Los que soñamos por la oreja
Para cualquier estudioso del acontecer musical de nuestro país en las recientes décadas, está claro que entre los timberos procedentes del último decenio de la anterior centuria, Issac Delgado es el de mayor proyección en las plazas bailables internacionales. Ello guarda estrecha relación con el hecho de que él siempre ha tenido como objetivo musical unir los géneros procedentes de nuestro país con el estilo, las características y la forma de hacer música de Venezuela, Puerto Rico, Colombia...
Su concepción persigue encontrar un sonido intermedio, para lo cual, desde hace 20 años, ya grababa en Venezuela, con colaboraciones de figuras como Luis Quintero, Daniel Silva, Ralph Irizarri y otros reconocidos salseros. Por esa manera de concebir su trabajo, es el único representante de la timba cubana de los 90 que el productor Ralph Mercado incluye en la exclusiva nómina de RMM Records, firma disquera a través de la cual edita varios fonogramas que lo proyectan al mercado estadounidense y europeo.
Lo que más me cautiva de Issac Delgado es su voluntad para reinventarse de forma continua, al margen de que los signos que definen su personalidad como intérprete siempre vayan con él en cada trabajo que emprenda. Esto puede corroborarse en un fonograma como el denominado Supercubano, puesto en circulación a través del sello Planet Records.
En el disco, Delgado invita a populares reguetoneros cubanos a compartir varios cortes de la grabación. Son ellos El Micha, Gente de Zona y Baby Lores. El álbum se inicia con El negro vuelve a La Habana, tema dentro del clásico esquema de timba/salsa desarrollado históricamente por el vocalista, pero en este caso con pinceladas de pilón y conga santiaguera, a lo que se añaden parlamentos callejeros del reguetonero El Micha:
Échale sal y sabor/ pa que sepa mejor/ que no tiene comparación/ luces, cámara, acción/ que donde tú vives no hay malecón/ así que no te aguantes a coger el avión/ que Cuba se lleva en el corazón.
Otro corte muy recomendable en el disco (una producción de Alain Pérez e Isidro Infante) es Salsa, timba y amor, historia de los amores entre un puertorriqueño aficionado a la salsa y una cubana fanática de los Van Van:
Él le pone sentimiento a la rumba/ ella quiere que le toque rumba con son/ una canción de Sindo Garay.
Por su parte, Que no se te olvide, interpretado con La India, hace evocar el dueto de esta boricua con Marc Anthony en el corte Vivir lo nuestro, original del cubano Rudy Pérez, uno de nuestros compatriotas que mayor éxito ha registrado como compositor para diversas figuras en el mercado discográfico internacional. Empero, en mi criterio, la pieza más impactante en Supercubano es Somos Cuba (Mira cómo vengo), reguetón timbero con la participación de Gente de Zona:
Mira cómo vengo/ con todo lo que tengo/ tengo, tengo, pero no lo vendo/ por eso me mantengo/ soy de donde brilla el cielo/ donde más calienta el sol/ de ahora en adelante/ pa que nadie se me suba/ nosotros somos gente calle/ nosotros somos Cuba.
La explosividad de este corte, en una eficiente simbiosis entre timba y elementos reguetoneros, unidos con toques rumberos, demuestra a las claras que con el reguetón pueden hacerse llamativas mezclas con el son, la conga y el guaguancó, siempre que intervengan las manos de orquestadores tan talentosos como el bajista Alain Pérez.
En resumen, este resulta un fonograma cuya puesta en circulación evidencia una vez más que entre nuestros timberos de los 90, Issac Delgado es de los que ha sabido reorientarse y adaptar su música a lo que en el presente demanda otra generación de bailadores, distinta a la del momento en que él fue conocido como «el Chévere de la salsa».