Acuse de recibo
Hay urgencias inaplazables que no admiten rodeos burocráticos ni insensibles dilaciones, como la de Rosa García Soriano, residente en la calle 79, No. 33232, Km. 101, en la ciudad de Matanzas.
Cuenta ella que en los últimos días de mayo su familia fue afectada por el derrumbe o deslizamiento de la loma que bordea la casa, a consecuencia de las lluvias de la tormenta subtropical Alberto.
El alud provocó la ruptura de tanques de agua, tuberías, conexión de gas y desagüe de la fosa sanitaria. También se averió un pedazo de placa y la escalera al segundo piso. Se acumuló gran cantidad de tierra, piedras y matas de la loma en el patio, imposibles de tocar, a no ser por personal especializado. Hay peligro de otro derrumbe.
El 1ro. de junio Rosa se personó en el Gobierno municipal de Matanzas, y allí le orientaron que debía ir al puesto de mando, sito entonces frente al Parque de La Marina, donde le tomaron los datos. Y ese mismo día visitó la casa una trabajadora social, quien les dijo que debían ir a Comunales. Al otro día, una prima de Rosa fue a Comunales, y allí le dijeron que ya se había agotado la gasolina por los problemas enfrentados producto de las lluvias.
El 22 de junio, en un despacho con el Vicepresidente del Gobierno, Rosa explicó lo sucedido. Le solicitaron copia de la propiedad de su casa y entregó fotos del derrumbe. Ella pidió la ayuda de un técnico especializado en ese tipo de derrumbe, para proceder con equipos a sacar los escombros, y el Vicepresidente le planteó que solicitaría una visita a la ENIA para revisar el terreno.
Al mes del derrumbe, Rosa volvió a ver si había respuesta, y le dijeron que tenía que esperar. Entonces fue a Atención a la Población del Gobierno provincial, donde le orientaron que fuera de nuevo al Gobierno municipal.
El 9 de julio, agotada y cansada de no recibir ni una llamada del Gobierno, fue a Atención a la Población del Partido en la provincia, donde le sugirieron que fuera de nuevo al Gobierno a buscar respuesta.
Ese mismo día fue al Gobierno municipal y la atendió la funcionaria. Y fue cuando se enteró de que el Gobierno no tenía contrato con la ENIA porque es una entidad nacional, pero sí Vivienda.
De allí la enviaron al Arquitecto de la Comunidad para solicitar un técnico que fuera al terreno. El director de esa entidad le dijo que él no tiene el personal especializado para esos casos.
Sin respuesta alguna, Rosa contactó con la delegada del Consejo Popular para que elevara y discutiera el problema en despacho con el Gobierno. Ella fue a la casa y vio la situación.
En los primeros días de agosto se personó en su casa un funcionario del Gobierno y tiró varias fotos del lugar.
Y el 4 de septiembre logró entrevistarse con Atención a la Población del Gobierno municipal. Su caso aparecía sin respuesta. De nuevo relató lo ocurrido. Pero cuando me escribió, aún esperaba una respuesta.
«Me preocupa que estamos en temporada ciclónica, advierte, la loma ha seguido deslizándose. Seguimos sin agua, sin salida al patio. No podemos utilizar el baño, y están apareciendo en la cuadra casos de dengue y/o zika.
«Existen cuatro casas que peligran si estos escombros se siguen almacenando y no se recogen, un anciano de 82 años y un niño de 14 sin conciencia del peligro. Hoy hace 113 días que no puedo vivir en la casa y nadie me ha dado una respuesta concreta con referencia a este derrumbe que puede traer consecuencias aún más desastrosas.
«¿Quién es el responsable de dar una solución? Yo trabajo y he tenido que ausentarme de mi centro laboral en muchas ocasiones corriendo de aquí para allá y haciendo gestiones infructuosas. Incluso he realizado gestiones por mi cuenta de las que tampoco he tenido respuesta. Tampoco se me ha orientado por el Gobierno municipal el camino a seguir. Solamente que se me llamaría.
«He sido lo bastante paciente y respetuosa, pero estoy desesperada porque me voy a quedar sin vivienda y en el peor de los casos una piedra puede caer y aplastarnos. He sido víctima de un gran maltrato por parte de compañeros cuyo trabajo es atender, procesar y dar respuesta ante una situación de desastre, y para lo que está creado en nuestro país un sistema organizado y dirigido por el Poder Popular. Ya no sé qué hacer. Estoy fuera de mi vivienda y de lejos estoy viendo como lo pierdo todo. Es muy triste», concluye Rosa.