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¿Remedios tardíos y puntuales o una política firme?

Fiel a su pelea contra la indisciplina y contaminación sonoras, Acuse… reflejó el 3 de mayo pasado la denuncia de César Martínez Sánchez sobre las «discotecas móviles» que hace un tiempo se instalan sin miramientos en la calle 2 de diciembre de Niquero, donde él reside.

Como verdaderos tormentos a la intemperie que afectan a los vecinos hasta altas horas de la madrugada, describía César esos servicios contratados. Los afectados se quejaban en reiteradas ocasiones a las instancias municipales no solo por la hiperdecibelia, sino también por indisciplinas y desenfrenos que se le asocian. Pero nada sucedía. Y este redactor concluía preguntando: «¿Qué dice el Gobierno municipal de Niquero?».

El pasado 24 de agosto fue que llegó a nuestra Redacción la respuesta de la doctora Iris Betancourt Téllez, delegada territorial en Granma del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), quien informa que se evaluó la queja y se designó para atenderla a la especialista principal del Grupo de Gestión Ambiental de la Unidad de Medio Ambiente del Citma en Granma, junto al especialista de esa institución en Niquero, quienes visitaron la zona y se entrevistaron con vecinos y funcionarios.

«A partir de los elementos aportados por los entrevistados, afirma, y de la inspección efectuada, se concluyó que en el período al que el promovente hace referencia, ciertamente la “discoteca móvil” mencionada provocó malestar a los vecinos por los altos volúmenes de la música y las indisciplinas sociales asociadas.

«El área de su ubicación, añade, no reúne los requisitos acústicos que aseguren la realización de ese tipo de actividad recreativa, dado en lo fundamental a que es una calle residencial con varias viviendas a ambos lados».

Señala que la queja se declaró con razón. Se propuso al Gobierno municipal un conjunto de medidas para garantizar la ubicación de esas discotecas en áreas que no afecten a la población. Y se orientó que el Citma en el territorio mantenga el monitoreo periódico y seguimiento del asunto.

Agradezco la respuesta, pero, ¿por qué el Citma en su momento no hizo oídos a lo que resonaba con furia en la calle 2, y actuó así en consonancia? Además, me veo obligado a repetir la pregunta del pasado 3 de mayo: «¿Qué dice el Gobierno municipal de Niquero?». Pues nada hasta ahora. Brilla por su ausencia la respuesta de esa suprema autoridad del territorio. Y uno no puede saber qué entidad o institución contrató esas discotecas móviles, ni si se han adoptado medidas o no.

Ya no dan más los problemas de la indisciplina y la contaminación sonoras, que tanto malestar causan en la población. Ni tampoco se resolverán con medidas puntuales, como parches o remedios temporales,  aquí, allá o acullá, cada vez que se revele un escándalo sonoro en la prensa. Hace falta una política firme y rigurosa en el país para atajar definitivamente los demonios de la indisciplina y contaminación sonoras, educando y también castigando. Que todo el mundo tenga que entrar por el aro... de la paz y el respeto al oído ajeno.

Fíjense si es así, que no me salgo del tema de esta historia, para reflejar también lo que sufren los vecinos del restaurante cabaret El Dragón, sito en Calle 26 esquina a 39, en Nueva Gerona, Isla de la Juventud.

La denuncia la hace Marbelis Acosta Laurencio, quien vive a menos de un metro de esa unidad, y cuenta que de viernes a domingo, en el patio de esta, se pone la música a todo volumen de cuatro de la tarde a tres de la madrugada, y cualquier otro día si es alquilado por alguna entidad.

Las paredes de la casa de Marbelis retumban. El DJ canta a la par e incita al público de adentro y de afuera a sumarse a la orgía sonora. Cada cierto tiempo, una sirena incontenible. Y el día en que me escribió, hubo una reyerta pública frente a su casa, donde intervino la Policía.

«Esto es de conocimiento del gobierno municipal, de los inspectores, de Higiene y Epidemiología y del Citma, pero no tenemos ninguna solución», alerta Marbelis.

Entonces, ¿cuál será la próxima carta de denuncia? ¿Hasta cuándo?

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