Acuse de recibo
Los casos de hoy son extraños enigmas, hasta que las respectivas entidades respondan con transparencia, como espero, y revelen las causas de tanta distorsión.
Como trabajadora de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Amistad Cubano-Búlgara, de la Empresa Avícola Genética, a Magalis Martínez (Carretera Central Km 44 y 1/2, Zaragoza, San José de las Lajas, Mayabeque) se le otorgó en julio de 2005 una vivienda vinculada a esa entidad. Desde entonces ella pagó las mensualidades fijadas en el contrato correspondiente.
Pero en diciembre de 2010, a raíz de que a otros trabajadores con viviendas vinculadas se les tramitó la propiedad de las mismas concluido el pago, se detectó que en el Banco no aparecía registrado el nombre de Magalis.
Ella se dirigió con su contrato a Vivienda municipal, y sí estaba registrado su nombre desde 2005. Fue a ver a quien atiende las viviendas vinculadas en su empresa, y juntas fueron al Banco: allí les dijeron que dicha casa se había terminado de pagar en septiembre de 2010, a nombre de Esmérida Sofía La O Miranda.
Tras una pesquisa digna de Sherlock Holmes, Magalis halló a Esmérida, quien desconocía los pormenores y le ratificó que jamás trabajó en esa empresa ni tuvo vínculo matrimonial con nadie de allí.
En el Banco le preguntaron, a quien atiende la actividad de las viviendas vinculadas en la empresa, por qué el expediente está a nombre de Esmérida. Respondió la funcionaria que ella lleva allí solo tres años, y que en el submayor está el nombre de Magalis.
En varias ocasiones, Magalis ha visto al jurídico de la empresa, quien «siempre me da una evasiva de falta de tiempo, que si hace un año va a ver a alguien en el Banco Central para ver qué le sugiere…». Y no acaba de darle una respuesta, cuenta.
Desde diciembre de 2010, se le descontinuó a Magalis el pago de la vivienda, y el conflicto no ha hallado solución. Ella está preocupada y pregunta: «¿Dónde está el dinero que se descontaba a mi nombre, que no aparece en el Banco? ¿Por qué, si se terminó de pagar la casa en septiembre de 2010 —según los registros del Banco—, me descontaron hasta diciembre de ese año?».
Magalis concluye en un dilema: «El Banco dice que es Vivienda, y Vivienda que es problema del jurídico de la empresa. Este, al cabo de un año, sigue peloteándome sin darme respuesta».
Sailí González (Calle 1ra. No. 17-A, entre Central y 4ta. Reparto La Norma, Camagüey) está muy alarmada ante el enredo en que la han sumido por el pago de un supuesto efecto electrodoméstico que no existe.
Sailí es educadora del círculo infantil Lidia Doce, y desde octubre de 2011 le aparece en su salario un descuento de 43,50 pesos por pago al banco del crédito de un artículo electrodoméstico entregado como parte de la revolución energética.
La joven reclamó a la administradora de su centro, y le argumentó que en el año en que se distribuyeron dichos efectos, ella era apenas una niña de 12 años, y, por supuesto, no podía ser jefe de ningún núcleo familiar.
La administradora se dirigió al Distrito de Educación al cual pertenece el círculo. Y luego de cinco meses de la reclamación, le responde que quien atiende allí los créditos, le orientó que Sailí debía ir al Banco a buscar un certifico, para ver cómo se le devuelve el dinero.
Sailí fue al Distrito a ver al funcionario: apenas conocía de su caso, pues llevaba 15 días en ese trabajo, y el enredo era de quienes le antecedieron. Verificó en las nóminas que, efectivamente, se le estaba descontando el dinero a la joven trabajadora.
Ella le solicitó que le mostrara el documento del Banco por el cual se le estaba descontando, y él le dijo que no tenía documento alguno, que ella debía ir al Banco a buscar un certifico para poder reintegrarle el dinero.
«¿Cualquier funcionario puede afectar el salario de un trabajador sin tener nada que le avale para esto?», cuestiona Sailí. ¿Tengo yo que buscar un documento en el Banco para que se me devuelva lo que me he ganado con mi trabajo? ¿Tengo que ser yo quien haga la cola en el Banco, y esperar a que se me dé el documento, para que estos funcionarios me paguen lo que me han descontado injustamente? ¿Dónde existen los controles en estas unidades?».