Acuse de recibo
Con el título El viaje no cuadra con el billete, esta columna publicó el pasado 19 de noviembre dos cartas con sendas quejas acerca de lo que sus remitentes consideraban irregularidades en el servicio de Ómnibus Nacionales en cuanto a la correspondencia que debe haber entre el viaje que realizan y el precio del pasaje.
En la primera, Evelio Gómez, de la capital, relataba que el pasado 6 de octubre, en la terminal de La Coubre y por lista de espera, abordó un ómnibus de turismo que recogió pasaje nacional. La guagua iba hasta Camagüey, y él se quedaba en Ciego de Ávila. Pero el pasaje se lo cobraron hasta Camagüey. Y Evelio no entendía por qué.
En la segunda carta, Dietmar Peñate, de la ciudad de Camagüey, manifestaba que el pasado 10 de octubre mandó a reservar un pasaje para Santa Clara en el ómnibus que cubre la ruta Camagüey-Matanzas. Y le exigieron que pagara la tarifa hasta Matanzas. Tampoco comprendía por qué.
Ahora responde Ricardo Damián López, director de Transportación de Pasajeros del Ministerio de Transporte, quien al abordar el primer caso, aclara que el ómnibus referido por el lector Evelio fue el número 1884, chapa HTT-039, que pertenecía a Transgaviota.
Especifica el funcionario que, por acuerdo del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, los ómnibus al servicio del turismo, cuando circulen vacíos de una a otra ciudad del país, están obligados a recoger pasaje en las terminales. Ello persigue, a la vez que un apoyo solidario en medio de tantos problemas del transporte, un mayor aprovechamiento de los recursos.
«Para darle cumplimiento a dicho acuerdo —argumenta Ricardo— se estableció que a esos ómnibus —que no constituyen servicios regulares en las transportaciones públicas— y que deben cumplir con un itinerario en función de contratos previamente establecidos, se les prioriza la lista de espera del destino hacia donde se dirige; por lo cual se expiden boletines para ese destino final, y no para los tramos intermedios, lo cual provocaría retrasos y en consecuencia incumplimiento de contratos para servicio al turismo y extranjería».
Sostiene el Director que la información relativa a la particularidad de estos ómnibus se brinda por el audio allí en La Coubre. No obstante, la dirección de la Unidad Económica de Base Última Hora, de Ciudad de La Habana, tomará medidas para mejorar ese sistema de comunicación a los pasajeros.
También refiere que a partir de la publicación del caso, y de la investigación realizada en la empresa Viajero, encargada de la comercialización de capacidades para servicios de transportación interurbanos, se tomaron medidas encaminadas a mejorar el servicio a la población a través de esas rutas no regulares; y a su vez, esto ha permitido estrechar las relaciones con la empresa Transgaviota.
En cuanto a la queja de Dietmar, señala que las líneas de transportación de pasajeros interurbanos deben su existencia a los niveles de demanda entre puntos en específico, y por ello, «las reservaciones se priorizan desde los destinos más alejados hasta los más cercanos, garantizando de esa forma que la oferta se adecue a la demanda, teniendo también en cuenta que a menor distancia, mayor posibilidad de realizar viajes».
Y ese principio de ASTRO, agrega, es aplicable tanto a las reservaciones como a la lista de espera. «En casos determinados —abunda— se mantiene la disposición de no reservar por tramos, dado precisamente por la demanda de los destinos finales; y en caso de quedar alguna capacidad sin reservar para estos, se oferta la misma por Lista de Fallos, partiendo también de priorizar las solicitudes a los destinos más alejados, y completando el carro con los más cercanos».
Y recalca que «no obstante ello, el cliente que opta por obtener un boleto para el destino final, lo hace a sabiendas, y por ello debe pagar lo que reserva. De esa forma, mediante la diferencia de precios, ASTRO intenta proteger a los que requieren transportarse a destinos más alejados, considerando su menor probabilidad de llegar a estos».