Acuse de recibo
Desde la Avenida 31 no. 10822, interior bajos, entre 108 y 110, en el municipio capitalino de Marianao, Carlos Amado García Crespo denuncia lo que considera «una violación ética profesional y una falta de respeto» por parte de la Dirección Municipal de la Vivienda, y específicamente por el mal trabajo de la oficina de trámites de ese territorio.
Cuenta el remitente que cuando se divorció, su casa fue dividida, con la aprobación de la Vivienda. Se otorgaron los respectivos documentos a él y a su exesposa, y solo faltaba extraer el relativo a la nueva numeración de ambos inmuebles, para otorgarles las propiedades de cada quien.
Pero sucedió que a su excónyuge la sancionaron a 16 años de privación de libertad. Carlos intentó, por su parte, continuar con los trámites para su propiedad, y le comunicaron que no podía ser, pues tenían que estar presentes los dos, porque la gestión era una para ambas propiedades.
Él esperó pacientemente unos ocho años, hasta que le otorgaron la libertad condicional a ella, quien, entonces, sin ponerse de acuerdo con él ni avisarle, arregló sus papeles, y ya tiene su propiedad
Al enterarse de ello, Carlos fue a la oficina de trámites con sus documentos. Y el técnico de Planificación Física le preguntó por qué no fue notificado, pues esa gestión tenía que salir para los dos. Y lo envía a la Dirección Municipal de la Vivienda.
Allí, el segundo jefe lo escuchó, revisó los papeles, y le dijo que no había problemas. Le entregó una nota para que la presentara a la abogada de guardia en la oficina de trámites, y comenzara la gestión. Así lo hizo Carlos ese mismo 21 de noviembre de 2017, y le comunicaron que tenían 50 días hábiles para dar respuesta.
Pero en febrero de 2017 le informaron que el trámite fue cerrado por providencia, al no encontrarse él en su casa el día que lo visitaron, por lo cual ¡tenía que comenzar de nuevo! Carlos protestó, aduciendo que nunca fue avisado de la visita, a pesar de que tenían el número de su móvil. Y presentó de nuevo la solicitud.
Ese mismo día acudió a la Fiscalía Municipal, donde fue atendido por la fiscal asistente Melisa, quien le dijo que evidentemente había un mal trabajo de Vivienda, y una mala actuación de la PNR, pues a Fiscalía nunca llegó la denuncia, pero que ella no podía hacer nada al respecto. Se lo dijo después de escucharle y revisar los documentos, en los que había una denuncia de su hija, cuando la madre la expulsó de la casa estando ella con ocho meses de embarazo, con la presión alta e ingresada con Zika en Maternidad de Línea, y no hubo actuación policial ni de nadie al respecto.
A partir del 18 de marzo de 2018, visitaba cada miércoles la oficina de trámites, y nunca le entregaban su documento. Así, hasta mediados de diciembre de ese año, cuando le entregaron un documento donde constaba que su casa la visitaron de nuevo en mayo de 2018 y no había nadie. Tenía que ¡comenzar de nuevo el trámite!
Carlos protestó: «¿Cómo si me he mantenido acudiendo por mi documento, me lo van a entregar seis meses y medio después, sin yo haber sido notificado por teléfono de dicha visita?» Y apenada, la funcionaria Anais le orientó acudir a Planificación Física a ver a la compañera Yarima.
Fue allí, y Yarima le dijo que no había problemas, que iba a mandar una técnica a resolver el caso. Y en enero de 2019, al fin fue la técnica: hizo su trabajo y le dijo que a los diez días podía recoger su documento en la casa de trámites.
Después de acudir allí varias veces y no hallar sus documentos, Anais le rogó que viera otra vez a Yarima y le preguntara sobre sus papeles, pues a ella no habían llegado. Habló con Yarima, quien buscó en el libro de control donde aparece la documentación entregada a la técnica Yaima el 22 de febrero.
«El caso es que hoy cuando le escribo (1ro. de abril de 2019) mis papeles no aparecen. Hasta cuándo tendré que esperar. Necesito dicha propiedad para vender la casa y comprarle una casita a mi hija y sus tres niñas, y un cuarto para mí, para que cada cual tenga lo suyo. Actualmente, en espera, les cedí mi cuarto durmiendo en la sala, mientras que ellas se acomodaron como han podido, compartiendo cama y piso».