Frente al espejo
«Magnífico (Simplemente Celia, Osviel Castro Medel, 11 de enero). Por mi edad no pude conocer a Celia Sánchez en vida, pero por lo que me cuentan mis padres y lo que he podido leer, fue una de las personas más grandes, queridas y admiradas. Siempre atenta a lo más mínimo y las necesidades de todos. Su muerte devino una inmensa jornada de dolor para el pueblo. Incluso quienes no pudieron ir a su funeral, guardaron luto en su casa, como si hubiera sido un familiar. Eso es lo que era Celia para el pueblo: un familiar». (Elio)
«Es sencillo contar una historia, un cuento o una anécdota personal y quedarse en la simple enseñanza, pero esto que acaba de regalarnos Elisa Beatriz Ramírez es sencillamente uno de los mejores regalos que podemos recibir nosotros los cubanos (Símbolos, Tecla del Duende, jueves 12 de enero). Gracias por tu historia y gracias al Duende por socializar lo que de verdad tiene valor». (Camilo González)
El 11 de enero comentamos acerca del libro Hombres de negro (Rechiflas de buen humor, Yoelvis Moreno Fernández). A propósito de ello, un lector se interesó por el uso que damos al término ampaya. El Diccionario Panhispánico de Dudas aclara que ampáyer es la adaptación gráfica del inglés umpire, usada en algunas zonas de América, especialmente en México, Centroamérica y el Caribe, para designar a quien dirige la marcha del juego de pelota y decide en las jugadas dudosas. Su plural es ampáyeres. El Panhispánico recomienda usar mejor las voces españolas árbitro o juez... solo que en Cuba decimos ampaya y ampayas.