Acuse de recibo
El pasado 18 de enero, bajo el título Ruedan las indisciplinas, esta columna reseñaba diversas quejas acerca de irregularidades cometidas frecuentemente por choferes de ómnibus urbanos en la capital, al igual que la conducta de pasajeros, que agravan más las condiciones ya de por sí deficitarias de ese servicio.
Al respecto responde Joel Beltrán Arche, director de Transporte en La Habana, que «las afectaciones a la calidad del servicio detectadas por los controles internos y externos, son analizadas con profundidad por el Consejo de Dirección, y se adoptan las decisiones que a cada uno le corresponden, con análisis de causas y adopción de medidas disciplinarias y acciones para su prevención».
Reconoce Beltrán que la falta de inspectores, indisciplinas de choferes, violación de normas técnicas y otras críticas hechas no requieren de recursos financieros para su solución. «Son manifestaciones de indisciplina y falta de exigencia de funcionarios y cuadros en el trabajo».
A propósito, añade, se ha actuado y se seguirá actuando enérgicamente. Por ello en 2011 se aplicaron 1 946 medidas disciplinarias a trabajadores, funcionarios y cuadros.
Informa que se han puesto en explotación dos móviles con inspectores, que laboran 24 horas en todo el territorio, y cuyos reportes son analizados diariamente en el relevo de la guardia en el Punto de Dirección, con la presencia de los jefes principales.
También se inició un control integral a las terminales y empresas de la Dirección Provincial de Transporte desde enero, por la Inspección Estatal. Y los análisis derivados del mismo se están realizando en las unidades, con la presencia de los directivos.
Sobre las indisciplinas de choferes en el uso de aditamentos en los vehículos, la música alta y otras transgresiones, señala que se elaboró una instrucción para todas las terminales, que fue discutida y firmada por los choferes. Y asegura que, como resultado de ello, han disminuido las quejas de la población por tales motivos.
Adiciona que los controles en la calle y sobre los ómnibus, por parte de cuadros y funcionarios de la Dirección Provincial de Transporte, se mantienen, y permiten un análisis semanal, como sistema de trabajo.
En cuanto a las afectaciones de origen material, precisa que han obligado a tomar medidas organizativas, para buscar un balance de los medios de transporte en la capital y evitar un colapso en algunos lugares.
En tal sentido, se reforzó con ocho carros de Alberro la terminal de Alamar, con relevo de choferes en aquella, para doblar el tiempo de trabajo de los equipos de la línea P-11. Se incrementó el refuerzo de San Agustín en Boyeros, con cinco carros más. Y aumentó el refuerzo de ómnibus escolares con 35 equipos más en las terminales, entre las nueve de la mañana y las tres de la tarde. También se utilizan los carros de Servicio especial de la CUJAE para reforzar 10 de Octubre y Línea Prado.
Asevera Beltrán que se reorganizó la terminal La Fortuna y se cerró la del Diezmero, cuyos servicios se pasaron para la de Lawton, con más organización de los horarios y estabilidad en sus prestaciones. Se clausuró, además, la de Regla, por lo cual sus servicios se brindan desde el 2 de febrero desde la terminal de Bahía, con estabilidad en sus tres líneas.
Puntualiza el Director de Transporte a nivel provincial que se siguen atendiendo con prioridad las quejas y preocupaciones que les llegan, y se trabaja aceleradamente en la implementación de los programas aprobados para la recuperación del transporte. Ya están arribando piezas para los motores de ómnibus Liaz por valor de medio millón de pesos; y en 15 días arribarán las destinadas a la parte estructural. También se reciben piezas de Yutong, que se están distribuyendo.
Aun cuando tales entradas de piezas aligeren las carencias y no puedan erradicarlas, lo esencial es que las medidas organizativas, de control y exigencia, junto a la discusión con los trabajadores y la atención a sus criterios y sugerencias, permitan recuperar la disciplina, seriedad y decencia en un servicio de transportación tan sensible.