Cuba es líder en la atención infanto-juvenil porque tiene programas sistematizados, bien estructurados, e identifica los problemas de salud mental, aseveró el doctor Enrique Camareiro, de México, presidente de la Asociación Psiquiátrica de América Latina.
Al término del IV Congreso Panamericano de Salud Mental Infanto-Juvenil, que sesionó en la capital hasta este viernes, el profesor Camareiro, significó a la AIN las bondades del programa en la atención a la familia y las comunidades para que los pequeños desarrollen una salud mental con todas las potencialidades.
Emoción e inteligencia deben ir unidos para formar hombres integrales sanos que desarrollen a cualquier país, y Cuba es líder en ese campo, apuntó Camareiro.
Con experiencia de 25 años en la rama, el Presidente de la Asociación Psiquiátrica de América Latina, electo para el período desde octubre de 2010 a 2012, dijo que a pesar de las limitaciones en la Isla se realizan estrategias viables para el cuidado de la salud infantil. Si los niños están enfermos y tienen un problema de salud mental hay que atenderlos en forma oportuna y la prevención es más barata que el tratamiento, acotó.
«Los latinoamericanos, participantes en el Congreso coincidimos en que debemos intervenir de forma eficaz para que los pequeños sean lo más sanos física y mentalmente, porque son el futuro de los países de la región», apuntó.
Camareiro resaltó el rol de Cuba en situaciones de desastres y dijo que Latinoamérica y otros pueblos de Centroamérica y el Caribe están expuestos a muchos fenómenos naturales, como Chile, México y Haití y los niños son muy vulnerables porque dependen de los adultos. En tal sentido, instó a desarrollar estrategias para ofrecer una atención inmediata a estos fenómenos a diferentes niveles, desde resolver los problemas de la vivienda y tener condiciones adecuadas para su supervivencia.
«De vital importancia es el aspecto psicológico para que puedan manejar emocionalmente estos fenómenos, que entiendan que tienen solución», recalcó. Con el tiempo cada experiencia negativa y cada crisis trae como consecuencia un desarrollo ulterior de las capacidades de los individuos, puntualizó.