Acuse de recibo
Ileana Peña Herrera tenía razón: no podían castigarla cobrándole dos veces una multa por tener larvas de mosquitos Aedes aegypti en un depósito de agua en su casa. No había razón para cebarse arbitrariamente en su bolsillo por segunda vez, según la respuesta que envía Jorge Gutiérrez Castro, director de Ingresos del Ministerio de Finanzas y Precios.
Es elocuente y muy democrático que un funcionario, a tan elevado nivel, responda al reclamo de una humilde señora que reside en la zona rural Guabineyón, en El Purial, carretera a Guardalavaca, en Holguín.
Mas primero veamos el antecedente:
El pasado 10 de marzo, esta columna reflejó la indignación de Ileana: luego de que el 6 de octubre de 2006 pagó la multa que le impuso un inspector de Higiene del territorio, la visitó el gestor de su consejo popular para cobrarle una similar, por igual concepto, pero con diferente fecha y foliación. Lo demás fueron ires y venires de la señora, entre la Oficina de Cobro de Multas y el policlínico: peloteos y trámites infructuosos hasta que la mujer decidió pagar de nuevo la multa por cansancio, con sobrada indignación por algo que ella no engendró y estaba sufriendo.
Ahora el director de Ingresos del Ministerio de Finanzas y Precios, en su carta de esclarecimiento, señala que la queja de Ileana «es cierta, y correspondió a un mal proceder de un inspector de la Dirección de Higiene del municipio de Holguín».
Señala el funcionario que el inspector de marras, al detectar que la multa impuesta a Ileana presentaba errores en el llenado de la matriz, procedió a llenar una nueva sin tener en cuenta la anterior, y la entregó a la Oficina de Control y Cobro de Multas. Y esta entidad procedió, como establecen sus funciones, a cobrarla.
Recalca asimismo que, según informó el director de Higiene del municipio de Holguín, «se sancionó al mencionado inspector con la medida de separación definitiva del centro de trabajo. Y por parte de los compañeros que atienden la actividad de Multas en la Dirección Provincial de Finanzas y Precios, se le exigió a la Dirección de Higiene que emitiera una resolución de cancelación de la segunda multa. Ya se le está haciendo el trámite de devolución del dinero a la ciudadana».
También puntualiza que pudo comprobarse por parte de la Dirección Provincial de Finanzas y Precios que el efectivo por el pago de ambas multas había sido depositado como ingreso al Presupuesto del Estado y no había sufrido desvío. En tal sentido no se detectaron negligencias en el actuar de la Oficina de Multas, concluye.
La segunda carta es la respuesta de Abelardo Mulet Santos, vicepresidente del Banco Metropolitano, acerca de la inquietud de Ricardo Hernández Arencibia, un jubilado de Centro Habana que sospechaba supuestas irregularidades de esa entidad bancaria con respecto al pago de su vivienda.
Ricardo, cuya carta se reflejara aquí el pasado 6 de enero, manifestaba que, de acuerdo con el contrato, el pago de la vivienda se haría en 180 mensualidades de 7,75 pesos, en 15 años. Aseguraba él que durante diez años estuvo liquidando sus mensualidades en la sucursal de Galiano y Reina. Y en 1998 lo trasladaron para la de Monte y Carmen. Pero en esta última, cuando ya se cumplían los 15 años estipulados, y se suponía hubiera totalizado la suma, le dijeron que, según la computadora, le faltaban mensualidades por pagar.
Al respecto, señala Mulet que, de acuerdo con lo investigado, se comprobó que el contrato confeccionado en Galiano y Reina establecía que la deuda se saldaría en 2004. Pero el análisis de toda la documentación de los pagos evidenció que estos últimos se interrumpieron en varias ocasiones por períodos relativamente largos de tiempo, producto de los cambios de centros laborales del cliente.
Ello ocasionó el retraso de 29 mensualidades en el pago de la deuda, la cual quedó saldada por el cliente una vez que se le esclareció, y firmó la conformidad con los argumentos, concluye el Vicepresidente.