Los que soñamos por la oreja
Nadie que sepa un poco sobre lo que hoy acontece en materia de música cubana, pondría en duda que José Luis Quintana, o Changuito como todo el mundo lo conoce, es uno de los percusionistas de nuestro país de mayor importancia entre los muchos surgidos en los últimos 40 años. Junto a Juan Formell y César Pupi Pedroso, él es artífice de ese ritmo creado por los Van Van y que ellos nombraron «songo».
La combinación ideada por Changuito allá por fines de los 60 y que abarcaba de forma orgánica batería, timbales, campanas, tambores, címbalos, entre otros instrumentos de percusión, en un perfecto híbrido en el que se integraron por igual los aires de la música beat y los pertenecientes a la tradición folclórica cubana, resulta uno de los aportes de más relevancia para el devenir del panorama sonoro contemporáneo entre nosotros. No por gusto, la influencia de esa manera de hacer se percibe nítidamente entre numerosas agrupaciones e instrumentistas de los que registran un mayor destaque en Cuba durante el pasado decenio.
Changuito puede afanarse también de haberle dado clases de percusión cubana a personajes tan prestigiosos en el ámbito internacional como son los casos del puertorriqueño Giovanni Hidalgo (quizá uno de sus mejores alumnos) o el no menos afamado Kart Perazzo, de gran reconocimiento por su labor en la agrupación de Santana. El afán de compartir con otros lo que sabe, ha llevado a José Luis Quintana a ser colaborador del Instituto Superior de Arte en La Habana, así como a impartir talleres en universidades de Puerto Rico, en la Escuela de Música Moderna de Nueva York y en el muy prestigioso conservatorio de Berklee, en Boston.
Ahora, bajo el sello discográfico venezolano Cacao Música, Changuito ha puesto en circulación un disco que lleva por título el de Telegrafía sin hilo. Según declaraciones del propio percusionista, el álbum busca reflejar la comunicación ancestral entre las tribus por la vía de los tambores, como enlace religioso y humano de culturas hermanas. Tal fue la idea que guió todo el proceso creativo. Ese vínculo entre componentes de la religión de origen afro y el discurso musical ha estado reiterándose en recientes producciones discográficas de cubanos asociados al jazz, como el desaparecido Miguel «Angá» Díaz y el pianista Omar Sosa.
Vale decir que el fonograma Telegrafía sin hilo surgió a partir de una propuesta del gran baterista habanero Horacio «El Negro» Hernández, que al coincidir con Changuito en el II Festival Internacional de Tradiciones Afroamericanas (FITA) en la ciudad de Maracay, le habló a Omar Jeanton, gerente general de Cacao Música, acerca de lo provechoso que sería grabar un CD que tuviese a Quintana como protagonista. Así nació un proyecto para el cual se escogió como encargado de hacer la producción musical al trompetista pinareño Luis J. Márquez, de amplia trayectoria con distintas formaciones, entre las que sobresale el grupo Guaco.
Para la materialización del álbum se contó con intervenciones no solo de El Negro, sino de otros músicos como Giovanni Hidalgo, Patricio «El Chino» Díaz, Rodrigo Mendoza, Edgar Dolor Quijada, Miguel Urbina, el grupo Herencia, Rodner Padilla, Maurice Melo, Joel Uriola, Ronald González, Vielka Prieto, Nelson Arrieta, Luis Rosca Beltrán, César Orozco, Jorge Dobal, David Fernández, Alexander Zapata, Felipe Lamoglia, Roberto el Lobo Moreno, Yomar Caballo Méndez, José Mortadelo Soto, Rodolfo Reyes, quienes acompañaron a Changuito en la apasionante aventura de realizar su disco.
Este fonograma posee también el mérito de ser concebido como un disco-libro, lo cual ofrece la posibilidad de incluir un enjundioso reportaje biográfico que acerca de la vida y obra del eminente percusionista escribiese el periodista venezolano Ramón Navarro, editor de la revista Podium. El pasado 28 de noviembre fue la presentación oficial de Telegrafía sin hilo, un CD ya disponible en las principales discotiendas de Venezuela y en otros lugares del mundo. Quienes por años hemos admirado el talento de Changuito para sonar los cueros, le deseamos que su nuevo álbum sea todo un éxito comercial. Él y nuestra música se lo merecen.