Acuse de recibo
El pasado 20 de enero reflejé la inquietud de la lectora Emilia Iraiz Moreno Ríos, residente en la localidad santiaguera de Palma Soriano, acerca de la situación que enfrentaba entonces María Ríos Echarte, una anciana de 75 años, vecina de la propia Palma.
Refería Emilia que María recibe una prestación monetaria de Asistencia Social de 235 pesos, por atender a su hijo enfermo. Pero desde julio de 2011, y por problemas de salud, ambos se habían trasladado a Matanzas, sin saber que no hay posibilidad de delegar en otra persona para que recoja la correspondiente chequera del nuevo año, porque la entrega del documento es personal.
Emilia apuntaba que habían hecho las gestiones en la Dirección de Trabajo y en el Gobierno municipal, pero las disposiciones legales imposibilitan entregarle la chequera a otra persona que la beneficiaria autorice.
Argumentaba la remitente que, si bien las leyes son para cumplirlas, y la presencia de la beneficiaria y su firma son requisitos para recibir la chequera, no todos los casos son iguales. Y preguntaba si la única solución es que la anciana, enferma y responsabilizada con su hijo, tuviera que volver a Palma apresuradamente desde tan lejos.
Al respecto, responde Wilfredo Mejías Cardero, director provincial de Trabajo y Seguridad Social en Santiago de Cuba, que, al indagar sobre la situación, conoció que los especialistas de la Dirección Municipal de Trabajo en Palma Soriano durante 2011 no pudieron realizar las visitas de revisión establecidas, al encontrar la vivienda cerrada.
Y al buscar información sobre el paradero de ambos beneficiarios, en la comunidad les comunicaron que María y su hijo habían viajado, por problemas de salud, primero a Guantánamo, y después a La Habana y Matanzas. Pero tal situación no había sido notificada por la beneficiaria a la Dirección de Trabajo municipal.
También consigna algo que Emilia no explicó en su carta: la oficina de Correos pagó indebidamente a esta última la prestación de María, desde abril hasta agosto de 2011, sin poseer la autorización requerida de la beneficiaria.
Ante esas circunstancias, en septiembre de 2011 se suspendió el pago de la prestación, hasta que María retornara a su domicilio, que fue en febrero de 2012. Entonces, la Dirección Municipal de Trabajo le restituyó la protección, entregándole la chequera.
«Para situaciones similares y debidamente fundamentadas, explica Mejías, la persona informa a la Dirección de Trabajo que se trasladará de la provincia, para que, excepcionalmente, se pueda autorizar a otra persona, de forma legal, a cobrar la prestación en su nombre».
Significa el director que personalmente atendió a María, la cual quedó satisfecha con la información brindada y la atención recibida.
Nerys Dubuque Ramos (Benavides No. 92, entre Lugareño y Cisneros, Florida, Camagüey) escribe en nombre de su hija Noelvis Molina Dubuque, enfermera del Hospital Pediátrico de esa localidad, quien hizo un hallazgo enaltecedor recientemente.
Noelvis viajó a la ciudad de Camagüey el pasado 4 de abril, por asuntos de trabajo. Y al regresar a Florida, se percató de que había extraviado la cartera, con dinero y todos sus documentos personales.
Ya lo daba todo por perdido, cuando recibió una llamada telefónica de su desconocida bienhechora: Leyanis Rodríguez, una trabajadora del Combinado Cárnico de Camagüey, de solo 21 años. La joven comunicó a Noelvis que tenía en su poder la cartera con todo su contenido.
Y Nerys quiso que Cuba entera lo conociera: en momentos tan complejos y difíciles como los que se viven, hay buenas personas como Leyanis, que no arrian las banderas de la honestidad y de otros valores y virtudes, tan necesarios para vivir con respeto y mucha paz interior.