Los que soñamos por la oreja
Carlos Varela
Con absoluta sinceridad, cuando uno revisa en Internet todo el quehacer de los músicos cubanos, no puede menos que sorprenderse ante la notable presencia de nuestra gente en disímiles escenarios internacionales. Cierto es que en el mes de julio, como ocurre en cada verano, aumenta la programación de festivales de música en un circuito como el europeo y numerosos ayuntamientos destinan fondos para financiar festividades en las que, como es lógico, la música desempeña un rol preponderante.Lo que en nuestra condición de cubanos tiene que llenarnos de sano orgullo es el hecho de que en esa red de festivales que en la actual etapa tienen lugar, aumenta el número de agrupaciones y solistas de nuestra tierra que son invitados a presentarse en los más diversos rincones del planeta. Y no se trata de que un determinado estilo o género sea el favorecido por el interés internacional. La variedad de formas en las que los músicos del país se desenvuelven, desde el trabajo sinfónico hasta el trovadoresco, está siendo representada como en ningún otro momento del pasado.
Así, durante el mes de julio, Carlos Varela, solo con su guitarra, tuvo un par de actuaciones en Canadá. Una fue en el Lula Lounge, en Toronto, y la otra en el Cubanos Club, en Montreal. Según reportes de prensa, el cantautor logró conectarse mágicamente con un público tan diverso en etnias y edades como el que dicho país suele ofrecer. En estas presentaciones, Carlos interpretó canciones de sus distintas producciones discográficas y aprovechó la ocasión para estrenar algunos temas que figurarán en su próximo álbum, entre ellos Telón de fondo, dedicada a la generación a la que él y yo pertenecemos, y De espalda a la Época, un tributo a las madres cubanas.
Habana Blues Band lleva adelante por las semanas que corren una gira por diferentes ciudades españolas. El periplo comenzó por Sevilla y ha continuado por Madrid, Barcelona, Murcia, Alicante y Pamplona. No es muy común que a partir de los niveles de venta de la banda sonora de un largometraje (en este caso, la película Habana Blues), haya que armar un grupo para salir a defender en los escenarios dicho material, como le ha sucedido a nuestros compatriotas, quienes por cierto ya están preparando un segundo álbum a nombre del proyecto.
El Festival Jazz en la Costa arrancó en Almuñécar con la primera actuación que Chucho Valdés ofreció en España durante su actual recorrido por esa nación. Para la aludida presentación de Chucho, así como para toda esta gira, él se hace acompañar por Lázaro Rivero Alarcón (contrabajo), Juan Carlos Castro Rojas (batería) y Yaroldy Abreu Robles (percusión). El repertorio escogido se integra en lo fundamental por piezas pertenecientes a los fonogramas grabados por Valdés para el sello Blue Note.
La santiaguera Ludmila Mercerón y su grupo R-32 fueron los encargados de inaugurar la programación cultural de verano en Ejea de los Caballeros (España). Ludmila, con anteriores experiencias en proyectos como La Plantación, Soul Mondo, A Cuatro Voces..., a principios del presente año editó su primer disco, titulado Maferefún Ochún, un álbum en que se recogen composiciones suyas que transitan por el son, la guaracha, guaguancó, afro y toda una diversidad de estilos de la música popular cubana.
El trío Ledema y el percusionista Alexis Velásquez, pertenecientes al catálogo artístico de la Promotora Musical Ignacio Piñeiro, estarán actuando durante tres meses en cinco ciudades de Haití (comenzaron el 1ro. de agosto), para los médicos y maestros cubanos que brindan su colaboración en ese país caribeño. Bajo la dirección del cantante y guitarrista Erdén Hernández Pérez, la agrupación promoverá su más reciente CD, Volveré a ser un caminante.
Uno que también anda de gira es el cantautor Diego Gutiérrez. Él se encuentra por Argentina y, entre otras presentaciones, ha actuado en Buenos Aires. En resumen, ante el cúmulo de noticias y comentarios generados en la prensa mundial, a tenor del trabajo que andan haciendo por estos días los músicos cubanos, desde aquí solo queda expresar llenos de regocijo: ¡Bravo por nuestra gente!