Acuse de recibo
Soraya Madero Durán (calle 142, No. 3118, Marianao, La Habana) relata que el 29 de julio de 2017 operarios de la Empresa Eléctrica reparaban el transformador del poste frente a su casa y desconectaron el cable que alimenta su hogar. Al reconectarlo hicieron cambio de fase, y provocó en su vivienda fluctuaciones de voltaje, que dañaron un televisor LCD marca Toshiba, un backup, un microwave, un teléfono inalámbrico, un protector de línea y una batidora licuadora.
Se hizo el levantamiento del caso por el Director de la Oficina Comercial, mientras los linieros solucionaban lo del voltaje, por lo que ella supone que el Director no probara los equipos.
Después fueron los técnicos a examinar los equipos. Y se demostró que hubo daños imputables a la Empresa Eléctrica. Sobre la batidora, al probarla funcionaba. La desarmaron y reconocieron que por las características técnicas del motor no quedó totalmente rota. Que lo que ella vio al usarla al momento de la fluctuación fue debido a los carbones rozando y generando chispas. Al operar con voltaje alto las revoluciones del motor estaban muy aceleradas, haciendo un terrible ruido. La desconectó rápido, e impidió que se dañara el equipo.
Pero la Comisión negó el cambio o resarcimiento, «por presentar equipos electrodomésticos con daños no imputables a la Empresa Eléctrica, por lo cual pierde el derecho a la reparación del daño material».
Soraya reclamó a la Empresa Eléctrica Provincial. El 21 de septiembre de 2017 le atendió la jefa de Atención a la Población, y le indicó que cuando un equipo funciona y está dentro del listado de reclamación, automáticamente se anula el expediente y pasa a un proceso de reclamación, procedimiento para evitar fraudes y discernir la verdad.
El 25 de octubre de 2017 se entrevistó con el Director General, quien le dijo que se haría una investigación detallada y en días responderían. Pero no se verificaron los equipos dañados ni los técnicos la visitaron de nuevo.
«¿Cómo es posible que se haya investigado a fondo? La respuesta fue negativa nuevamente. Se me comunicó que debido al equipo que funcionaba (la batidora) no me cambiaban ningún otro, aunque sus propios técnicos determinaron que los otros sí fueron dañados por la Empresa Eléctrica y documentaron su dictamen técnico.
«La respuesta de la Dirección General menciona la Resolución 51 de 2017, anexo 1, acápite 12, la cual cito textualmente: “De verificarse que existe algún fraude en alguno de los bienes o equipos electrodomésticos que se relacionan como dañados realmente por el incidente eléctrico, se anula el proceso, en consecuencia pierde el derecho a la reparación y/o indemnización del daño material en virtud del procedimiento administrativo”». Resolución que, según ella, enarbolan sin basamento; pues en ningún momento se comprobó hecho fraudulento de su parte.
«Si sus empleados hicieron un mal trabajo y sus directivos obraron mal (el de mi localidad, que no hizo un procedimiento correcto de comprobación, fue removido del cargo por irregularidades comprobadas), como cliente afectada, ¿debo tener conocimientos técnicos sobre daños a equipos? ¿Dónde está la garantía real que la Empresa Eléctrica ofrece al cliente afectado? Si la batidora no se dañó, mejor; un equipo menos a reponer. Pero, ¿por qué invalidar la lista de los demás afectados?
«La ley no puede aplicarse a ciegas. Hay que discernir lo real de lo ficticio. No todos somos fraudulentos con mala intención. En mi caso es lo que quieren hacer ver, sin pruebas que lo demuestren. Me siento ofendida, pues se pone en tela de juicio mi honradez. A casi un año del incidente continúo en un proceso burocrático.
«En el sitio oficial del Ministerio de Energía y Minas intenté hacer contacto para exponer mi caso. Fue imposible. Ofrecen una dirección de correo que rebota (comunicacion@minem.gob.cu). Como entidad de servicios, debían estar más cerca de la opinión de sus clientes», concluye.