Acuse de recibo
El pasado 26 de febrero, desde la ciudad de Pinar del Río José A. García Gutiérrez contó que el 10 de ese propio mes envió un correo electrónico a la agencia Cubapack solicitando información de un paquete enviado desde Estados Unidos el 26 de junio de 2020, y de cuya reclamación no había recibido siquiera acuse de recibo, a pesar de haber utilizado la dirección electrónica que anuncia esa entidad.
Y el pasado 28 de abril, llegó la respuesta de Rafael Guerrero Aragonés, gerente general de Cubapack, quien aclara que «al recibir la reclamación se procedió a identificar el estado y proceso de la paquetería en cuestión, que se encontraba en transcurso de viaje para su entrega, con fecha 22 de marzo del presente año».
Refiere que por el alto volumen de paquetería recibida en este tiempo de pandemia, y por dificultades organizativas y logísticas de esa entidad, se atrasó la entrega de esa mercancía, por lo que ofrece disculpas al cliente ante las molestias ocasionadas.
«Teniendo en cuenta lo expuesto, dice, la administración realiza un llamado de atención a los trabajadores involucrados en estas actividades, con el objetivo de evitar inconformidades y afectaciones en el servicio…».
Y sobre la carta electrónica enviada por José a Cubapack, señala que hay un elevado nivel de reclamaciones por correo electrónico; no obstante, para dar la atención debida con la mayor celeridad posible, se incorporará personal de la entidad en apoyo a esa actividad.
«La División Cubapack, dice, tiene entre sus principales premisas el respeto a sus clientes, que con sus criterios contribuyen a perfeccionar nuestro estilo de trabajo».
Justo para hacer valer ese propósito, tras agradecer la respuesta, expongo algunas dudas: Si el aumento en estos tiempos de paquetería ha provocado abarrotamientos, algo comprensible, ¿por qué no se le respondió y explicó al cliente entonces, como ahora se hace? No es la primera vez que afloran aquí quejas sobre fallas en la comunicación de Cubapack con sus clientes, incluso de críticas en cuanto a que las llamadas telefónicas no se atienden siempre.
Más que llamados a sus trabajadores, lo que hacía falta desde antes, previsoramente ante tanta paquetería, era lo que ahora anuncian: apoyar con más fuerza de trabajo la labor principal de esa entidad, y resolver lo que está en sus manos: dificultades organizativas y logísticas; mucho más cuando hay un elevado número de reclamaciones.
Robustiano González (Finca Palmarito, kilómetro 23, San José de las Lajas, Mayabeque) dice que hace más de cuatro años, en lo que antes fue área de preparación de máquinas del Ejército, que se conoce como El Tacódromo, hay un salidero de agua de la conductora que viene de la cuenca El Gato.
Afirma que es conocido por las autoridades hidráulicas, pues hace dos años una brigada limpió áreas en la dirección de la conductora y llegó al tubo averiado. Posteriormente fue una comisión y ahí quedó todo.
«Allí se pierden en mis modestos cálculos, expresa, 200 litros por segundo. Así que imaginarán la magnitud del derroche. Quiero dejar por sentado que es encomiable el trabajo hecho por el Instituto de Recursos Hidráulicos en frentes como Cuenca Sur y otros sitios. Pero hay que ponerle fin a ese gran salidero, y más con la sequía que atraviesan las provincias de Mayabeque y La Habana», concluye.
Desde Alamar, en la capital, Sheyla Bonell Rosabal reconoce el gran trabajo y el buen servicio del hogar materno Tamara Bunke, por el excelente desempeño de su personal.
«Soy gestante, y por una condición de anemia, tuve que ingresar por 15 días en ese hogar. Y durante mi estancia pude apreciar las buenas condiciones que le han dotado al lugar; pero, sobre todo, la profesionalidad de sus trabajadores, desde las doctoras ginecólogas y otros especialistas, enfermeras, hasta el personal de servicios: cocineros, auxiliares de limpieza, lavandería, todos de manera general.
«Me fui muy agradecida de la preocupación por el estado de las gestantes, las coordinaciones para que asistieran a sus consultas y análisis, los medicamentos que debían tomar, la calidad en la elaboración de los alimentos. Sirva este reconocimiento para visibilizar la abnegada labor que allí realizan», concluye.