Acuse de recibo
El pasado 27 de agosto, y desde Bellavista 758, entre Vía Blanca y Santa Lutgarda, municipio capitalino de Cerro, Evelio González Guliaeff denunció que desde el 11 de julio se había reportado un gran salidero de agua potable en el centro de esa calle, y Aguas de La Habana no lo había reparado.
Evelio censuraba el despilfarro y, al propio tiempo, lamentó la manera en que se malgastaba el agua por la calle Recreo hasta Vía Blanca, producto del desborde en el llenado de las pipas, al no cerrar a tiempo la llave de paso. «Al parecer, no hay nadie de dicha empresa que se dedique a chequear eso», afirmaba.
Así responde Halina Guerra Castro, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, que esa entidad trabajó arduamente en los meses de mayo y junio en la reparación del colapso de la conductora de 78 pulgadas de la fuente de abasto Cuenca Sur, y después en su puesta en marcha y la estabilización del servicio de agua a los municipios centrales de la capital.
Señala que, en el momento en que el cliente reportó el salidero, ya la Empresa lo conocía y aún estaba enfrascada en la estabilización del agua en la capital. No era prudente crear una nueva afectación a la población con el paro de la mencionada fuente de abasto, algo que resultaba imprescindible para suprimir el salidero.
De forma programada, concluyeron la supresión del salidero de agua potable en el tubo de 12 pulgadas el 7 de julio; y terminaron la eliminación del salidero en la conductora de 36 pulgadas el 8 de agosto. Además, dieron fin al mantenimiento y limpieza del registro de la válvula de 36 pulgadas el 7 de septiembre; y al siguiente día finalizaron la reparación de esta última.
Sobre lo señalado en el llenado de las pipas, afirma que «para evitar en lo posible derrames de agua, quedó establecido sean los operadores quienes manipulen el surtidor y presten la debida atención para que no se desperdicie innecesariamente».
Desde la localidad artemiseña de Guanajay escriben los doctores Karelys Valdés de Armas y Randys Suárez Hernández, residentes en avenida 55 no. 6620, entre 66 y 68, y avenida 59 no. 6416, entre 64 y 66, respectivamente. Ambos se graduaron en febrero de 2017 como estomatólogos generales básicos.
Cuentan que en la graduación, efectuada el 23 de marzo pasado en el Mausoleo de los Mártires de Artemisa, recibieron su título y certificación de notas, no así el cuño profesional requerido. Y posteriormente la Dirección Provincial de Salud (DPS) los ubicó para ejercer sin tener cuño ni número de Registro Profesional.
El 11 de abril la DPS les informó que ya se les había asignado el número de Registro Profesional sin la presencia del cuño, solo para la confección del carné profesional. Llamaban a la responsable de Recursos Humanos de la DPS para saber sobre los cuños y les respondía que aún no tenía respuesta, pues su deber era enviar, vía correo electrónico, al Ministerio de Salud Pública el listado de los recién graduados.
En agosto, aún sin respuesta, los jóvenes se comunicaron con el Minsap, y la persona que les atendió les dijo que no tenía conocimiento sobre el listado de los recién graduados de febrero. Hicieron entonces la gestión con Recursos Humanos de la DPS de Artemisa para que reenviaran el listado. Y en el Minsap les comunicaron que entre septiembre y octubre esperaran la llegada de los cuños profesionales, pues estos se elaboran en el Poligráfico de Cienfuegos y no se estaba trabajando por problemas técnicos entonces.
Ya molestos por la morosidad se comunicaron con el Poligráfico de Cienfuegos, donde, para su indignación, les dijeron que ese listado nunca les llegó. Incluso, afirmaron que llevaban tiempo trabajando en la confección de los cuños. Los jóvenes profesionales consideran inaceptable que los cuños de los graduados en febrero no estén, cuando a los egresados en julio ya se los han entregado.
«¿Dónde está el listado de este grupo de estomatólogos, que ya trabajan emitiendo recetas y certificados médicos, sin cuño profesional? ¿Quién es realmente el responsable de esta falta de gestión para garantizar que podamos ejercer como verdaderos profesionales de la Salud?», preguntan los remitentes.