Acuse de recibo
El seguimiento de lo publicado es una línea indeclinable de esta columna, por respeto a quienes nos escriben y vuelven a hacerlo, sin una respuesta.
Hoy retorna Pedro Luis Hernández, de calle 13 número 5412, entre 54 y 56, en Jagüey Grande, Matanzas. La primera vez fue el 30 de agosto de 2006, cuando reflejé su queja sobre el estado de las canchas de pelota vasca en esa localidad que, destruidas en 2001 por el ciclón Michelle, y reconstruidas en 2002 con baja calidad, se terminaron de reparar en mayo de 2005.
Refería Pedro Luis que en julio de 2005, el huracán Dennis dejó de ellas apenas una pared. Y luego de las prioridades de la recuperación, no le había tocado su turno a esa instalación, que tiene tradición en Jagüey, al punto de aportar atletas a la preselección nacional de ese deporte.
Tal demanda nunca fue respondida aquí por las autoridades deportivas de Jagüey Grande. Y vuelve a la carga Pedro Luis para ratificar que todo sigue igual. O peor: a la situación de las canchas, se une ahora el mal estado del terreno de fútbol local, que perdió la condición de sede del equipo de Matanzas en el Campeonato Nacional, pues la cerca que lo circundaba fue depredada.
También el área de tenis de campo se deteriora por la falta de mantenimiento, y en la de ejercicios a manos libres fue robado uno de los aparatos. El campo de tiro está afectado y el área de deportes de combate no funciona, pues está sin techo y muy dañada.
Reconoce que tras la primera publicación, se hicieron dos reuniones con la Dirección de Deportes en el territorio, pero nada más ha sucedido en la práctica. Todo sigue igual, o peor. Peligra la salud del deporte en Jagüey Grande.
La segunda carta es una respuesta de la Dirección Municipal de Deportes de la Isla de la Juventud, a la queja del pinero Ernesto Murgado, reflejada aquí el pasado 9 de junio, en cuanto a las dilaciones en la reparación del estadio Cristóbal Labra, de Nueva Gerona, desde hace tres años.
Al respecto, responde la institución que en 2003 se decidió acometer la reparación general del estadio, como justo reconocimiento al ascenso que va teniendo el equipo pinero en la Serie Nacional y al respaldo de su afición.
De los objetivos propuestos, se concluyeron totalmente la ampliación de las gradas y de las cabinas de transmisión, las cuales fueron mejoradas. Parcialmente se ha cumplido la construcción de objetivos que no existían: Club house, cafeterías, baños para el público, jaula de bateo, taquillas, locales administrativos, enfermería, sala de fisioterapia y salón de protocolo; así como la primera sección de las torres y medios de iluminación adquiridos, la pizarra lumínica y el acolchonamiento. Incumplido aún está el techado de las gradas.
Con el alumbrado, explica, el proyecto concebía un sistema de torres resistente a la cercanía del mar y los embates de huracanes. Se inició la ejecución, pero el montaje requería de una grúa con gran capacidad de izaje inexistente en ese territorio. Y las del país con esos requisitos están destinadas a tareas estratégicas, por lo cual no podía autorizarse que permanecieran tres meses en Nueva Gerona. Se buscaron variantes infructuosamente.
Por ello, se hacen ajustes al proyecto inicial persiguiendo un aligeramiento del sistema sin afectar su fortaleza y eficiencia, para lo cual ya se aprobaron nuevos recursos. Ya en Nueva Gerona están todos los elementos del sistema eléctrico, y las estructuras están listas para ser trasladadas hacia allá.
En cuanto al techo de las gradas, se había firmado contrato con METUNAS, y posteriormente les comunicaron que ese presupuesto no cubría la oferta, por lo cual «el techo quedaría para una nueva fase, cuando nuestro organismo tenga la disponibilidad de financiamiento para ello».
Recalca la misiva que la dirección del territorio y la Presidencia del INDER «tienen toda la voluntad para cumplir con este viejo anhelo del pueblo pinero, y se están haciendo todos los esfuerzos necesarios por ambas partes para materializar en toda su magnitud esta obra».