevitable.”
En una época como esta, en que recordamos el lanzamiento de dos bombas atómicas por primera vez en la humanidad, pienso que sería bueno también recordar lo que dijo el presidente estadounidense, Franklin Delano Roosevelt, el 6 de enero de 1941, en ocasión de su mensaje al Congreso sobre el estado de la Unión, al explicar que él entendía por estar libres de sentir miedo, freedom from fear, acotó: Libres de sentir miedo, lo cual traducido en términos del mundo, decía Roosevelt, significa una reducción mundial de armamentos a tal punto y de modo tan detallado, que ninguna nación esté en capacidad para cometer un acto físico de agresión contra ningún vecino, en ninguna parte del mundo.
Los norteamericanos debían leer más su historia, tener más en cuenta también las recomendaciones de sus propios líderes del pasado, porque hay que evitar las guerras, y solo es posible con el desarme total. Hay que vencer las guerras, y solamente es posible con la práctica de la paz. Si no es así no estaremos en la colina apropiada a la hora de la salida del Sol para ver un nuevo amanecer de la humanidad.
Muchas gracias (Aplausos).
Presidente.- Gracias, Odén.
Fíjense, les voy a dar la palabra a los demás que la han solicitado, con un ruego de que tratemos de ser lo más concisos posibles. Creo que yo comencé dando una prueba de que eso se puede hacer.
Cmdte.- Quiero aclarar algo.
Tal vez no daría Obama la orden si lo persuadimos. En ese esfuerzo por persuadir al Presidente de Estados Unidos estamos muchos.
Nosotros estamos haciendo una contribución a ese esfuerzo persuasivo. Por ejemplo, hoy estamos haciendo algo que nunca se hace, se está trasmitiendo directamente esta Asamblea por Cubavisión, se está trasmitiendo por todos los medios posibles, y no solo en Cuba.
Aquí hemos invitado a los más destacados periodistas televisivos de Venezuela. Aquí está Walter, de Telesur, y están trasmitiendo allí simultáneamente (Aplausos prolongados).
Mario está también aquí, lo invitamos, y está trasmitiendo directamente esto por la televisión venezolana.
Aquí está Vanessa, también en televisión está trasmitiendo directamente.
Así como Andrés Izarra, director de Telesur.
Ahora, la primera media hora completa la estaba trasmitiendo CNN, las principales cadenas del mundo occidental, las que nos interesan que escuchen esto están trasmitiendo, y yo me puse a hacer un cálculo rápido y diría que cada hora, si se fuera a pagar como publicidad, el costo ascendería por lo menos a 100 millones de dólares por hora. Si de repente se tiene la impresión de que no estamos conscientes de eso, podemos estar todo el tiempo aquí y no tendría la repercusión que deben tener nuestras palabras, y es por eso que apoyo esa decisión (Aplausos).
Kenia Serrano.- Muchas gracias, compañero Alarcón.
Querido Comandante en Jefe; querido Raúl:
Comandante, primero algo que no queremos dejar de hacer, felicitarle por su próximo cumpleaños, que usted acumula juventud dentro de menos de una semana y le queremos decir que toda nuestra juventud está ahí al lado de usted y que nuestra piel, nuestra sangre, nuestros pies y nuestras manos están ahí al lado de las suyas para seguir en esta batalla.
Usted nos ha pedido preguntas. Yo quería comentarle alguna.
Comandante, por las experiencias de fluidos intercambios que se sostienen con grupos de solidaridad con Cuba procedentes de Estados Unidos, nosotros queremos decirle que coincidimos en que dentro de ese pueblo hay valores humanos muy importantes.
Considero que este es uno de los argumentos que nos hace inmediatamente coincidir con esta reflexión que usted nos ha planteado, este mensaje, de que es el momento de la persuasión y que el presidente Obama debe escucharnos.
Del pueblo norteamericano, Comandante, constantemente estamos recibiendo personas de diferentes tendencias políticas, ideológicas y todos coinciden al final, cuando expresan de diferentes maneras, en que es necesario una mirada diferente al mundo de hoy.
Y yo quería preguntarle —usted hablaba ahora de que el propio presidente Obama tiene en su propia génesis, en la genética de él como ciudadano, dos civilizaciones, dos culturas—: ¿No estaremos acaso en el momento de intensificar un diálogo de civilizaciones, profundizarlo y encontrar en esto el camino necesario para la solución de los problemas del mundo de hoy?
Gracias, Comandante, por estar con nosotros y por permitirnos hacerle preguntas.
Cmdte.- Yo puedo responderte que disponemos de muy poco tiempo para los diálogos, aunque los considero indispensables; pero rápido, sin perder un minuto, yo traté de explicar en el mensaje que todo el mundo trabajaría en esta dirección.
Yo no tengo la menor duda de que los chinos están trabajando en esta dirección, porque están muy conscientes de la situación internacional.
Yo no tengo la menor duda de que los rusos están trabajando en esta dirección, lo veo, lo percibo, lo palpo y lo sé además.
Estoy hablando de dos grandes potencias.
Además, en el caso de Rusia es terrible, están sufriendo en estos momentos un desastre como consecuencia del cambio climático; lo mismo que nosotros explicábamos en una reflexión cuando abordábamos el documental Home, del cineasta francés, con la colaboración de todos, pues ahí lo tienen: un verdadero desastre. Por aquí lo tengo con más detalles: humo, fuego, calor, porque la temperatura asciende a 40 grados y están sufriendo las consecuencias.
Esto se logra si el mundo se mueve, y nosotros tenemos que hacer que el mundo se mueva y algo hemos avanzado por este camino. Es un deber que nos correspondió, no un mérito de nosotros, sino que nos hemos visto en esta situación, y, sencillamente, tenemos que responder, tenemos que actuar. Es lo que estamos haciendo.
De modo que el diálogo de civilizaciones es una maravilla, pero no es un diálogo de civilizaciones para tres o cuatro años; un diálogo de muy pocas semanas, es lo que pienso.
Y, claro, no es a tiros que se va a resolver este problema, los problemas que habrá que resolver de ahora en adelante en la nueva situación son infinitos; pero espero que los hombres más capaces, más inteligentes, más serenos sean los que puedan ir dando los primeros pasos como a ciegas, porque es la situación en que vamos a quedar, lo que va a pasar en este mundo, porque es el fin del imperio, el imperio que solo podrá mantenerse mediante la fuerza, mediante la guerra y ya las guerras no son instrumentos para sostener el imperio. La ventaja, en el caso de Obama, es que no se trata de un Nixon; Nixon era un cínico. Ese país ha tenido presidentes, varios de los cuales son cínicos, otros son ignorantes. Reagan era un ignorante completo, y Estados Unidos ha tenido algunos presidentes como Carter, que es una persona decente, o Roosevelt; Roosevelt no habría lanzado esas dos bombas que se mencionaban aquí sobre Hiroshima y Nagasaki, no las habría lanzado; quien las lanzó fue Truman, un ignorante, un irresponsable y no la lanzó sobre un objetivo militar. No hacía falta lanzar esas bombas allí, ya estaban derrotados los japoneses, ya el Emperador había tomado la decisión de que había que parar esa guerra antes de que le lanzaran un arma nuclear; le lanzaron una y después otra.
¿Saben ustedes el poder que tienen las armas nucleares que en este momento están acumuladas en el mundo? Por ejemplo, comparando la capacidad destructiva de aquellas dos bombas con las que hoy dispone el hombre —y, desde luego, los dos países más poderosos son Estados Unidos y Rusia—, el poder explosivo de las armas acumuladas en el mundo equivale a cuatrocientos cincuenta mil veces el poder de cualquiera de las dos armas que destruyó Hiroshima o Nagasaki. ¿Puede parecer poco esto? Es así, el poder tan destructivo que ya... ¿Más allá de eso qué queda? La nada.
Yolanda Gómez.- Querido Comandante Fidel; compañeros de la presidencia.
Una alegría extraordinaria sentimos al encontrarnos físicamente de nuevo ante usted, porque, a pesar del tiempo transcurrido para su recuperación, lo hemos tenido a nuestro lado minuto a minuto, hora tras hora, día tras día.
Usted ha sido todo este tiempo el libro abierto que hemos podido consultar para cualquier tema: Nos ha mantenido informados del mundo en los últimos tiempos, nos ha puesto al tanto de las causas y los efectos nefastos de la crisis integral del capitalismo actual. Nos ha alertado de los peligros que corremos, la especie humana, con el deterioro cada vez más atroz del medio ambiente, y en estos últimos días nos ha llamado a la reflexión acerca de las posibilidades reales que existían para que se desatase un conflicto bélico de gran escala del que no todos podemos imaginar sus consecuencias.
Como todos conocemos, en este mundo tan complejo, contradictorio y convulso, Comandante, nosotros hemos puesto nuestras esperanzas en América Latina y el Caribe, por eso quisiéramos que usted expusiera sus criterios y puntos de vista sobre las perspectivas, fundamentalmente en el plano político, de América Latina en estos próximos años en que, precisamente, en algunos países se van a realizar elecciones presidenciales.
Muchas gracias.
Cmdte.- Mire, compañera, yo pensaba inicialmente que la guerra se iba a desatar y partiendo de ese hecho que consideraba ineludible, como expliqué aquí, trataba de imaginarme quiénes podrían librarse de la destrucción total inmediata, y veía que había una región en el mundo que no tenía armas nucleares ni amenazaba a nadie y no había por qué invertir una sola bomba contra ella, y era la América Latina y el Caribe, desde la frontera de México con Estados Unidos hasta la Patagonia. No creo que las Malvinas sea algo que acredite dispararle, a lo mejor se gana una bomba también, porque todos los que poseen el arma nuclear tienen derecho a recibir la suya; pero la América Latina no tiene ninguna, y una parte de África. Bueno, allá, por ejemplo, donde están nuestras brigadas médicas en las proximidades de Australia, en Timor del Este, allí están los médicos y pienso que no caiga en aquella islita una bomba nuclear.
Se discute todavía cuál es el efecto de la radioactividad en la atmósfera. Se sabe que, por ejemplo, en la zona desértica de Estados Unidos, los yankis hicieron montones de pruebas en la superficie, sin decirle a nadie nada, y, bueno, su daño produjo; pero no era destructivo.
Recuerdo la vez que Jruschov hizo estallar una bomba de 20 megatones, unas cien veces el poder destructivo de la de Hiroshima, y la hizo estallar en el aire, hubo radioactividad en la atmósfera por muchos puntos de la tierra; pero, cuántas pruebas de esas no se hicieron en la superficie.
Era una esperanza, yo no podía decir si sobrevivirían o no, cuando conversé con los economistas del Centro de la Economía Mundial estaba en esa posición, viendo qué se podía hacer dentro de aquella situación que era, por otro lado, muy difícil, no se hablaba de eso, y de repente les planteé: Compañeros, les voy a plantear un problema de ciencia ficción: imagínense que se produce esto, que se destruye todo en casi todas partes, pero que permanecen estos países de América Latina, si ustedes se encuentran en esa situación, como economistas, como científicos, ¿qué recomendarían? Esa fue la pregunta que les hice a los del Centro de la Economía Mundial. Y después seguí pensando, pensando y pensando, hasta que llegué a la conclusión esta y de la cual no tengo ni la más remota duda.
De modo que tú me haces una pregunta con relación a un problema como el que yo suponía cuando me reuní con el CIEM hace apenas un mes; porque esto ha evolucionado rápido: leyendo, leyendo, y tratando de interpretar constantemente las noticias que llegaban de todas partes.
Y hoy no es esa la situación, hoy el objetivo tiene que ser mucho más alto, porque ese no es seguro. Si hay guerra nuclear, ya ustedes ven, el hombre volverá a la prehistoria, conservando los conocimientos científicos, muchos de los que hoy existen. Nunca en la historia hubo una situación parecida a esta, ni consta tampoco que hubo vida inteligente en el planeta; es decir, la especie humana es la primera vez que aparece en el planeta Tierra, desde que existe la vida surgida hace aproximadamente 4 000 años. Y de ahí, bueno, hay otra teoría muy admitida que es la del big bang, que sucedió hace casi 18 000 años.
Yo creo que todos estos avances científicos han complicado el trabajo de los teólogos..., bueno, Marichal lo sabe, y Suárez lo sabe, los teólogos, los religiosos, Frei Betto sabe que es cada vez más difícil la teoría, porque ellos tienen que reinterpretar. Hace unos días, y yo señalé un artículo de Frei Betto hablando de la vida en la Tierra, el hombre decía “en 17 500 años de evolución”. Bueno, la vida no tiene 17 500 años, porque como dije, hace alrededor de 18 000 años había energía y materia nada más. Eso no evolucionaba, la evolución comenzó en la Tierra, con los primeros gérmenes de vida, eso es conocido por todos y por los teólogos, eso no les quita a ellos espacio para tratar de buscar interpretaciones; pero hasta la noción del tiempo desaparece, qué es el tiempo, porque el tiempo es una invención del hombre, es el espacio que media entre sucesos diferentes, así se inventó el tiempo; pero, ¿cuándo empezó el tiempo?, habría que explicarse eso. Es todo muy complicado.
Eso nos ha traído la ciencia con sus conocimientos, que pueden ser muy útiles, muy buenos. Lo que tenemos es que aprovechar los conocimientos.
Ya se sabe que el Sol no sería eterno, el mismo Engels habló de que un día se apagaría el Sol; no sé cuántos miles de millones de años le dio de valor, pero se apagaría, se agotaría la energía contenida en el Sol, y de ahí es de donde nosotros recibimos la que consumimos. De modo que si vamos a ubicarnos bien, algunos de los viejos conceptos sociales no nos resuelven el problema.
Bueno, debemos ser más realistas dentro del problema y no tratemos de enfocarlo con viejas ideas, lo que debemos es tratar de ver los peligros reales que tenemos delante y enfocarlos con nuevos conceptos.
Alexis Leyva.- Buenos días.
Bueno, Comandante, yo no quería decir nada, solamente... Yo, como todos, vinimos a escucharlo y a aprender de usted, y pienso que usted muchas veces nos ha hablado y nos ha dicho que si Hitler hubiera tenido detrás a un pueblo como el cubano no hubiera hecho lo que hizo. Pienso que solamente con su ejemplo, sus enseñanzas, su inspiración y la de un pueblo educado por usted, como el pueblo cubano, se puede persuadir al mal y al más odioso de los enemigos de la humanidad que es el imperialismo yanki, y me gustaría mucho seguirlo escuchando.
Muchas gracias (Aplausos).
Cmdte.- Yo te doy las gracias, Kcho.
Alexis Leyva.- A su orden.
Cmdte.- Me hiciste un regalo ayer, me mandaste una foto donde están los muchachos tuyos allí.
Alexis Leyva.- Sí.
Cmdte.- La estaba viendo como a las 11:00 de la noche, te lo agradezco muchísimo.
Ya te escuché allá en el Monumento de Martí, que hablaste y del mismo modo te ajustaste a las ideas nuevas, que son las que yo quisiera que se discutieran. Ese es el tema. Bueno, ustedes son soberanos, ustedes pueden hacer, y yo estoy simplemente señalando, haciendo la advertencia de que estamos haciendo enfoques, que estamos invirtiendo mucho tiempo, que por esa vía puede ser que hablen 200 y estemos aquí a las 12:00 de la noche y no se haya discutido el problema. Es lo que quiero evitar, por eso he intervenido tantas veces; yo no pensaba, desde luego, ni mucho menos, hablar en tantas ocasiones.
Manuel Cáceres.- Comandante en Jefe; Presidente Raúl Castro Ruz; Ricardo Alarcón; demás compañeras y compañeros:
Voy a ser muy breve.
Nosotros hemos estado en estos días estudiando algunos documentos históricos y yo me encontré con la biografía de Alfred Nobel y quiero leer dos líneas de lo que dejó escrito en su testamento Nobel, él dijo: “La totalidad de lo que queda de mi fortuna quedará dispuesta del modo siguiente: El capital invertido en valores seguro por mi testamentario constituirá un fondo, cuyos intereses serán distribuidos cada año en forma de premio entre aquellos que durante el año precedente hayan realizado el mayor beneficio a la humanidad.” Y en otra parte de su testamento, después que habló de la literatura, dijo: “Y una parte a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz.”
Y ahora nosotros nos encontramos con un Premio Nobel de la Paz que tiene a la humanidad al borde de la guerra y de la desaparición; y otro Premio Nobel, Shimon Peres, de Israel, con el que también corre peligro. Y ahora se nos presenta en nuestro continente la situación de Costa Rica, en que también hay un Premio Nobel y están llegando allí las armas destructoras.
Después de esto, usted, compañero Fidel, sin ser Premio Nobel de la Paz está siguiendo una lucha en todo el mundo para salvar a la humanidad de este gran peligro donde estamos todos abocados, y pregunto: ¿Cuál es el papel de todos los Premios Nobel de la Paz del mundo en esta lucha en que usted está enfrascado, y qué dirá la Fundación Nobel?
Además, ya que está aquí, pienso que Walter —que nosotros lo vimos en su programa—, que dice que “nuestra única y contaminada nave espacial”, y yo creo que ahora es “nuestra contaminada y peligrosa”. Yo creo que Walter le va a tener que agregar ese pedacito también a su consigna en su noticiero. Esa es mi opinión, Comandante.
Cmdte.- Muy bien, me parece muy bien.
Tú me has dado una idea, que podría servir para que tengamos un punto concreto que analizar, bien sencillo.
Yo tengo tres preguntas que quiero hacerles a ustedes y de esas tres preguntas depende todo. La primera —esta es una pregunta para todos los que están en esta sala: los diputados, los representantes, los periodistas, para que la piensen, desde luego, ellos, los que no son diputados no van a hablar, porque es lo que está establecido, no podría ser; pero es una pregunta para todos, ustedes que están aquí en el plenario como diputados pueden hacer un esfuerzo por responderla—: ¿Cree alguien —anoten— que el poderoso imperio retrocederá en la demanda de que los mercantes iraníes sean inspeccionados? Ahí tienen una pregunta.
Viene otra —esto es para todos los cubanos que están en esta reunión, no es para todos los que están, incluyendo venezolanos o de cualquier otro lugar—: ¿Cree alguien que a los iraníes, un pueblo de milenaria cultura, mucho más relacionado con la muerte que nosotros, les faltará el valor que nosotros hemos tenido para resistir las exigencias de Estados Unidos? Repito: ¿Cree alguien que a los iraníes, un pueblo de milenaria cultura, mucho más relacionado con la muerte que nosotros, les faltará el valor que nosotros hemos tenido para resistir las exigencias de Estados Unidos?, esa es la segunda pregunta.
Ahora una tercera, que sería para todos los que están en la sala, nuevamente para todos: ¿Tienen alguna solución para esta contradicción? Y yo añadiría... Bueno, no voy a decir lo que añadí (Risas), traten ustedes de responder esta pregunta, es un ruego que les hago, porque de ahí depende todo.
Juan M. González.- Comandante, mi familia, mi hijo y yo nos sentimos comprometidos con nuestro pueblo, con el mundo y con el pueblo norteamericano.
Yo quisiera, como familia agradecida, trasmitirle al pueblo norteamericano, al Presidente de Estados Unidos, si me pudiera escuchar a mi hijo o a mí, que frene inmediato, para que toda familia del mundo y las de nuestros Cinco Héroes puedan gozar de felicidad, en familia, como la nuestra. Gracias (Aplausos).
Ofelia M. Ortega.- Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz; Presidente del Consejo de Estado Raúl Castro; nuestro querido Ricardo Alarcón, Presidente del Poder Popular; diputadas, diputados e invitados; hermanos y compañeros de la presidencia.
Usted nos ha hablado, Comandante, de la persuasión a Barack Obama, y creo que nos ha traído precisamente una inspiración para el cambio que tenemos que lograr. O sea que lo que usted nos ha traído en esta mañana es el cambio a la novedad de vida y también el síndrome de la esperanza que tenemos que tener de que las cosas pueden cambiar.
Yo quisiera referirme brevemente a lo que pasó en la pasada Asamblea, donde el compañero Alarcón nos llamó a una movilización urgente por Gerardo, y la hicimos, recibimos en nuestro correo electrónico rápidamente, con una rapidez de acción casi inmediata, el documento que fue aprobado en la Asamblea, en inglés, en francés, en español, y lo pudimos circular, con una carta nuestra, a muchas instituciones en el mundo. Fueron enviados rápidamente, hubo una movilización inmediata y los resultados fueron evidentes.
Usted nos está llamando, Comandante, a esta movilización que tenemos que hacer para evitar esta guerra nuclear. Ese es el llamamiento y tenemos que analizar qué es lo que tenemos que hacer. Y yo creo que estas tres preguntas suyas vienen con mucha claridad.
En este momento el Consejo Mundial de Iglesias, el Secretario General, a partir precisamente de todo esto de Hiroshima y Nagasaki, ha hecho una declaración contra la guerra nuclear, y la Comisión de Asuntos Internacionales también se ha enfrentado a estos asuntos en una forma muy directa.
El año pasado, nosotras las mujeres evangélicas de Cuba, escribimos una carta a Barack Obama, porque el Día de Acción de Gracias el Presidente de Estados Unidos puede firmar la liberación de nuestros Cinco Héroes, y escribimos el año pasado pensando que en noviembre se iba a producir esta novedad; pero vamos a insistir porque todavía tenemos en noviembre otro Día de Acción de Gracias. Vamos a insistir para que los Cinco Héroes salgan de sus prisiones en estas próximas semanas.
O sea que diría que lo que tenemos que analizar, y yo no sé si la Comisión de Asuntos Internacionales, si una comisión especial, pudiera orientarnos para esta movilización que tenemos que hacer ahora, inmediata, después de esta Asamblea, de todos los recursos que tengamos, de todas las conexiones que tengamos, como ha dicho nuestra compañera Kenia, del ICAP; o sea, qué acciones concretas vamos a tomar que incluyan estas tres preguntas que usted nos ha puesto delante de nosotros y que habla de la resistencia del pueblo de Irán, que ha sido como nuestra resistencia, y si ese pueblo va a resistir como nosotros hemos resistido. De manera que tenemos que enfocarnos en las acciones nuevas que tenemos que hacer, como Comisión de Asuntos Internacionales, como cubanos, como patria, como presidencia, todo lo que debemos hacer de ahora en lo adelante, después de esta inspiración que usted nos ha hecho en esta mañana, donde nos llama, precisamente, casi con el mismo tema de la alfabetización de América Latina y de todo el mundo, que ha tomado Cuba.
Sí podemos, sí podemos movilizar a muchas fuerzas en este momento para evitar esta guerra nuclear, para asociarnos con estos pueblos que están al borde de esta guerra, y para tratar de hacer lo que tenemos que hacer en estos momentos.
Y yo quisiera escucharlo a usted, con algunas palabras que nos diga cuáles pueden ser estas iniciativas que debemos tomar ahora, como Asamblea, como pueblo, como Poder Popular, como Partido, como personas de esta patria nuestra.
Gracias (Aplausos).
Cmdte.- Ofelia, tú has respondido muy bien, para mí tu respuesta es totalmente satisfactoria, y tú misma has señalado lo que hay que hacer, que es continuar con el máximo de energía haciendo lo que explicaste, comunicándote con cuantas personas puedas y trasmitiéndoles ese mensaje.
Ahora, tú hablaste de fechas en que tú deseabas que estuvieran ya liberados los compañeros, y yo pensaba lo siguiente, que una semana es demasiado poco tiempo y diciembre es demasiado tiempo (Aplausos).
Yordany Charchaval De la Rosa.- Querido Comandante en Jefe Fidel Castro, compañero Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro; Ricardo Alarcón de Quesada, Presidente de la Asamblea Nacional; diputadas, diputados e invitados:
Hago uso de la palabra en nombre de los universitarios cubanos, que se llenan de regocijo y alegría al ver a nuestro invicto Comandante en Jefe en pie de lucha, alertando y guiando a su heroico pueblo, en momentos tan complejos como los que vive la humanidad. Hablo en nombre de los 22 atletas que representaron a nuestro país en el V Campeonato Mundial Universitario de Béisbol, que hace apenas unas horas se coronó campeón de esa justa, que de seguro dedican ese triunfo a su pueblo y en especial a usted, Comandante.
En el Año Internacional de la Juventud los estudiantes y jóvenes progresistas del mundo, se alistan para celebrar el XVII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, bajo el lema: “Por un mundo en paz, solidaridad y transformaciones sociales, derrotemos al imperialismo”, a desarrollarse en el continente africano, específicamente en Sudáfrica; un festival que estará dedicado a dos figuras transcendentales en la historia, que son Nelson Mandela y Fidel Castro (Aplausos).
Comandante, ¿que mensaje le trasmitiría usted a los miles de estudiantes y jóvenes que se darán cita en ese hermano continente?
Muchas gracias.
Cmdte.- Bueno, sería, más o menos, el que le trasmití a los jóvenes cubanos cuando me reuní con ellos (Aplausos).
Yo le estaba preguntando a Alarcón por Yoerkis, el que hace los versos.
Yoerkis.- Aquí, Comandante, al final, en la última fila.
Cmdte.- Me gustaría oírte. Sí, sí, desde luego. ¿Tú has pedido la palabra?
Yoerkis.- Estoy reflexionando sobre sus tres preguntas para contestarle en verso.
Cmdte.- Ah, bueno, correcto, cuando los tengas pídele permiso a la presidencia de la Asamblea (Aplausos).
Gerardo Hernández Suárez.- Comandante en Jefe; Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro Ruz; Ricardo Alarcón de Quesada:
Comandante, concreto, muy concreto. ¿Cuál cree usted que puede ser el papel de la Unión Europea para evitar el conflicto? Y quisiera su opinión sobre la importancia de que Rusia y China no vetaran la Resolución del Consejo de Seguridad.
Muchas gracias.
Cmdte.- Mira, Gerardo, no quiero emitir juicios sobre las cosas que se hicieron bien o mal, lo que importa es lo que vayan a hacer ahora, y sé que están realmente decididos a luchar para impedir la guerra, y me parece muy bien eso. Creo que esto responde a tu pregunta (Aplausos).
Luis M. Ramírez (Bayamo).- Querido Comandante en Jefe Fidel, he cogido muchas notas de su intervención y hay una en que usted plantea que hay que ser analista dentro de los problemas y no tratarlos con viejas ideas, buscar enfoques nuevos de los problemas.
Hay dos cosas que me hicieron reflexionar y pensar. En este momento, entre otras cosas que hago en la provincia Granma, soy Presidente de la Asociación de Pedagogos en esa provincia y tuvimos la posibilidad de establecer relaciones con pedagogos norteamericanos.
Nosotros recibimos una delegación grande de pedagogos norteamericanos en la provincia Granma. Ellos vinieron a Santiago de Cuba, a Holguín, a Pinar del Río, a Las Villas, a La Habana y a Ciudad de La Habana y otras provincias, y entonces, como yo era miembro del buró de dirección, tuve posibilidad de tener contacto con varios pedagogos norteamericanos; que, por cierto, se ha roto la comunicación con ellos. Quizás yo debo esforzarme y tratar de rescatar esos tantos amigos con los cuales convivimos. Me he dado cuenta en este análisis de que en esta lucha política, ideológica de que los pueblos nos conozcan, este espacio lo tengo yo que rescatar, porque encontré magníficos pedagogos, llenos de experiencias y de amor a nuestro país.
Recuerdo que un día me llamaron y yo estaba entre los 10 pedagogos seleccionados para ir a Estados Unidos. Cuando la vieja mía se enteró y mi familia: “Oye, tú estás loco, ¿vas a ir para allá?” Digo: “Sí, sí, para allá voy, estoy en los 10.” Vengan fotos, venga esto, venga lo otro, y al final no me dieron la autorización y no pude ir. Pero a partir de este momento estoy preparado para luchar, para tratar de buscar ese acercamiento que tanto hace falta, y si esto se está oyendo prácticamente en el mundo entero, estoy seguro de que muchos pedagogos que estuvieron en Granma y que amaron este país, se van a sumar a esta lucha en que nos encontramos nosotros en este momento.
La otra cuestión que usted planteó —es para todos los cubanos que están en esta reunión—: ¿Cree alguien que a los iraníes mucho más relacionados con la muerte que nosotros, les faltará el valor para resistir las exigencias de Estados Unidos? Nosotros, los cubanos, que amamos mucho a la vida, más que a la muerte, hemos luchado años y años y más años, seguimos amando la vida y luchando a brazo partido para que todo aquel que ose meterse en nuestro país reciba lo que tiene que recibir. Esa es una cuestión que para nosotros resulta muy importante.
Yo no tengo la menor duda de que los iraníes serán capaces de resistir todo el tiempo que sea necesario, pero no van a ceder a las exigencias del gobierno de Estados Unidos.
Esa era mi intervención, Comandante (Aplausos).
Además, le deseo mucha salud en nombre del pueblo de Granma.
¡Viva nuestro Comandante en Jefe! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Viva la patria! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Viva nuestra Revolución! (Exclamaciones de: “¡Viva!”) (Aplausos.)
Reinier Garmendía.- Querido Comandante; compañero Raúl; compañero Alarcón:
Comandante, le reitero la felicitación por su próximo cumpleaños y la inmensa alegría de verlo aquí.
Mi pregunta es muy concreta. ¿Cree usted que Israel pueda ser persuadido para que no ataque a Irán y desencadenen la guerra? Muchas gracias.
Cmdte.- ¡No! (Risas y aplausos).
Presidente.- Frank Fernández tiene la palabra.
Frank Fernández.- Queridos Fidel, Raúl y todos los compañeros presentes:
Yo comparto la misma emoción de todo el mundo con verlo aquí —usted sabe lo que lo queremos— y, sobre todo, verlo en la forma tan fuerte, tan clara, tan preclara. Uno se siente medio idiota cuando lo oye razonar a usted, en la forma en que recuerda los nombres, las cosas.
Yo quiero hacer una pregunta que usted la puede orientar o la Asamblea. Hay algo muy importante que me preocupa: entre los artistas, por ejemplo, no me cabe duda de que siempre han tenido la mayoría una actitud antiguerrerista y siempre han utilizado sus tribunas de conciertos y de actuaciones para dar sus criterios. Esa es una vía de divulgación. Pero hay muchos artistas en el mundo y hay muchos ciudadanos en el mundo que, o no tienen conciertos o, lo peor, nosotros a veces creemos que con decir las cosas es suficiente, y usted sabe y sabe no todo el mundo pero una parte importante del mundo, que las cosas que salen de Cuba casi siempre son vetadas, son censuradas, no llegan a los medios importantes.
Entonces, meditar, yo decía: Si todos los amigos, los admiradores de los artistas o de los ciudadanos quisieran llegar a mandar una carta, ¿qué vía podría utilizarse, si carecen de Internet en muchos casos y carecen de la información? ¿Qué podría sugerir usted para que fuera efectivo? Porque a veces uno puede pensar: Yo estoy de acuerdo con todo, yo siento el mismo deseo de salvar al mundo. Entre lo que se ha hablado, entre la destrucción del planeta, las guerras y las crisis económicas hay que hacerse un replanteo, como ya usted lo ha explicado y casi todo el mundo lo entiende; pero yo me refiero a cómo hacer llegar nuestra palabra, cómo decirle a cualquier persona humilde que siente lo mismo que nosotros.
Y yo creo que muchos de nosotros a veces se preguntará: ¿Cómo yo le hago llegar una carta a Obama? ¿Cómo puedo lograr que lo que yo pienso se divulgue? ¿Existe alguna posibilidad? ¿Puede hacernos alguna sugerencia? Esa es mi pregunta.
Cmdte.- Frank, te aconsejo que no le mandes una carta a Obama, porque deben enviarle seguro millones de cartas y no se va a enterar de lo que tú dices.
Ahora, tú me haces una pregunta: ¿Qué pueden hacer ustedes para que se conozcan las opiniones de cada uno de ustedes, que son positivas? Yo te rogaría que siguieras pensando cómo resolver ese problema, porque yo no tengo una respuesta concreta para tu pregunta; es decir, no tengo respuesta, no te puedo decir ahora cómo hacerlo. Me imagino que debe haber mil formas y tú mismo has enumerado unas cuantas de ellas. Tú debes conocer a mucha gente que tienen Internet y otras mil formas, y es lo que te sugiero.
Presidente.- Bueno, compañeros, yo les pido que seamos aún más breves y que avancemos hacia la conclusión de esta reunión, porque esta reunión, si nos debe dejar un mensaje muy claro, aparte de razonamientos, el mensaje del compañero Fidel, es que hay que actuar, es que hay que volcarse con urgencia en hacer todo lo que podamos hacer y de una manera además creadora. En estos días lo hemos discutido bastante y la compañera Ofelia puso el ejemplo de lo que hicimos ante la situación de Gerardo.
Yo debo decir que Ofelia es una diputada que honra mucho esta Asamblea, además es una dirigente importante del Movimiento Ecuménico Mundial, del Consejo Mundial de Iglesias.
Una vez yo la llamé para pedirle que hiciera una gestión con relación a uno de los tantos percances que ha habido en la historia de los Cinco, y la verdad es que le tuve que pedir disculpas, porque ya Ofelia estaba mandando correos y comunicándose con cuanta gente en este mundo ella conoce. Eso es lo que hay que hacer. Lo que tenemos que hacer todos, lo que yo les expuse a los compañeros de la Comisión de Relaciones Internacionales, no solamente aprobar un documento, no solamente aprobar una declaración, sino, de verdad, pensar de manera novedosa, y pensar cómo podemos sustituir a la maquinaria de desinformación del imperio que va, desde el contacto personal hasta el uso de todas las tecnologías modernas que están al alcance de muchos de nosotros; pero tenemos que usarlas realmente a fondo, y, por supuesto, no creo que sea este el momento para hacer un plan de trabajo, digamos, específico sobre cómo hacer estas cosas, pero sí es el momento para asumir un compromiso cabal, realmente, de que vamos a hacer todo lo que podamos hacer.
¿Quieren un ejemplo?, voy a terminar. Gerardo Hernández Nordelo, yo siempre he dicho lo mismo, todo lo que hagamos por los Cinco, todo sumado, no es nada comparado con lo que los Cinco hacen por los Cinco, y lo hacen en condiciones de aislamiento, sin contar con las..., en el caso de Gerardo, ningún medio tecnológico, apenas el teléfono, y, por supuesto, la correspondencia. La correspondencia que ellos tratan de responder. Ellos tienen relaciones con miles y miles de personas en todo el planeta, y se dedican, desde la prisión a hacerlo, uno por uno, a responder. Cómo no podemos hacerlo los que estamos en libertad, los que no tenemos las limitaciones que tienen ellos.
Se trata, como dijo alguna vez mi amigo Silvio, de poner amor, de poner amor en lo que hacemos, en lo que hagamos. Yo quisiera que esa fuera un poco la conclusión de esta discusión, y agradecerle, por supuesto, al compañero Fidel una vez más, no solamente por haber venido acá, ante la Asamblea Nacional a explicarnos, a escucharnos y a responder sobre cuestiones tan vitales, sino porque lleva un buen tiempo ya haciéndolo. Yo diría que nadie en este planeta está haciendo tanto por la paz, por la salvación de la humanidad como el compañero Fidel (Aplausos).
Y tengo entendido que él tiene otras cosas que hacer, su comparecencia aquí no es su única tarea del día de hoy. Él tiene muchas y las cumple con pasión revolucionaria, con la energía que él le pone a todo. Yo quisiera por eso, con el permiso de todos, pedirle al compañero Fidel que haga las conclusiones de esta sesión extraordinaria de la Asamblea (Aplausos).
Yoerkis Sánchez.- Permiso, Comandante.
Comandante, usted ha hecho tres preguntas y yo delante del plenario ahorita comentaba de que las estaba respondiendo en verso. Yo no quisiera, y disculpe, ya que Alarcón le dio la palabra, que esta Asamblea terminara y no decirle ese compromiso que ya teníamos con usted.
Esas armas del imperio/ sé que sí se enfilarán,/ pero el rollo con Irán/ va a ser un rollo muy serio.
Vemos en el cementerio/ a un imperio con su cama,/ y hoy cuando Fidel nos llama/ con firmes conocimientos,/ ya sobran los argumentos/ para convencer a Obama.
Pero también hay que ver/ si ese Obama presidente/ es ahora inteligente/ y se deja convencer.
Él sí puede resolver/ tamaña contradicción,/ él tiene la solución,/ pero debe apresurarse/ y ser capaz de zafarse/ de su propia trabazón.
Muchas gracias, Comandante (Aplausos).
Cmdte.- A mí se me ocurre preguntarme, Alarcón, si ellos han tenido oportunidad de adquirir o recibir el libro La victoria estratégica.
Varios diputados.- No.
Cmdte.- ¿No?
Déjenme ver qué les cuento. Bueno, hay unos cuantos que lo tienen y otros que no lo tienen, a lo mejor no es fácil que lo adquieran porque lo están imprimiendo. Alvariño tiene papel para 10 000... No, tiene para más, para 60 000; pero bien, eso se va multiplicando, el propio libro está produciendo recursos, una parte lo van a vender en los CUC famosos; pero por cada uno que venden en CUC, cinco se distribuyen en pesos o se obsequian. Es decir que ese es un problema, más o menos, resuelto.
Ese libro necesita el complemento del otro, yo me comprometí el día que se hizo el lanzamiento a que iba a hacer el segundo, que es La contraofensiva estratégica. Bueno, en estos días trabajé mucho en ese libro, casi casi está, muchas de esas cosas están escritas. Yo si voy a describir una batalla, no voy a ponerme a inventar ahora, explicar qué pasó, a qué hora comenzó, cómo fue, los que participaron y lo que hicieron, las instrucciones que se le dio a la gente, yo no puedo inventarlas, realmente lo que tengo es que utilizar el material, conectarlo, ordenarlo todo, y de hecho eso está ya.
Tengo la esperanza de que hay tiempo, hay tiempo para editar ese próximo libro y presentarlo. Como dije el otro día, yo me iba a quedar sin trabajo, porque para mí lo más importante era esta reunión de la Asamblea (Aplausos).
Para mí era la cumbre del esfuerzo que he venido haciendo y mañana, desde luego, tendré el gusto de reunirme con los venezolanos, con Walter, con Mario y con Vanessa, con Izarra; ya eso estaba acordado y de ahí, bueno, hay algunas personas que han anunciado que van a hacer una visita, me va a parecer muy útil para hacerles, más o menos, las mismas preguntas que les hice a ustedes (Risas).
De ahí, como cosa importante, excepto algunas que surjan, como tareas, el lanzamiento del libro y por ahora no tengo nada más que hacer, y creo que me sobra tiempo, tendremos que pensar todos, como hizo el poeta, habrá que defender algún premio literario. ¿Cómo llaman a ese que es el del Príncipe de Asturias? ¿Cómo es? ¿Cómo es el que le dieron a...?
Presidente.- Hay uno que se llama así, Príncipe de Asturias.
Cmdte.- Oye, creo que ese lo pagan altísimo ahora; pero más vale que gaste el dinero rápido, porque después no va a valer nada (Risas).
Los que tienen CUC que compren, que compren libros.
Está muy bien lo que hizo. Yo creo, Alarcón, que debemos hacer todo lo posible por la parte de humor que tiene y de profundidad, que divulguemos el poema.
Bien, eso es lo que tengo, y nada más, compañeros, darles las gracias por esta reunión.
Espero que nos volvamos a ver en otro momento (Aplausos).