Acuse de recibo
Yulima Caballero (Edificio 13, apto. 1, reparto Virginia, Santa Clara) recargó su tarjeta telefónica Propia el 22 de enero pasado. Y cuando fue a usarla, le informaba que era solo válida hasta el 4 de febrero, cuando lo establecido es que pueda usarse en un período de seis meses. Llamó al 164, y le informaron que con los cambios en la plataforma, había algunas tarjetas que no aceptaban el recargo. Le tomaron los datos y le sugirieron que llamara varios días después. Así lo hizo, y entonces le dijeron que la situación iba a ser resuelta en los telepuntos donde se recargaron las mismas. Fue entonces al telepunto de la calle Marta Abreu, en esa ciudad, y la atendió la jefa de brigada. Le sacó fotocopia al comprobante de recarga y le tomó los datos para enviar correo al responsable, pues allí no tenían tarjeta propia para reponer. Le dijo que esperara entre diez y 15 días por la respuesta. El 1ro. de junio, cuando me escribió, Yulima llevaba más de cuatro meses sin solución. Ella reconoce que en todo momento el trato ha sido impecable, pero no se resuelve el problema. Y pregunta: «¿Perderé mi tarjeta y mi crédito? Cuando pasen los seis meses, ¿qué sucederá? ETECSA, empresa emprendedora y líder en nuestro país, ¿no puede resolver esta situación en ya casi cinco meses?».
Parar... por parar: Olga Terrero se cuestiona si los dispositivos llamados GPS instalados en ómnibus urbanos de la capital, son verdaderos recursos para el control desde la computadora que está en la base. Lo dice porque ha observado la forma en que algunos choferes burlan el dispositivo. El pasado 26 de mayo esperaba la ruta P-2 en la parada de Lacret y Vía Blanca. Entre las 6:30 y 6:45 de la mañana un P-2 con el número 725 se detuvo allí, para que la computadora registrara que no «se llevó» la parada. Pero no abrió las puertas. No recogió pasaje. «Es una burla para quienes deben de tomar el ómnibus a esa hora y llegar temprano. Es una falta de respeto y de consideración en momentos en que la situación del transporte no está nada fácil», señala.
Excelentes cuidados intermedios: Mirita Brito (Bartolomé Masó 80, entre Calixto García y Luz Caballero, Colón, Matanzas) permaneció 17 días ingresada en la Sala de Cuidados Intermedios del hospital Doctor Mario Muñoz Monroy, de Colón, por presentar un cuadro combinado de asma bronquial e hipertensión severa. «Es estimulante, sostiene, comprobar cómo día a día trataban de dar solución a las situaciones que se presentaban por la carencia de medios... Los médicos Alexander, Gilbe, Marlén, Elizalde, Daniel, Jesús Manuel y Silvestre; así como los cuatro turnos de enfermería haciendo todo lo posible con pacientes y familiares desesperados: esos son los verdaderos trabajadores de la salud. A ellos muchos éxitos, amor y reconocimiento».
Reclamo desde Mayajigua: Aleida Triana (Pío Cervantes 14-C, Mayajigua, municipio de Yaguajay, Sancti Spíritus) refiere que en ese municipio no existen especialistas de Piel y Ortopedia, lo que tiene muy preocupada a la población. Y también denuncia que en las bodegas de la localidad, por lo general no hay depósitos para almacenar el aceite y el alcohol que deben venderse. Un ejemplo: el 21 de abril pasado, a las 3:00 p.m., llegó el carro que transporta el aceite a la bodega La Primera. Como no había allí envase, no dejaron el producto y se marcharon. Y los consumidores, que tanto lo necesitan, quedaron en la incertidumbre de cuándo volvería. Aleida pregunta: «¿Quién es el responsable de que esto suceda?».
Y dale con los impagos: Andrés Joel Ponce de León (Barrio Siboney, casa 8, Cacocum, Holguín) es un campesino perteneciente a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Rafael Peralta, y se queja de sus deudores. En varias ocasiones ha existido dificultad con el pago de la leche y de las reses que se venden. Han denunciado la morosidad en reuniones municipales, y todo sigue igual. En enero del 2009, por ejemplo, él vendió una res; y todavía no le han pagado. Andrés Joel se dirigió al municipio y le plantearon que en tres CCS había problemas de pago porque no tenían dinero. Andrés Joel no entiende, no puede entender que eso suceda.