Acuse de recibo
El pasado 11 de junio, Leudis Bauza Matos, gerente general de la Sucursal Cimex Holguín, declaró aquí sin razón la denuncia del 20 de enero de Leyanis Lilian Páez, optante de empleo en esa entidad, que señaló irregularidades en el tratamiento dado a ella. Y ahora Leyanis vuelve para refutar la versión de Leudis en su respuesta.
Como no busco careos ni palabra de uno contra la del otro, y sí soluciones, me ceñiré a glosar la historia:
El 20 de enero, desde Holguín, Leyanis contó que, interesada en laborar en Cimex, se anotó en su bolsa de empleo. Le aplicaron el test sicométrico y le dijeron que lo había aprobado. Luego la entrevistó la sicóloga de la gerencia, quien preguntó si padecía alguna enfermedad. Ella señaló que en 2011 comenzó a ser atendida por linfoma de Hodking, pero ya estaba recuperada. Su médico le había dado de alta en junio de 2016.
La sicóloga le dijo que hasta ahí llegaba la entrevista, pues en Cimex los nuevos trabajadores no podían ser enfermos; que si hubiera estado laborando cuando enfermó, no habría problemas, pero como no era así, no podían aceptarla. Y no mostró resolución o reglamento que avalara la respuesta. Después Leyanis llamó por teléfono para anunciar que llevaría un resumen de historia clínica de su médico. La respuesta fue que ya estaba desaprobada, junto a otros cinco solicitantes más, por enfermedad.
«¿Será que por ser paciente de cáncer en un momento determinado se me niegue trabajar en la Corporación? ¿Cómo es posible que una sicóloga hable así, sin ética, a las personas?», cuestionaba Leyanis. Hasta aquí, su versión.
El 11 de junio, Leudis respondía que se entrevistó a Leyanis, a la gerente de Recursos Humanos, a la jefa del Grupo de Recursos Humanos y a la sicóloga de la Sucursal: «Se comprobó que no hubo violación del Reglamento para el reclutamiento, selección e ingreso del personal. Añadía que 16 trabajadores seleccionados para ingresar a diferentes actividades de la Sucursal tienen limitaciones físicas y padecimientos; y de los 51 candidatos para iniciar proceso de ingreso, solo 34 fueron aptos y de ellos diez padecen patologías declaradas por sí mismos.
Se verificó el proceso de selección, incluidas las entrevistas. Se constató que el resultado no se determina por una persona, sino por una comisión de especialistas competentes, quienes hacen una evaluación integral; y otra más profunda sobre conocimientos básicos, habilidades, experiencia laboral y estado de salud, entre otros requisitos, en función del cargo propuesto para el aspirante. Y Leyanis pasó por esos tamices.
El proceso de selección, dijo, consideró que Leyanis no resultó apta para ocupar el cargo de especialista en Gestión Comercial, pues no reúne los conocimientos básicos, habilidades y experiencia. La selección no se basó en su enfermedad. No obstante, se le reorientó para el cargo de cajero-dependiente. Y le comunicaron los riesgos laborales de esa plaza: esfuerzo físico, horarios irregulares, estancias prolongadas de pie en turnos de hasta 12 horas, ritmo de trabajo alto con movimientos repetidos, insuficiente tiempo de reposo y estrés por acumulación, al terminar la jornada de trabajo.
Se comprobó, decía, que no hubo violación ética por la sicóloga, la cual goza de gran prestigio profesional. La Gerencia dio continuidad al proceso de ingreso de Leyanis como reserva para el cargo de cajero-dependiente. Y le recomendó ponerse en contacto con la Gerente de Recursos Humanos. Se declaró el planteamiento «sin razón».
Y ahora Leyanis replica: No se acercó a Cimex interesada en una plaza específica, solo para formar parte de la bolsa de empleo. Al entrevistarse con la jefa de Recursos Humanos del Complejo El Encanto y exponerle su nivel cultural, aquella dijo que las investigaciones saldrían por la plaza de Especialista en Gestión Comercial. Debe ser por ello que ahora afirman que yo pedí esa plaza, asevera.
Nunca fue valorada por una comisión, pues solo tuvo intercambio con la sicóloga, «quien según Leudis goza de prestigio y valores personales, pero destruyó mi autoestima y me ocasionó una innecesaria depresión por la manera insensible y fría con la que me trató».
Aclara que tras la primera carta a Acuse…, le llevaron respuesta. Al estar inconforme con ella, quedaron en llamarla para continuar el proceso y no lo hicieron. Finalmente llegó la segunda respuesta, de la Dirección Provincial de Trabajo, con la que tampoco concordó, porque dijeron cosas que realmente no sucedieron.
Leyanis piensa que una buena manera de aclarar las cosas sería un encuentro frente a frente con las personas que la malatendieron, en el que participe el Gerente, para que compruebe la transparencia y la verdad de lo sucedido. Y finalmente agradece las muestras de solidaridad y apoyo que recibió de los lectores que siguen esta sección.