CIENFUEGOS.— Desde niño le llegó la atracción por el mar, por esas superficies cresposas de la tarde donde saltan los peces aguja. También por esas llanuras abisales en las cuales habitan seres ciegos de aspecto pavoroso, reyes del mundo del silencio fotografiado por Jacques-Yves Costeau en el vigente material audiovisual, que de seguro el precoz chiquillo repasaba con deleite.
El joven biólogo marino Ángel Morera González, con 35 años de edad, recibió el cuarto de sus Sellos Forjadores del Futuro, en virtud de su continuada labor de investigación científica.
Las Brigadas Técnicas Juveniles en Cienfuegos tienen entre los abanderados a este muchacho con pinta de serio y aplicado. Máster en Biología Marina por la Universidad de La Habana en 2003, labora en el Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos (CEA), como especialista en la materia.
Al preguntarle si tiene posibilidades de desarrollo para su campo allí contesta raudo: «¡Cómo no!, aquí se trabajan las oceanografías química y física, así como la diversidad de los organismos marinos; o sea, el centro de mi interés».
El más reciente de los sellos Forjadores del Futuro lo obtuvo tras realizar el Inventario Florístico de Macroalgas y Microalgas Marinas de la Bahía de Cienfuegos. En esta indagación se detiene, entre otros aspectos, en los diversos usos de las primeras, tanto para la alimentación humana y animal, como también bioindicadores de la calidad de los sistemas marinos.
Dicho estudio, agrega Ángel, estuvo también muy relacionado con la emisión de licencias ambientales, el inventario de la biodiversidad en diferentes áreas naturales de Cienfuegos, y alrededor de cómo influyen la contaminación sobre la fauna y la flora locales.
Interrogado sobre los posibles factores de riesgo para el ecosistema cuya salud ausculta a diario, luego de la irrupción industrial re-emergente en el área costera de la ciudad, subraya: «Todo efecto nuevo antropogénico entraña cierto peligro para los ecosistemas marinos, pero las industrias que se están levantando cuentan con un licenciamiento ambiental y trabajamos de forma mancomunada para que el efecto de la contaminación y el riesgo sean menores».
El biólogo marino aprovecha para, sin perder de vista la pregunta, aludir a la labor del centro en el cual trabaja. «El CEA se encarga de monitorear y seguir la vigilancia de estos efectos contaminantes; si aumentan o disminuyen los grados de contaminación en la zona».
Además, acota, varias entidades del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente aquí emprenden un buen trabajo de gestión ambiental para que las unidades o empresas que vierten directamente a la rada disminuyan su carga perjudicante.
Angelito ha publicado disímiles artículos científicos en órganos especializados de nuestro país y el exterior, a la manera de la Revista de Investigaciones Marinas de Cuba o la Caribbean Journal of Sciencie.
Este joven ha participado en diferentes congresos internacionales vinculados con la ecología marina, en eventos sobre especies del mar y otros certámenes alrededor de estos temas.
Como tantos profesionales cubanos, ama y cree en lo que hace, trabaja con ahínco por apoyar el desarrollo del país desde el sitio que le corresponde, y emprende la jornada cada mañana seguro de poder contribuir a ello desde la actitud consecuente de quien así lo piensa.