SI el gobierno de Estados Unidos realmente quiere ayudar a Cuba en las actuales circunstancias de devastación ocasionadas por el paso de los huracanes Gustav e Ike, debe autorizar, al menos durante seis meses, la compra a empresas norteamericanas de materiales indispensables para la construcción, así como otorgar los créditos normales en las operaciones comerciales. Una verdadera muestra de solidaridad sería el levantamiento definitivo del bloqueo impuesto a Cuba desde hace 50 años.
A esta respuesta, dada recientemente por el gobierno cubano a Washington, se adhirieron este viernes, en una declaración especial, los miembros de las 166 organizaciones de la sociedad civil, al clausurar su segundo foro sobre los Derechos Humanos, en La Habana.
Este encuentro fue convocado por 15 organizaciones no gubernamentales con estatus consultivo ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, 13 de ellas cubanas; una internacional, la Organización de Solidaridad para Asia, África y América Latina, y otra regional, la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE).
La declaración final, que el gobierno cubano presentará al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en febrero de 2009, denuncia que el bloqueo económico, comercial y financiero constituye un delito de genocidio, una flagrante violación de los derechos humanos del pueblo cubano, así como el principal y mayor obstáculo para su pleno disfrute.
También denunciaron la política estadounidense, con la complicidad de otros gobiernos, de reducir la sociedad civil cubana y los defensores de los derechos humanos a los grupúsculos mercenarios financiados por la Agencia de Estados Unidos para el desarrollo Internacional y la Agencia Central de Inteligencia y otras organizaciones contrarrevolucionarias, con el objetivo de subvertir el sistema sociopolítico de la Isla.
El documento destaca, además, que Cuba garantiza el pleno disfrute de los derechos a la alimentación, el trabajo, la seguridad social, la salud, la educación y la cultura, entre otros, que son reconocidos expresamente por su Constitución y asumidos como prioridad del Estado.
Asimismo reiteraron su apoyo a la cooperación brindada por la Isla en áreas como la salud y la educación en distintas regiones del mundo.
El evento fue clausurado con una conferencia magistral sobre la cultura cubana, impartida por Eduardo Torres Cuevas, director de la Biblioteca Nacional José Martí.