Acuse de recibo
El pasado 23 de mayo, desde la santiaguera Palma Soriano, Jorge Luis Rivera Rodríguez denunció aquí el deterioro acumulado de varios elementos del Parque Martí de esa ciudad.
Señalaba que dicho parque fue declarado Monumento Nacional en 2003, pues en el área que ocupa se depositaron durante horas los restos de nuestro Héroe Nacional, en la ruta funeraria custodiada por el ejército español, tras la caída del inmenso cubano en Dos Ríos, y con destino a la ciudad de Santiago de Cuba.
Rivera señalaba que ese parque fue inaugurado en mayo de 1913 y financiado con una recaudación popular, y cuenta en su centro con el monumento al Apóstol, creado por el escultor italiano Umberto Dibianco.
Y refería que fue restaurado en 2015. «Todos pensábamos que para bien, decía, pero no fue así». En su formato original poseía bancos de granito de gran calidad, que estaban en perfecto estado, los que fueron sustituidos por unos de hierro y madera, a los que en su mayoría se les han roto las tablas, y el hierro
ha perdido la pintura, sin haberles pasado lija, y están oxidados. Se les han colocado nuevas tablas, pero sin pintura, comenta.
Como «una gran chapucería, sin cultura del detalle alguna», lo calificaba Rivera. Y añadía que «las nuevas luminarias son feas, con una pintura sin brillo, que se ha descolorido en breve tiempo. Los bombillos que tiene casi no alumbran, de noche está en penumbras. La tarja de mármol donde se describe el porqué fue declarado Monumento Nacional está rota y no tiene casi pintura, lo que impide que se pueda leer».
Contaba Rivera que, ante el reclamo popular, hace más de dos años en la televisión local el Director municipal de Servicios Comunales informó que en el territorio no tenían cómo solucionar el asunto, y ya habían solicitado recursos a la instancia superior. Y el Director provincial de Servicios Comunales se comprometió a restaurar el parque: los bancos iban a ser sustituidos por bancos metálicos, y ya estaban contratados con la empresa Cometal. Dijo que las luminarias también se restablecerían.
«Ni lo uno ni lo otro, decía Rivera, todo parece indicar que se les olvidó lo prometido. Es inconcebible que un lugar como este se encuentre en esas condiciones, y que nadie se preocupe por él. Conozco de los problemas financieros que tenemos, de las dificultades que nos ha impuesto la COVID-19. Pero he visto cómo en otros municipios y provincias, pese a las dificultades, se mantienen esos sitios y se reparan con calidad, cultura y amor».
Nunca nos llegó respuesta a queja tan sensible (nada respecto a Martí es nimio). Y ahora Rivera vuelve a escribirnos para contar que este 5 de noviembre, a más de cinco meses de publicada aquí su queja, es que recibió contestación de la Subdirectora de Inversiones de la Empresa Provincial de Servicios Comunales de Santiago de Cuba.
La directiva explica que se creó una comisión, la cual investigó y comprobó que todo es cierto; pero ellos no cuentan con presupuesto para acometer esa obra. Por lo tanto, solicitarán a la Comisión Nacional de Monumentos la restauración del parque. Y van a proponer la reparación y mantenimiento del parque para 2022.
Palmero orgulloso de su ciudad y martiano ferviente, Rivera consultó la Ley No. 2 del 4 de agosto de 1977, Ley de Monumentos Nacionales. Y le llamó la atención que en su artículo 4, los incisos 1 y 2 expresan que la Comisión Nacional de Monumentos debe preparar estudios y planes para la localización, conservación y restauración de sitio u objeto declarado Monumento Nacional, y además autorizar, inspeccionar y supervisar toda obra que deba realizarse en una construcción, sitio u objeto declarado monumento nacional.
«Ni la Comisión Nacional de Monumentos Nacionales, ni la Provincial se han dado por enteradas de la situación que tiene el Parque Martí de Palma Soriano, afirma. Ya va siendo hora de que expongan en este diario el porqué no han cumplido con lo estipulado en la ley y qué piensan hacer para que este sitio, el cual es Monumento Nacional, logre estar a la altura de José Martí».