Una foto, una historia
El sistema político estadounidense está realmente corrompido por la influencia que ejercen los lobby, poderosos grupos que financian a quienes van a servir en la administración pública, desde la Casa Blanca hasta los miembros de las dos cámaras del Congreso. Una compraventa de favores, el quid pro quo habitual, simplemente legalizado, que puede catalogarse como la prostitución del voto.
Uno de esos lobby es el Aipac, el American Israel Public Affairs Committee (Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos–Israel), grupo de presión sionista en Estados Unidos que se presenta como una «organización sin ánimo de lucro», que busca —y lo logra— influir en esas altas esferas de la administración estadounidense, garantizando la estrecha alianza Israel-Estados Unidos.
Como ella misma dice en su página en internet, «distribuye dinero en nombre de más de 3 000 000 de estadounidenses proisraelíes de todos los distritos del Congreso» para fortalecer el apoyo bipartidista a esa relación y su primer mensaje en ese sitio dice: «Dile al Congreso: condenen el último ataque contra Israel de la ICC (Corte Penal Internacional)» y sigue con este otro mensaje: «Mantén seguro a Israel y fuerte a América», (por América ya saben que se refiere a Estados Unidos).
Sin tapujos reconoce: «NOSOTROS APOYAMOS a aquellos que apoyan a Israel. El Aipac es un Comité de Acción Política (PAC) bipartidista y proisraelí. Es el PAC proisraelí más grande de Estados Unidos y aportó más recursos directamente a los candidatos que cualquier otro PAC. El 98 por ciento de los candidatos respaldados por el Aipac ganaron sus elecciones generales en 2022», lo que significó que en ese proceso electoral compraron a 365 candidatos demócratas y republicanos proisraelíes con más de 17 000 000 de dólares en apoyo directo.
Pues bien, uno de esos políticos subvencionados por el Aipac es Nikki Haley, quien según OpenSecrets.org ha recibido más de millón y medio de dólares del Aipac ($1 550 101), y está de visita en Israel por estos días, en que ya los palestinos asesinados en Gaza llegan a 36 171 y a 81 420 los heridos y mutilados.
La exembajadora ante la ONU de la administración de Donald Trump, quien la derrotó como aspirante a la candidatura presidencial republicana para este 2024, ha cumplido con gusto lo que parece ser una ceremonia para los políticos, personalidades y figurillas que aman al sionismo, cuando andan de tour por aquellos lares en medio del feroz genocidio que el régimen de Netanyahu perpetra en Gaza.
Esta es la foto demostrativa que el parlamentario israelí y exembajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, publicó en su perfil en X con el texto «Esto es lo que mi amiga, la exembajadora Nikki Haley escribió hoy en un proyectil durante una visita a un puesto de artillería en la frontera norte».
La dedicatoria de la Haley la define como una cómplice de las masacres. Son cuatro palabras en inglés: «¡Acaben con ellos! EE. UU. ama a Israel. Por siempre, Nikki Haley». Están escritas sobre la superficie de un misil M795, proyectil de alto poder explosivo estándar para obuses del Ejército de Estados Unidos y del Cuerpo de Marines, con efectos de fragmentación y onda expansiva, también de uso común por el ejército de Israel.
Redundante decir que la señora está entre las más activas figuras estadounidenses en mostrar su apoyo a Israel en su agresión en Gaza. «Estados Unidos apoya a Israel. Israel está luchando hoy contra los enemigos de Estados Unidos. No pares hasta ganar», dijo durante esa visita. Ratifica lo que dijo en una conferencia de prensa el pasado 17 de mayo: «Quiero que los israelíes sepan que están haciendo lo correcto. No dejen que nadie los haga sentir mal porque Israel no se equivoca en esto».
«Esto» ha llegado al día 236 y sigue contando la barbarie. Sepan que Nikki Haley ha confesado públicamente que votará por Trump en noviembre y este, convencido de que va a ganar de nuevo la Casa Blanca, ha respondido que ella estará en su equipo «de alguna manera».