Acuse de recibo
El pasado 16 de mayo, desde calle 49 No. 2009-B entre 20 y 22, Nueva Gerona, Rey Daniel Pérez denunció que en la azotea de su casa una vecina construyó una vivienda ilegal, con conocimiento de inspectores y otros representantes de la Dirección de la Vivienda en la Isla de la Juventud. Lo hizo a pesar de que Rey no la autorizó y su casa no tiene la cimentación suficiente para resistir. Rey, quien posee dictámenes que certifican el peligro de derrumbe, hizo las denuncias correspondientes ante el Gobierno municipal, Fiscalía y la Vivienda, a más de otras autoridades. Y nada se resolvía cuando él escribió. Reseñé su queja aun cuando no entendía cómo alguien puede levantar una casa en la azotea de otro sin autorización, y este permitirlo. El 17 de agosto, más de tres meses después, llegó a JR la respuesta de Zaida Leyva, jefa del Departamento de Atención a la Población de la Asamblea Municipal del Poder Popular en el Municipio Especial, quien señala: «Después de reunirse la Comisión del Grupo de Enfrentamiento a las Ilegalidades, se acordó para el 12 de agosto del 2010 la demolición del muro de carga de la vivienda que provoca el conflicto. Significamos que este caso fue llevado a los tribunales por los que cometieron la ilegalidad, según nos explica la Dirección Municipal de Vivienda, por lo que no se podrá ejecutar lo acordado en el Grupo de Enfrentamiento hasta tanto no se pronuncie el fallo del tribunal. Le informaremos cuando se concluya el mismo». La impunidad, en este caso, con que se quebranta la ley, sin que intervengan las autoridades, contrasta con el azaroso y dilatado proceso para restablecerla después. Es tan demorado, que a veces da la impresión de que nunca se repara el daño y que es pálido el «enfrentamiento a las ilegalidades». Eso es lo más peligroso.
El consumidor no puede pagar el error del productor: El pasado 9 de septiembre, el capitalino Jesús López narraba aquí una historia más de estafa y desprotección al consumidor: El 24 de agosto adquirió una brocha de pintar marca Arte, en el Complejo Fornos, de la compañía turística Habaguanex, al precio de 3,85 CUC. Y con solo pintar la sala de su casa, la cocina y un pasillo, la misma se deshizo. Al respecto, responde Lázaro Domínguez, gerente de la tienda La Elegante, del Complejo Fornos, que «esta preocupación ha sido trasladada a la administradora del Taller 118, de la Unión Nacional de Empresas Locales, sito en Figueroa entre Carmen y Patrocinio, Víbora, municipio de Diez de Octubre, Ciudad de La Habana, teléfono 641-7978, que son los productores del artículo de referencia». Aun cuando el vendedor no tiene responsabilidad en la calidad del producto, no debe desembarazarse tan expeditamente del problema de un cliente, sin entrevistarse con él o tratar de ayudarlo; de lo contrario, hay que explicarle sinceramente y atenderle porque la estafa se produjo en la tienda. Y de alguna manera Habaguanex sí está en la obligación de reclamarle al suministrador que produce las brochas, porque al final es el consumidor quien paga. ¿Qué dice la Unión Nacional de Empresas Locales?
Sin agua en Cuatro Esquinas: Desde la comunidad de Cuatro Esquinas, en el municipio matancero de Los Arabos, escribe Manuel del Carmen Ramos para contar que hace más de un mes los vecinos no tienen servicio de agua, porque la turbina de la localidad se rompió. Lo alarmante es que en ningún taller mecánico de ese municipio hay alambre para enrollados. Agrega el remitente que tampoco hay otra turbina para ese sitio. Los vecinos, muchos de ellos ancianos, embarazadas y niños, deben cargar el agua de un pozo que está a más de 300 metros. Asegura Manuel que las autoridades municipales conocen la situación, pero hasta el momento no hay respuesta y no han ido por el barrio a poner a los vecinos al tanto de las gestiones para hallar una solución. Si en el municipio no hay alambre para enrollado ni una turbina para Cuatro Esquinas, ¿acaso sus autoridades no pueden invocar al Gobierno provincial? ¿Qué posibilidades existen de resolver el problema tan urgente de esta comunidad?