Los que soñamos por la oreja
Es asombroso el ingenio de nuestros músicos para dejar testimonio grabado de lo que andan haciendo. La cantidad de discos independientes que me llegan aumenta considerablemente y me resulta imposible dedicarles completa una de mis secciones a cada uno de ellos. Así, hoy haré un compendio a propósito de algunos de los muchos materiales que en semanas recientes han engrosado mi fonoteca.
Comienza a ser significativo el interés que entre nuestros creadores se está dando por la música electrónica, tanto en el tecno como en el house. Malena Pérez es alguien que debuta con una producción fonográfica nombrada Stars y que justo se mueve por los terrenos antes aludidos. El sonido de este álbum bilingüe resulta una mezcla entre elementos de lo que se ha dado en llamar nu jazz, pasajes de clara orientación hacia el soul, ritmos afrocubanos y brasileños, todo integrado en una atmósfera relacionada con el ambiente de las discotecas.
Si bien estamos ante un CD pensado para las pistas de baile, me resulta llamativo el componente experimental que en el mismo se registra. En un corte como Free to fly, Malena apuesta por la combinación entre un toque heredero de la tradición afrocubana y la energía del house, respaldo para que ella repita una y otra vez que somos aves libres. Otro de los temas que opino más logrados en el fonograma es Surrender, en el que la voz de la intérprete tiene un acento singular. Empero, para mí lo mejor de la grabación es Nshala, breve pieza instrumental con reminiscencias de la New Age. En fin, a su modo, Malena Pérez nos está dando una de las aristas de cómo se concibe la cubanía en nuestro tiempo.
Para quienes entre nosotros gustan del pop, no dudo en recomendarles el demo Hombres de papel, realizado por Jottabich, un proyecto armado por Ernesto Romero y Luis Pastor Pino. Este par de músicos ya trabajaron juntos en una de las formaciones de Paisaje con Río, un grupo del cual siempre digo que es una pena que no existiese en el momento en que en el país, la conjunción de determinados intereses hizo que el pop facturado por músicos locales se pusiera de moda.
La propuesta de Jottabich es de esas que se pega en cuanto se escucha, lo que no significa que en la misma haya carencia de rigor en lo musical y lo textual. Inmerso en la corriente del electro-pop, los temas de Ernesto Romero y Luis Pastor Pino pudieran dar la apariencia de ser cancioncitas simples, cosa muy lejana de la realidad. Así, un corte como Lentes azafrán, es delicioso en su mirada al entorno y me hace evocar los tiempos de la Casa del Escritor durante la segunda mitad de los 80, lo que me lleva a la idea de que a cierta generación nos va faltando el pasado.
Una pieza de Jottabich que si fuera debidamente promocionada podría convertirse en un éxito es Porta-misil, con un toque y una línea melódica muy contagiosos, unido a una letra que es una suerte de adivinanza. Otro corte recomendable es Cálida, dueña de un aire proveniente del brit-pop. Es de resaltar el trabajo de Luis Pastor como vocalista, con pasajes en los que su voz se procesa electrónicamente en busca de texturas diferentes a las que solemos hallar en los actuales grupos cubanos de pop. En resumen, excelente el debut de Jottabich.
Uno de los nuevos proyectos en la escena cubana de rock es el denominado Rainfall, integrado por el guitarrista, compositor y orquestador Junior Alfonso e Idel Ramos como cantante. Ambos músicos eran conocidos por sus trabajos anteriores, Alfonso como miembro de Tenaz y Ramos como figura frontal de Teufel. Lo que ahora ellos nos ofrecen en Rainfall, nada tiene que ver con lo que habían hecho hasta la fecha.
De entrada, tengo que decir que me sorprendí gratamente al escuchar lo que el dueto ha grabado, un material en la línea del heavy metal progresivo, al corte de las bandas europeas del estilo. Idel demuestra que él es un vocalista apto no solo para el canto gutural que ha hecho con Teufel sino que cuenta con otras posibilidades, mientras que Junior se revela como notable compositor y además eficiente instrumentista. Piezas como The witch y The dark side of love están entre lo mejor del rock en Cuba ahora mismo. Y «chirrín chirrán».