La tecla del duende
Ese era el título de la crónica que debí escribir a mi regreso de la marcha el Primero de Mayo, pero como no tengo la presión del editor exigiendo la entrega, asumí otra encomienda. En efecto, el pueblo estuvo alzado en almas ese día. A mí me tocó una experiencia única: A mi lado caminaban unos jóvenes colombianos. Uno de ellos confesó que su primera intención al levantarse para asistir al desfile fue buscar una toalla.
«Cuando salimos a una manifestación en mi país —me cuenta—, llevo una toalla mojada para defenderme de los gases lacrimógenos. Y tampoco marchamos. Vamos por diferentes vías hasta el punto de concentración y allí sorprendemos a la policía con una masa grande de 200 o 300 jóvenes».
Y ahora con los ojos iluminados de asombro, avanza junto a los cubanos.
OCURRENCIASLa intensa vida de los lectores de la Tecla, carga emociones. Enlazo los textos de dos lectores diferentes, unidos en el ir y venir del oleaje amoroso. Sabina diría que «el amor eterno dura un invierno», pero lo más hermoso, aun cuando concluya, es que siempre nos queda la memoria de haberlo sentido.
«No pude lograr el milagro de detener el tiempo —escribe uno—, a pesar de la rotura del tren, hoy estamos en lugares diferentes. En ti encontré lo inimaginable; el roce breve, la cálida ternura; lo profundo de una mirada que desata sueños. Un día es mucho tiempo. En mi estómago volaron las gaviotas que una vez guardé en una jaula para no volver a sufrir. Desde la despedida amanezco cada día queriendo regalarte mis ojos y el frágil fulgor que ronda mi pecho. Te pido que no dejes escapar esos instantes, atrapémoslos. Recuerda: SIN TI, NADA; CONTIGO, TODO».
Y este otro:
«Finalmente el graffiti vio la luz el día que Sandra y yo cumplíamos 6 meses, justamente 5 días después de dar la relación por terminada. Me apesadumbró encontrarlo cuando ya no iba a surtir el efecto deseado. Me dio alegría saber que estábamos allí, perpetuos, dentro de la Tecla, aunque hayamos decidido finalizar; me queda un resto que sobrevive a todas las razones. En nombre de lo que sentí ya tendría para contarle, este hombre enamoradísimo le da las gracias».
CONCURSO CHELlegan ya los primeros envíos. Recuerdo que no deben pasar de dos páginas. No busquen en libros, la respuesta está dentro de cada uno: ¿En qué te acompaña Che en tu vida cotidiana?
GRAFFITILMA: No hay riqueza tan segura como un seguro amigo. JAR
Luis Manuel: Tu desconfianza me inquieta, y tu silencio me ofende. Danay
Luis Ma: El que tiene una amiga tiene dos almas. Cuqui La Mora
Ediltito: Soy tan feliz contigo que te mentiría si te dijera cuánto. Lisbeth
REGALO DE JUEVESEs la fiebre de la juventud lo que mantiene al resto del mundo a la temperatura normal. Georges Bernanos