Acuse de recibo
Marta Bulnes Surí encabeza la carta firmada por 13 vecinos del edificio sito en Avenida Van Troi esquina a 168, en el reparto Lutgardita, Boyeros, La Habana, que claman por que se transparente y destrabe una situación ambigua y engañosa que data desde 2010.
Cuentan los remitentes que en ese año comenzaron las labores constructivas en ese complejo habitacional. Debieron erigirse 30 viviendas pactadas en tres bloques con el sistema biplanta. Pero de ellas solo fueron casi terminadas 13 de ellas. Y dicen «casi», porque hoy, finalizando 2018, todavía no puede decirse que están concluidas.
Precisan que siempre se les dijo que el presupuesto para la obra no tenía problemas. Pero un buen día comenzó a retirarse la brigada constructora porque, según el Departamento de Inversiones, ya no quedaba financiamiento para la conclusión.
Por esa misma razón, muchas de las acciones constructivas realizadas no pudieron ser cobradas. Muestra de ello es que la impermeabilización planificada del edificio, aún cuando la manta asfáltica fue traída para la obra en dos ocasiones, no se pudo realizar. Y ese recurso fue enviado para la Empresa. Hasta hoy siguen en la misma situación.
Afirman los vecinos que se han acercado a los distintos órganos que tienen competencia en el asunto (Dirección de la Vivienda, Planificación Física y Gobierno), para mostrar la inconformidad que tienen de que una obra que no ha sido terminada, ya la tengan informada como ejecutada en su totalidad. Y no se les ha dado respuestas que al menos puedan satisfacer su preocupación, subrayan.
Y para colmo, las familias que ya conviven en ese edificio, aún no cuentan con la certificación de habitabilidad de vivienda, por lo cual no tienen dirección que los acredite como vecinos del lugar. No pueden organizar sus vidas, apuntan.
Refieren que el otro problema es la calidad de terminación presente en la parte que se ha entregado, que puede ser comprobada si se hace una visita oficial.
«Terminando 2018, plantea, sigue la cubierta sin impermeabilizar. No se realizó la prueba de agua, lo cual conlleva a que casi todos los baños tienen serios problemas de filtración. Los cables de alta tensión, que debieron ser soterrados, están expuestos, listos para que ocurra cualquier accidente fatal. Existen apartamentos donde se azulejeó, sin la colocación de las tuberías. Y los registros sanitarios están sin la correcta altura y sin tapas».
¿Y el bulto que falta?
Norisbel Maldonado Miranda (Calle Nueva 16, reparto 13 de Marzo, municipio Mella, Santiago de Cuba) cuenta que el 23 de octubre pasado su hija Mailén Salcedo Maldonado, residente en Cuatro Caminos, La Habana, le envió dos bultos por el expreso del ferrocarril procedente de La Habana. Y de ambos, ella solo recibió uno. El que falta contiene una lavadora marca LG con número de envío 444329.
Después de estar 30 días indagando a ver si llegaba el bulto, supo por medio del Expreso en Santiago de Cuba, que la casilla donde venía el bulto faltante, había sido objeto de un hurto, denunciado a la Policía.
«Pero a estas alturas, a pesar de todas las gestiones realizadas, no se ha solucionado mi problema, que considero sea la entrega del equipo o su reposición por otro», enfatiza finalmente Norisbel.