Acuse de recibo
UNA tragedia, por más desatendida, denunció aquí el pasado 4 de julio Carlos Manuel Rodríguez, en nombre de las cuatro familias que habitan el edificio sito en Martí 168, entre Facciolo y La Piedra, Regla, La Habana.
El 12 de abril de 2018 detectaron contaminación en la cisterna, por rotura de las tuberías de servicios pluvial y sanitaria. Se informó a la delegada del Poder Popular y a la Dirección Municipal de la Vivienda, la cual mandó a vaciar la cisterna.
Luego fue el técnico, hizo la defectación y determinó que había que repararla, hacer el cambio de redes pluviales y sanitarias, por estar obstruidas. Y esas labores le correspondían a la Empresa Provincial Constructora de la Administración Local (ECAL) No. 6.
«Todavía nadie se ha presentado aquí para solucionar el problema. La cisterna se ha vaciado dos veces y se vuelve a llenar… Se podrá imaginar el criadero de mosquitos, sin contar las penurias que pasamos para tener agua… ¿Hay que esperar un brote de enfermedades para entonces hacerse los diligentes, cuando en realidad solo ha habido indolencia y abandono?», concluía.
Al respecto responde Miguel Ángel Saldo Cepero, director de la UEB Rehabilitadora Regla, adscrita a la ECAL 6. Dice que la Dirección Municipal de la Vivienda es la inversionista en el caso, y le corresponde determinar las acciones requeridas para ejecutar los trabajos y contactar con las entidades que deben asumir los mismos.
Precisa que el caso no estaba en el Plan 2018, por lo cual debieron asumirlo como acción emergente, por las posibles afectaciones a la salud de los vecinos. Recursos Hidráulicos, con su camión-bomba, debía vaciar la cisterna. Los trabajos de reparación de la cisterna y la sustitución de las redes sanitaria y pluvial, añade, comenzaron el 4 de julio, y terminaron el 17 de ese mes, por la ECAL 6.
Agradezco la respuesta y la solución definitiva del problema, pero la historia merece algunas reflexiones.
Desde abril los vecinos denunciaron situación tan grave, y fue el mismo día de la publicación cuando comenzaron las labores. ¿Por qué, si había una comunidad de vecinos en peligro, y todo estaba alertado? ¿Qué hubiera sucedido, o qué no, si no se llega a publicar la misiva de Carlos Manuel aquí?
Si Vivienda era la inversionista y responsable primera de tomar las decisiones y contactar con las entidades que deben asumir los trabajos, ¿lo hizo a tiempo o lo dilató? ¿por qué la demora? ¿por qué si Vivienda es la mayor responsable, no se ha dignado en responder a esta columna?
A contrapelo de lo que le urge al país y a la ciudadanía, perviven aún viejos métodos de dirección, ya inoperantes, que al final desalientan al ciudadano.
A corazón abierto
Amelia Montero Hernández (Edificio A13 apartamento 18, Zona 2, Alamar, La Habana del Este, La Habana) ya siente el placer de ver disfrutar a su hijo de dos años de edad, sin la falta de aire y la cianosis que le impidieran desarrollarse y caminar.
El pequeño, José Julián González Montero, hace solo un mes fue operado de Tetralogía de Fallot, tratamiento quirúrgico a corazón abierto. Y aunque la angustia la invadía como madre, ella confió en que el niño estaba en manos de médicos tan profesionales y consagrados como los del cardiocentro pediátrico William Soler.
Amelia agradece públicamente a la dirección del hospital, en especial al director Selman, quien sin descanso pasaba por cada cuarto visitando a cada niño y su madre, y a la vicedirectora Mariela, que con mucho amor y dedicación los atendió y les dio mucha esperanza.
Y plasma en especial su gratitud a cada médico que participó directamente en la cirugía del día 9 de julio de 2018, especialmente al cirujano Naranjo; al equipo de médicos y enfermeras de Terapia Intensiva, que no cesaron de velar por su recuperación, madrugadas sin dormir por cuidarlo. Y a cada médico y enfermera de la sala 1B, siempre pendientes de su evolución, administrándole sus medicamentos a su hora.
«Gracias a la Revolución, a Fidel —afirma conmovida—. En el cardiocentro pediátrico William Soler tienen bien alto el concepto de Revolución. Felicidades por su aniversario 32, y que Dios los bendiga», concluye Amelia.