Acuse de recibo
Como titular de la sociedad mercantil La Rosa de Cristal y residente en Trinidad 307, entre San Fermín y Corona, en la ciudad de Santiago de Cuba, Milagros Camba Rodríguez denuncia lo que califica como «arbitrariedad» del Director de la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria (EPIA), quien paralizó súbitamente la producción de esa pequeña empresa privada desde el pasado 11 de enero.
Precisa Milagros que con ese proceder, se viola el contrato de producción cooperada firmado entre ambas partes, mediante el cual La Rosa de Cristal producía sus surtidos en una panadería de esa empresa, en horarios libres de esta, y le pagaba por ese usufructo, amparada en el Decreto Ley 304 del 2021 de la Contratación Económica emitido por el Consejo de Estado.
«La información de paralización fluyó violando los canales de comunicación establecidos para estos procesos, afirma, ya que se informó verbalmente la decisión tomada de que se debía salir del establecimiento asignado para el ejercicio de la producción cooperada de forma improcedente».
Señala que nunca llegó la comunicación a los máximos representantes de la Sociedad ni verbal ni por escrito, tal y como procede en estos casos; sin evaluar las consecuencias que en el orden económico y social dicha decisión ocasiona, pues la Rosa de Cristal tiene una línea estratégica de negocio bien definida, y en virtud de ello tiene concertados contratos internacionales de importación para el aprovisionamiento de la materia prima necesaria para el cumplimiento de su objeto social. Y tiene contratos de servicios con clientes estatales y privados de suministro de pan que se están incumpliendo, susceptibles de ser demandados.
«Tampoco se ha tomado en cuenta que tenemos una plantilla de trabajadores sujetos a los derechos atribuidos en el Código de Trabajo, y que bajo tal decisión se encuentran en este momento sin laborar ni devengar el salario correspondiente por su aporte, expuestos a un proceso de interrupción abrupto sin las causales reales que establece la ley.
«Está de más referir, señala, que las sociedades mercantiles de carácter privado bajo el concepto de micros, pequeñas y medianas empresas (mipymes) somos sujetos jurídicos dotados de la capacidad legal para el cumplimiento de los marcos legales que establece la ley. Somos sujetos de derechos y obligaciones como cualquier empresa estatal socialista. Por ende, nos asiste el derecho de que sean respetados los términos y condiciones pactados en la relación contractual establecida».
Cuenta ella que se personó en la UEB municipal de Alimentos Santiago, de la EPIA, sin recibir información veraz y oportuna sobre el asunto por parte de los funcionarios a cargo, quienes alegaban que desconocían las causas de tal decisión.
Y en la EPIA Stgo. de Cuba fue atendida por la asesora jurídica de la entidad, quien reconoció la violación expresa de los acuerdos pactados en el contrato, e informó que fue decisión del Director General, quien entonces estaba de viaje en La Habana, y hasta su regreso no se podía revertir la situación.
Milagros solicitó entrevista con el jefe del grupo de auditores de la empresa, quien se encontraba en funciones por el Director. Y este le refirió que fue una decisión empresarial tomada a partir de que se detectaron irregularidades en el proceso de contratación, no a tono con los procedimientos internos de la empresa. Y alegó que la EPIA tomó la decisión de paralizar el cumplimiento de estos contratos hasta tanto no se corrijan.
«¿Cómo es posible que en el resumen de 2023 en la Asamblea Nacional nuestro Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez apuntara que se acometería a un proceso de revisión y ajuste de todo lo legislado para el funcionamiento de las mipymes y del Decreto 246/2021, instrumento jurídico que regula su funcionamiento, pero que esto no significaba la paralización de los nuevos actores económicos, que tal proceso se corregiría en la marcha?», señala.
Indica que ha formulado quejas ante los Gobiernos municipal y provincial, sin recibir respuesta alguna. Y la sociedad mercantil lleva muchos días paralizada. El destino de su producción es la población de Santiago de Cuba. Y tiene en almacén 650 000 pesos en materia prima susceptible a pérdida.