Acuse de recibo
Es largo y accidentado el proceso para que la Unión Eléctrica (UNE) reponga a los afectados los equipos electrodomésticos que se averían por causas imputables a esa entidad. De hecho, la UNE alega que, aun con los recursos financieros, no siempre encuentra el sustituto exacto del que se rompió. Y el doliente queda a la espera, a veces una larga espera.
Bien lo sabe Vladimir Pérez, allá en Avenida 7 de Diciembre No. 272, altos, entre 4ta. y 5ta., Loma de Belén, en la ciudad de Santa Clara, por todo lo que ha esperado desde que el 4 de junio de 2008, irrumpió un alza de voltaje en su vivienda y le inutilizó cinco equipos y tres luminarias.
Del «daño a la propiedad» —como denominan los eléctricos al suceso—, la Empresa Eléctrica Villa Clara aún no le ha repuesto un equipo de música por valor de 496,75 CUC, aun cuando se reportó y tramitó a tiempo. Lo insólito, según Vladimir, es que la persona que atendió el caso y visitó su casa por la Empresa, dio la queja como resuelta, con el argumento de que en breve se solucionaría, «cosa incierta y para lo que no tuvo respuesta en días pasados cuando lo visitamos en su oficina», enfatiza.
En noviembre de 2010, le plantearon a Vladimir que los equipos de música no entrarían, por lo cual podían escoger otro equipo. Y solicitaron, mediante un expediente, un refrigerador o una computadora. En diciembre de ese año la jefa del departamento que atiende daños a la propiedad le propuso un aire acondicionado. Y Vladimir se negó, pues no era eso lo que estaba convenido, ni era de su interés. Y en enero de 2011 la propuesta fue un «teatro en casa», lo cual rechazó Vladimir, pues su valor es el 50 por ciento del equipo afectado.
En febrero pasado Vladimir visitó ese departamento, y comprobó que se habían efectuado cambios a clientes con daños posteriores al suyo. Y cuando pidió explicaciones, le dijeron que su caso se valoró por la Comisión Provincial, pero no se aprobó, porque los equipos que se ofertaron son de calidad inferior al suyo.
Precisa el afectado que no tuvieron respuesta cuando él les planteó que se le podía haber consultado, como en ocasiones anteriores, pues los sucedáneos tenían un valor de 472 CUC, ligeramente inferior al del perjudicado.
«Este hecho deja a las claras, argumenta Vladimir, una falta de sensibilidad de los compañeros que enfrentan la tarea, y falta de gestión total. En las tiendas recaudadoras de divisas del territorio nunca faltan esos equipos recibidos de las tiendas mayoristas donde mismo adquiere la Empresa Eléctrica los medios para realizar las reposiciones».
Si el afectado, con todo su derecho, solicita la reposición de lo que tenía, y le es tan difícil a la Empresa Eléctrica, ¿por qué no considerar la opción de devolverle al cliente el dinero que costó el equipo? Todo sería más expedito y justo.
De verdad, poniéndose en la situación de Tomasa Pérez, uno no da crédito a que puedan suceder tales cosas a un ciudadano que está construyendo su vivienda con esfuerzo propio, luego de que solicita un crédito para adquirir materiales de construcción. Pero, increíblemente, suceden.
Confiada en las facilidades que se abren, Tomasa solicitó un crédito bancario, que tiene fecha de vencimiento en enero de 2012, para adquirir los materiales que se venden de forma liberada. Pero cuando va a comprarlos a los puntos de venta y rastros destinados a ello, allí no aceptan los cheques.
«No entiendo, señala ella, porque tengo un saldo de dos mil pesos, y me pregunto: ¿Qué tratamiento nos corresponde a los que tenemos chequeras con saldos disponibles y necesitamos utilizarlos?».
Tomasa Pérez espera una respuesta allá en Calle 2 No. 13410, apto. 2, entre Embil y Pasaje Central. Ciudad de la Construcción, Altahabana, municipio habanero de Boyeros.
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